Salen a la luz más detalles sobre el asesinato de una anciana a manos de su nieta de 16 años

La joven que confesó matar a su abuela en Sarría para quedarse con su casa sabía que no era de su propiedad, sino alquilada. Familiares aseguran que la joven se volvió «rebelde» cuando sus padres se separaron

María Mayo Toledo, de 64 años, fue asesinada la noche del 22 de junio por su nieta de 16 años y su pareja, según confesaron luego de ser capturados e interrogados por funcionarios de la policía científica. Familiares de la joven indican que la adolescente cambió su conducta desde que cumplió 13 años, cuando sus padres se separaron. «Ella se volvió mentirosa y conflictiva. Ella sabía que la casa donde vivía con su abuela no era de su propiedad, sino alquilada; no creemos que por eso la mató».

Una familiar de la adolescente, quien pidió dejar su nombre en anonimato, relató a El Pitazo la relación que tenía la presunta homicida con su abuela y cómo dio un vuelco desde el divorcio de sus padres. «Desde que era una bebé ellas eran muy cercanas, era su única nieta, hija de su único hijo. María le celebró todos sus cumpleaños. Se llevaron bien hasta que sus padres se separaron, porque ella vio cómo su papá maltrataba a su mamá. Luego del divorcio, ella se fue a vivir con su abuela y nunca fue la misma», detalló.

La conducta de la adolescente cambió tanto que su familia asegura que hizo videos pornográficos cuando tenía 14 años y los distribuyó en sus redes sociales. Luego denunció a la nueva pareja de su mamá ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) por abuso sexual; sus parientes aseguran que las autoridades la desmintieron. La joven también denunció a su mamá por maltrato: acudió a una sede policial y dijo que su progenitora la había agredido y le había arañado la cara, pero también fue desmentida. Sus parientes aseguran que en el liceo también tuvo problemas.

La familia dice que hace dos semanas la señora María Toledo llamó a su exyerna para que la ayudara a calmar a la adolescente, que no paraba de pelear y gritarle. No pudo hacer lo mismo con su hijo, porque desde la separación, el hombre decidió irse a España luego de obtener la nacionalidad.

María indicó que la adolescente de 1.60 metros de altura, piel morena, cara robusta, y con tres meses de embarazo, no quería hacerle caso. Sin embargo, su advertencia no fue tomada en cuenta. Dos semanas después, específicamente, la mañana del 23 de junio, su cuerpo fue hallado por trabajadores de Supra Caracas en el interior de un contenedor de basura ubicado en la avenida Andrés Bello, adyacente a la Contraloría General de la República, en el municipio Libertador. No tenía signos vitales y le era visible un golpe en la cabeza.

Vecinos de la zona se acercaron al sitio donde fue encontrado el cadáver y les indicaron a los funcionarios del Cicpc que la señora María no vivía sola, sino que compartía techo con su nieta. Al tener los datos de la joven, los uniformados procedieron a buscarla y la encontraron mientras caminaba por la acera que lleva a la casa de su abuela, ubicada en la avenida Táchira, sector Guaicaipuro, en Sarría.

La adolescente estaba con su pareja, un joven delgado y alto de 19 años, quien fue identificado como Richard Alfonso Vargas Betancourt. Ambos fueron subidos a una patrulla para ser interrogados.

En la sede del Cicpc, de la avenida Urdaneta, la pareja confesó que ellos asesinaron a Toledo. Indicaron que le pusieron un cable alrededor de su cuello y la asfixiaron, luego la golpearon y pidieron ayuda a dos hombres en situación de calle para que lanzaran su cuerpo en un basurero. Su nieta le dijo a las autoridades que ella planificó el homicidio, porque su plan era quedarse con la casa de la abuela, pero su familia lo desmiente porque ella sabía que era una vivienda alquilada.

Los deudos de María piden que se haga justicia. Dicen que la adolescente «se dañó la vida”. El próximo 3 de julio celebrará su cumpleaños n° 17, el primero de muchos tras las rejas.