Satanás, el sicario del Tren de Aragua capturado en Chile

Satanás es su apodo porque en el Tren de Aragua no había otro más sanguinario que él, ni siquiera el decapitador alias «Catire». Nadie como Satanás a la hora de matar

La historia de Hernán David Landaeta Garlotti transcurre entre entradas y salidas de prisión, asesinatos, extorsión, robos e intentos por escapar. El temible sicario que forma parte del Tren de Aragua, en algún momento fue conocido como «el matapolicías». Hoy está bajo el control de la justicia chilena, tras haber sido detenido en la ciudad de Iquique y será presentado este viernes ante el Juzgado de Garantía de Pozo Almonte.

Alias «Satanás» habría reconocido el asesinato del venezolano Yohair Gutiérrez en la localidad La Pampa de Alto Hospicio. Gutiérrez murió el pasado miércoles 22 de marzo, tras recibir varios disparos de bala en plena vía pública.

Pero «Satanás» es responsable de mucho más. Landaeta Garlotti fue ampliamente reseñado por medios de comunicación peruanos en el año 2019, cuando fue capturado por los cuerpos de seguridad de ese país.

Específicamente el 8 de febrero de 2019, Satanás fue detenido por agentes de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri. “Este sujeto (‘Satanás’), como muchos venezolanos, entró a nuestro país por la frontera, con una identidad falsa y con esta cédula intentó sorprendernos”, dijo al medio peruano OJO, el coronel PNP Marco del Águila, jefe de la División de Homicidios de la Dirincri.

En ese entonces, su captura fue posible tras meses de investigación, ya que los agentes lo buscaban por el asalto a una bodega en San Martín de Porres el 27 de julio de 2018, donde resultó herido el PNP Albert Grajeda Puma. “Primero ubicamos el auto que usaron para el atraco y luego dimos con el paradero de los tres cómplices de Landaeta, entre ellos otro venezolano”, dijo del Águila.

Pero el terror que ha infundido durante años Landaeta Garlotti era evidente y sus cómplices se negaban a revelar su identidad. “Solo teníamos el alias de este sujeto y que era venezolano, sus cómplices no querían darnos más información porque le tenían miedo”, dijo el coronel. Entonces, las autoridades peruanas establecieron contacto con sus pares de Venezuela y lograron identificar plenamente a “Satanás”.

Hernán David Landaeta Garlotti. Foto: Facebook.

Fuga, usurpación de identidad y crimen

Cuando fue capturado en Perú tenía solo 21 años, así que se presume que tendría actualmente menos de 24 años. A su corta edad, tenía alerta roja de Interpol, pero eso no le impidió planear el asalto a un banco del centro comercial Mega Plaza el viernes 3 de agosto de 2018, fue justamente ese intento de robo lo que puso su nombre en la mirada de la justicia peruana y lo que permitió su captura meses después.

Conocidos como «Los Caraqueños», cayeron en una redada policial a plena luz del día: Edinson Agustín Barreda (alias ‘Catire’), Dosnei Alcántara, José Zorrilla, Víctor Rivero y Manuel Ruiz Balbuena. Pero Satanas salió ileso. Pocos meses después de su llegada a Perú, empezaron a expandir su imperio de terror y planeaban implementar la misma trama de la que vivían en Venezuela, gracias a la extorsión, tráfico de armas, sicariato y robo agravado.

En el 2016, con 18 años «Satanás» fue capturado y según investigaciones policiales, a esa edad ya tenía varios muertos incluidos policías, en una lista tenebrosa que cada año iba en aumento. Primero estuvo preso en la cárcel de Alayón y luego en Tocorón donde logró fugarse tras activar dos granadas que causaron la muerte de 7 reclusos y dejó más de medio centenar de heridos.

Un reporte audiovisual de Buenos Días Perú, reveló que según la policía, alias “Satanás” ingresó a Perú en enero del 2018 y desde entonces, habría cometido diversos robos y asesinatos en distintos distritos de Lima. Gracias a la información brindada por sus cómplices, fue capturado en Condevilla.

«Satanás es su apodo porque en el Tren de Aragua no había otro más sanguinario que él, ni siquiera el decapitador alias «Catire». Nadie como Satanás a la hora de matar», describe el periodista en el informe especial disponible en Youtube. «En Lima mató a un policía y secuestró a una familia en su propia casa para robarla».

Buenos Días Perú tuvo acceso exclusivo a la declaración que dio Satanás a la policía peruana en aquel entonces, según la cual, este negaba todos los cargos y se describía como un migrante inocente.

«Me dedico a la venta de marciano -chupis- y gano 60 soles al mes, soy inocente solo me quieren acusar por ser venezolano», declaró. «Dejé de estudiar a los 14 años porque ya no me gustaba ir al colegio, llegué hasta segundo año de secundaria, desde ese año pintaba casas o iba de ayudante de albañil».

Pero las actas dicen otra cosa, el Ministerio Público lo imputó en 2016 por homicidio, ya que en abril de 2015 con 18 años le atribuían dos asesinatos.

«A los 15 años, probé alcohol por primera vez y a los 17 años consumí cocaína y la sigo consumiendo hasta ahora. Debo reconocerlo, eso que tenía en mi bolsillo son 13 municiones, no sé de eso, pero lo vendo en la calle lo hice para ganar más dinero, es lo único malo que he hecho», aseguró frente a los efectivos que lo detuvieron con una cédula falsa. «A los 18 años estuve detenido, me estaban sindicando -acusando- por el robo de un celular, solo a los 17 años robé un celular porque no tenía teléfono y lo necesitaba. Luego no tuve ningún tipo de problema».

El perfil psicológico al que tuvo acceso el medio reveló que Landaeta Garlotti es «audaz, irreverente, desafiante y oportunista, usa la intimidación para fines personales».

«Me están involucrando en un asalto, pero yo no sé nada, me quieren involucrar por ser venezolano, pero soy una buena persona. No tengo amigos, solo conocidos», expresó Landaeta Garlotti.

En Perú se le atribuyó el asesinato de un venezolano de 23 años, Simón Andrés Gonzáles Araujo, quien fue víctima fatal de un sicario el 30 de enero de 2019, cuando se encontraba en una fiesta en un centro recreacional de Cieneguilla.

«El sicario ingresó por la puerta principal y llegó hasta uno de los ambientes del centro recreacional. Al ubicar a Gonzáles Araujo lo asesinó de cuatro disparos. Después del crimen, el asesino huyó en un auto ante la presencia de varios testigos que prefirieron no enfrentarse al sujeto, que en todo momento sostenía el arma de fuego en la mano», suscribe un reporte de Panamericana.

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