Los custodios de las llaves, seleccionados por su experiencia en ciberseguridad, se reúnen cada tres meses para actualizar las contraseñas del sistema que controla la mayor parte del tráfico de datos.
La Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN) llevó a cabo a mediados de febrero la 42.ª ‘ceremonia de firma de claves’, un evento fundamental para mantener la seguridad de Internet.
En este acto participan 14 personas que por su experiencia en ciberseguridad han sido seleccionadas como poseedoras de las llaves que administran el sistema que controla la mayor parte del tráfico de datos. Su labor es actualizar las contraseñas de este sistema para que no acabe en las manos de piratas informáticos.
Este eventos normalmente tienen lugar cuatro veces al año, cada tres meses. Siete personas se reúnen en la costa este de EE.UU. y otras siete en la costa oeste para generar y llevarse consigo una nueva llave maestra, es decir, una nueva contraseña. Los dos grupos se reúnen de manera simultánea y en realidad solo son imprescindibles tres de los siete custodios de cada costa.
Esas 14 personas viven en distintas partes del mundo y solo se juntan en un mismo lugar cuando se llevan a cabo las ceremonias, que se desarrollan en lugares discretos dentro de edificios con controles de acceso, y en salas sin ventanas donde solo se puede abrir una puerta a la vez.
Los custodios deben realizar un recorrido previo que también requiere contraseña, el uso de una tarjeta inteligente y someterse a un escaneo biométrico, siempre bajo el seguimiento de cámaras y diferentes sensores. Cada uno de los custodios posee una llave de metal para abrir una caja de seguridad que se encuentra en las salas. De allí extraen una tarjeta inteligente con la que activan la máquina que genera la nueva llave maestra.
Todo el proceso está controlado por la ICANN, que ejerce las funciones básicas de control de la Red al ser responsable de transformar los números que manejan las computadores (por ejemplo las direcciones IP) en letras como las de los nombres de dominios y páginas web, para hacerlos comprensibles para los humanos.
Para que todo el sistema funcione como la seda es necesario el Sistema de Nombres de Dominio (DNS), que asocia el número único de identificación o dirección IP de cada página web, correo electrónico y otros servicios a una cadena de caracteres, conocidos como dominios o direcciones de Internet. Ese directorio se distribuye a toda la Red desde 13 servidores raíz operados por universidades, organismos estatales de EE.UU. y asociaciones sin fines de lucro en Norteamérica, Europa y Japón.
La ICANN formó parte del Gobierno de EE.UU. hasta 2016, cuando se transformó en una organización independiente sin fines de lucro, con el apoyo de cientos de servidores espejo distribuidos por el mundo. Para evitar que un solo ente controle todo el sistema, las organizaciones que administran estos servidores son legal y financieramente independientes de la ICANN. RT
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