La Inteligencia Artificial (IA) generativa podría sustituir a los humanos en puestos de trabajo cognitivos -en los que se necesitan procesos mentales para procesar información-, lo que ampliaría la automatización del mercado laboral a otros sectores más allá de las tareas repetitivas, según alerta un estudio que publicó este lunes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Hasta ahora, se ha comprobado que los robots pueden reemplazar a las personas en acciones mecánicas y repetitivas, pero este tipo específico de IA -usado en sistemas como el popular ChatGPT de la empresa OpenAI- es capaz de simular los procedimientos de pensamiento humano, por lo que presenta desafíos más allá de los empleos de cualificación baja y media.
El informe del FMI, titulado «Ampliación de los beneficios de la IA generativa: el papel de las políticas fiscales», tiene el objetivo de orientar y preparar a los responsables políticos ante el impacto de la Inteligencia Artificial generativa, ya que presenta fortalezas pero también riesgos.
En este sentido, el organismo desaconseja aplicar impuestos especiales sobre la IA para reducir la inversión en ella, puesto que considera que podría obstaculizar la productividad, pero recomienda que los países aumenten el impuesto medio sobre las rentas del capital.
Según el FMI, la baja fiscalidad del capital en comparación con la del trabajo puede contribuir a un desplazamiento excesivo de la mano de obra y aumentar las fricciones del mercado laboral, por lo que insiste en revertir esta tendencia.
Si esto no cambia, el Fondo advierte del peligro de mayor concentración empresarial y situaciones de monopolio.
«Las economías de mercado emergentes y en desarrollo están menos expuestas a la IA que las economías avanzadas, pero también están menos preparadas para adaptarse a ella», explicó en una llamada con medios la directora de Misión en Vietnam y de la División en el Departamento de Asia y el Pacífico del FMI, Era Dabla-Norris, que es una de las autoras del informe.
Además del aumento de los impuestos a las rentas del capital, el estudio propone incrementar el impuesto de sociedades.
«El impuesto mínimo global que han acordado más de 140 países y que establece un tipo impositivo efectivo mínimo del 15% para las empresas multinacionales es un paso en la dirección correcta», añadió Dabla-Norris.
En relación con las políticas fiscales, el FMI cree que la IA tiene potencial para seguir reduciendo la evasión fiscal a nivel mundial y mejorar en la aplicación de las leyes fiscales.
Por ejemplo, con la IA y el uso de los macrodatos se podría diseñar un impuesto progresivo personalizado sobre el valor añadido, un impuesto sobre la renta basado en los ingresos de toda la vida o un impuesto sobre la propiedad basado en el valor de mercado en tiempo real.
De todos modos, el FMI insiste en la «incertidumbre enorme» que existe sobre el impacto económico que puede generar el progreso de la IA avanzada en la sociedad, por lo que anima a evaluar si los sistemas de protección social, educación y fiscalidad son adecuados y lo suficientemente flexibles para hacer frente a una amplia gama de escenarios. EFE