Es la F1 más apasionante de los últimos tiempos, tremendamente igualada en las posiciones delanteras y de misma manera en toda la zona media en la que no cabe ni un alfiler. Hacía muchos años que un poleman en el GP de España era tan difícil de adivinar. En esta ocasión, tocó escribir estas líneas a toda prisa por la imposibilidad de avanzarse. Es el reflejo de una clasificación totalmente impredecible en la que Verstappen y Hamilton libraron una espectacular batalla contra el crono, con Lewis como ganador de este primer duelo del fin de semana ante Verstappen (2º) y Bottas (3º), Leclerc (4º), Ocon 5º y Sainz (6º), logrando su pole número 100 en la Fórmula 1.
La lucha fue feroz entre dos animales competitivos que viven por y para ganar. Empezó con Max silenciando a todos con un tiempazo amenazante en la Q2, y siguió con Lewis que respondió en su primer intento de Q3, superando por solo 36 milésimas a Max. En la sala de prensa se escuchaban onomatopeyas varias con la sucesión de golpes entre estos dos colosos, y se hizo el silencio en el último minuto, con los dos aspirantes al título, el campeón y el contendiente, a por todas.
Pero la suerte estaba echada. Esta vez, de nuevo, la pole fue de Hamilton, su pole número 100, pero que nadie se equivoque, el hecho de que el nombre del titular de esta crónica sea el mismo, no quiere decir que las cosas no hayan cambiado. Lo han hecho y mucho. Ahora, Hamilton ya no puede solo mirar a su compañero Bottas, ya no puede hacer poles y ganar carreras a una mano. Ahora suda mucho, debe emplearse a fondo como lo hizo en Barcelona. No es de extrañar que tras cruzar la meta chillara como si fuera su primera pole. “¡Uh!”. Era un grito de alegría, pero a su vez, de alivio. Lo había vuelto a hacer. Histórico.
Hamilton no afloja
Para batir a Lewis Hamilton hay que hacerlo todo perfecto. Asentía ante esa afirmación Alonso el pasado jueves. Y este sábado, esa frase volvió a ser toda una realidad. El británico, líder del Mundial con 8 puntos de ventaja, dio otro puñetazo sobre la mesa en el Circuit de Barcelona-Catalunya. En años anteriores imponía su dominio gracias a la enorme superioridad de su coche, pero ahora, con un Verstappen que quiere ponerle las cosas muy difíciles, el británico tampoco falla.
En este momento es donde las manos de Lewis, su temple y su habilidad para rendir al máximo en todas las facetas de un Gran Premio, relucen con más brillo que nunca. Max, que había dominado los libres 3, era un fuerte aspirante a quitarle su pole 100, pero algo nos hacía pensar que Lewis tenía algo más. Y no andábamos equivocados. Hamilton, consciente de la importancia de la posición de salida en Montmeló, trazado en el que es difícil adelantar en carrera, no tembló ni un ápice para lograr la primera posición de la parrilla con un giro sensacional con un coche con el que Bottas, su compañero, una vez más, no estuvo a la altura de las circunstancias al ser 3º a 0”132.
Una carrera de gestión
En un trazado tan abrasivo y en el que los neumáticos degradarán mucho en carrera, Hamilton quiere poner el broche de oro a su fin de semana este domingo con otros de sus múltiples fuertes, la buena gestión de las gomas y su inigualable lectura de las carreras.
No obstante, por mucho que el golpe que Lewis le endosó a Verstappen este sábado, a Max, como a los malos de las películas, jamás hay que darlo por acabado. El británico lo sabe y deberá estar muy pendiente de un oponente feroz que irá a por todas y no dudará en meter su coche en el más mínimo hueco que vea en la siempre emocionante primera curva del Circuit, en una salida que se antoja apasionante. Ahí puede estar la clave de la carrera junto a la estrategia y el cuidado de los neumáticos. La suma de ello determinará el ganador de la cuarta cita del curso.
Parece que fuera ayer cuando en junio de 2007, en su temporada de debut como compañero de Alonso en McLaren, logró su primera pole en la F1. Un chavalín que estaba llamado a hacer historia. Quiere seguir escribiéndola en Montmeló, muchos años después, donde buscará su tercer triunfo del curso, el 98 en su palmarés, que le llevaría a igualar el récord de triunfos en la pista catalana que conserva Michael Schumacher con 6. Hamilton, con 36 años, con un oponente de su talla, se siente como un niño. Se divierte peleando y eso se nota en todo lo que hace.
Sainz, 6º; Alonso, 10º
Carlos Sainz lo hizo casi todo perfecto en la sesión de clasificación del GP de España. Estuvo siempre por delante de su compañero, en todas las sesiones rondando las primeras posiciones. Pero en Q3, se vio superado por una décima por Leclerc. Y ello, en una zona media tan igualada, se convirtió en dos posiciones de diferencia. Pero ello no debe ser más que una alegría para sus aficionados. Carlos volvió a demostrar su enorme fortaleza mental, rehaciéndose de la difícil carrera de Portimao con una gran sexta plaza en casa, su trazado talismán, donde este domingo podría ganar plazas con otra de sus grandes salidas.
Por su parte, Alonso terminó 10º, cumpliendo su primer objetivo del fin de semana, aunque con mucho por mejorar aún a un giro. Alpine volvió a exhibir el paso al frente del coche, con Ocon 4º. Fernando, en su cuarta qualy, sigue dando pasos al frente para llegar a su mejor nivel. Este domingo, otra carrera para seguir aclimatándose, esta vez ante 1.000 aficionados que en el Circuit celebrarán volver a verle sobre el asfalto.
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