Los detalles sobre las lujuriosas fiestas en islas del Caribe

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Luego de que el año pasado estas “vacaciones” causaran revuelo y protesta en la ciudad colombiana de Cartagena, la empresa que hace el evento decidió mudarse para este 2018 a una “isla secreta” del Caribe, en donde los asistentes podrán consumir drogas sin limitaciones por cuatro días.

Orgías con varias mujeres que están dispuestas a ofrecer sus servicios sexuales, música, alcohol, sexo ilimitado y permiso de consumo de drogas. La polémica por el evento Sex Island se desató luego de que un hombre de 37 años, quien asistió el año pasado, ofreciera una entrevista al medio británico The Sun y ofreciera hasta los más mínimos detalles de estos encuentros en donde muchos se resisten a dormir.

Los turistas sexuales deberán estar dispuestos a pagar un precio de 4 mil 600 euros por un boleto de oro. Ryan es un dentista que reside en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, y decidió tomarse unos días de diversión el año pasado.

En la entrevista ofrecida al diario británico, indicó que cada cliente tiene la oportunidad de escoger a los dichas latinas con las que pueden pasar todos los días que dure la fiesta para complacer sus deseos sexuales. Las orgías empezaron 15 minutos después de que unos 30 asistentes abordaran un yate de lujo que los llevó junto a prostitutas a una isla privada.

Ryan, padre de dos hijos y casado, contó que las drogas y los estimulantes sexuales estaban disponibles de forma gratuita y que a cada hombre se les permitía estar con 15 mujeres a la vez. “El yate estaba lleno de hermosas mujeres latinas, bailando y bebiendo. A medida que avanzábamos nos dieron bebidas y la gente comenzó a relajarse”.

Su curiosidad despertó luego de que leyera una publicación en un periódico de Nueva York. “Después de que pagué el dinero, me enviaron un boleto de oro con mi nombre”, aseguró. “Éramos 30 en total, todos los hombres excepto una pareja. La mayoría eran profesionales, médicos, abogados, con edades entre 25 y 50 años. La mitad de ellos estaban casados y de varias nacionalidades.

Al llegar a la isla, los hombres fueron llevados con sus dos prostitutas a sus habitaciones, que tenían camas gigantes, en un lujoso hotel cinco estrellas.  “El complejo era muy impresionante, realmente como un paraíso tropical. Había un restaurante bufete con comida ilimitada, un campo de golf y canchas de tenis, así como la playa. Pero, por supuesto, todos los hombres estaban interesados ​​solo en una cosa“, prosiguió.

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