Pensó que tenía una simple gripe y perdió las piernas: “Mis dedos se volvieron negros”

Las enfermedades que aparentan ser simples en algunas ocasiones pueden complicarse y afectar seriamente la salud de las personas. Como el caso de una joven australiana, que perdió los dedos de sus manos y piernas, por lo que parecía ser una gripe.

Por La República

Juttima Chinnasri recuerda que en 2018 empezó a sufrir los síntomas de un resfriado, como dolor de cabeza y malestar, pero poco a poco las molestias se fueron agravando, hasta que apareció una sensación de debilidad y fiebre alta.

Ella creyó que se trataba de una infección de las vías respiratorias y tomó medicamentos sin abandonar su rutina habitual. Sin embargo, una mañana despertó y descubrió que los dedos de sus pies y de sus manos se habían puesto negros, además tenía manchas oscuras en los brazos.

Juttima acudió rápidamente al hospital, donde los médicos le dijeron que su gripe se convirtió en una enfermedad meningocócica, y que su sangre estaba “envenenada” por la bacteria.

Después de varias horas, la joven entró en coma y los especialistas decidieron que lo mejor sería retirar el tejido necrosado de sus extremidades, por lo que se enfocaron en evitar que la infección se siguiera propagando.

Lamentablemente, la bacteria del meningococo se esparció a través del torrente sanguíneo, no pudieran frenar que llegara a las piernas y tuvieron que amputarle desde la rodilla hacia abajo. Mientras que en las manos solo le cortaron los dedos.

Juttima Chinnasri tras su operación donde perdió las piernas por una bacteria. | Foto: La República

Tras un arduo trabajo por salvarle la vida, los médicos lograron erradicar la infección y unos días más tarde la joven salió del coma. “Cuando desperté vi mis dedos y mis pies y me quedé en shock. Estaba aterrada, y por un par de días me rehusaba a aceptar que me hubieran amputado, pero después entendía que los doctores no podían hacer nada para salvarlas”, contó a The Sun.

Juttima logró superar la enfermedad, pero después se enfrentó a otro reto que concierne a su salud mental. “Mi vida cambió drásticamente desde que esto sucedió. Tuve que aprender de nuevo a caminar”, sostuvo. Ahora se dedica a perfeccionar el uso de sus prótesis.