Vinculan a recluso en homicidio de policía

Ayer sepultaron a Antonio José Mavárez Romero (41). Todo indica que trabajaba para un reo y este se deshizo de él a balazos. La Policía investiga el entorno del oficial. Su arma de reglamento aún no aparece y su acompañante tampoco

Mientras sonaba la melodía, yo te extrañaré, tenlo por seguro, fueron tantos bellos y malos momentos que vivimos juntos, las lágrimas corrían por el rostro de la menor de las tres hijas de Antonio José Mavárez Romero (41), oficial agregado de la Policía regional, a quien un delincuente le quitó la vida de un tiro en la cabeza al resistirse al robo de su moto y su arma de reglamento en la Circunvalación 1.

La niña fijaba la mirada al féretro marrón, donde reposaba el cuerpo de su padre. De entre la veintena de asistentes, una mujer de contextura gruesa, blanca y rubia, la tomó en sus brazos y le habló al oído para calmarla.

Los demás presentes estaban sentados, cada uno con una biblia, a la espera de la esposa y la mamá del oficial, para darles las condolencias.

El encuentro para darle el último adiós a la víctima se realizó en la iglesia evangélica Ebenezer, en la avenida 88 con calle 95A-02 de la urbanización Villa Baralt, donde se congregaba el funcionario desde los 17 años.

Minutos más tarde, llegó su esposa embarazada y detrás de ella, Carmen Romero, madre del policía. Con dificultad para caminar y tomada de un brazo por un acompañante, la anciana daba pasos cortos hasta llegar a la puerta principal.

Las lágrimas apenas la dejaban hablar y en lo poco que dijo explicó que ya detuvieron a un sospechoso. Se trata de un presunto delincuente a quien el oficial el pasado sábado en la madrugada custodiaba en la Villa San José, antes de abandonar la guardia. Presuntamente, planeó el asalto y posterior asesinato.

Las primeras pesquisas arrojaron que los implicados en el asesinato, son azotes del barrio San José. Están tras su búsqueda. La moto que le robaron apareció unas horas más tarde al oeste de la ciudad. El arma de reglamento aún está desaparecida, aseguró un policía.

Los compañeros del oficial Mavárez, vistiendo el uniforme policial se acercaron al funeral. Se preguntaban, qué había pasado, si desde que lo conocen no había tenido problemas.

«A él le gustaba ayudar, era honesto. Siempre hablaba de sus hijas y estaba muy pendiente de la familia», comentó una oficial.

Otro oficial

A Carlos Eduardo Rodríguez Castillo (24), oficial de la Brigada Motorizada de Polisur, lo mataron el pasado viernes 22 de julio de un disparo de escopeta en el pecho, cuando trabajaba en su van como chofer de tráfico en la ruta de La Limpia.