Revelan imágenes de la violencia y explotación contra transexuales en la avenida Libertador

transexuales

En la avenida Libertador, principal plaza de prostitución en Caracas, niñas y adolescentes transexuales son explotadas sexualmente. El homicidio de tres jóvenes entre 2011 y 2014 le puso nombre y apellido a una realidad que aún se mantiene y que es ignorada por el Estado venezolano y las organizaciones competentes: una mafia de mujeres transexuales, en la que participan policías, colectivos y delincuentes de la Cota 905, extorsiona a trabajadoras sexuales menores de edad y adultas.

Un taxi frena de golpe. Del vehículo sale una de las transexuales que controla el negocio de la prostitución en la avenida Libertador de Caracas. Le dicen “La Prince” y es la principal “madre” de esa plaza.  Está con su novio, “Said”, un joven de 17 años de edad a quien las mafias usan para el trabajo sucio. Vienen a cobrarle a “Kimberly Rubí”: le reclaman las cuotas semanales que no canceló durante cinco meses. Said le rocía gas pimienta en la cara y “La Prince”, con los filos de una botella partida le hace cinco heridas, en los antebrazos, el cuello y la pierna derecha, una por cada mes adeudado. La víctima logra incorporarse y corre con sus tacones más de dos cuadras hacia Plaza Venezuela. Las fuerzas no le alcanzan para más. Cae desvanecida frente a las residencias El Pórtico.

La reconstrucción del crimen, registrado la madrugada el 30 de abril de 2011,  fue realizada por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Ese día las calles del principal corredor de prostitución de la capital estaban atiborradas de trabajadoras sexuales: era quincena. “Kimberly Rubí”, de 17 años de edad, posaba para llamar la atención de los clientes: se acarició su larga y negra cabellera, agitó los hombros, se cambió de brazos la cartera que llevaba puesta -de manera constante- y sacó varias veces un espejo para verse y pintarse los labios. Manejaba muy bien las técnicas de seducción, que aprendió desde los 11 años, cuando se separó de su nombre: Enderson Jesús Bianconi López.

El retorno a la Libertador, después de cinco meses de ausencia, fue para la joven un paso fulminante. “Kimberly Rubí” regresó de Yaritagua, su pueblo natal, en el estado Yaracuy, con la esperanza de hacer más dinero para colocarse implantes en los senos y lucir más femenina. Pero su lucha por parecer una mujer la llevó a la muerte.

La hermana de la víctima, Edyx Bianconi López, relató que dos días después de enterarse de que la joven fue asesinada, viajó desde Yaracuy a la capital para retirar el cadáver de “Kimberly” en la morgue de Bello Monte. Dijo que luego de entregar la cédula del adolescente -Enderson Jesús Bianconi López- en esa dependencia le advirtieron que en la sala de autopsias de la morgue de Bello Monte solo estaba el cuerpo de una mujer. El trágico desenlace irónicamente cumplió uno de los sueños de la transexual: morir siendo reconocida como una mujer.

“Ella siempre me decía que iba a morir siendo mujer. Buscamos en los libros de la morgue y no aparecía. Me entró un alivio. Tenía una esperanza. Luego mi papá explicó la situación que nos reportaron de la avenida Libertador y, después de atar cabos, me permitieron bajar a hacer el reconocimiento del cadáver. Era Kimberly con sus cejas depiladas, sus extensiones en el cabello, con su cicatriz en la rodilla derecha y con uno de sus dientes torcidos”, recordó Bianconi.

Las novedades policiales de ese 30 de abril indican que ese día “La Prince” también asesinó a puñaladas a una transexual adulta de nacionalidad dominicana, conocida como “Samanta”.

El 30 de abril de 2016 se cumplieron cinco años desde que se perpetró el homicidio de la adolescente, pero todavía la justicia no ha condenado a ninguno de los responsables. Ernis Manuel Rodríguez Romero, de 32 años de edad, “La Prince”, está presa en una cárcel de hombres: el Centro Penitenciario Yare III, en el estado Miranda. Fue acusada de ser la principal responsable del asesinato de “Kimberly Rubí”, de la muerte de otras dos transexuales y de cometer delitos de extorsión. La detuvieron mientras bailaba en una discoteca en Sabana Grande.

El caso no solo ilustra la suerte que corrió una adolescente que fue explotada por grupos organizados en Caracas o el retardo procesal de la justicia venezolana, sino que muestra un problema que aún se mantiene y que no es atendida por las autoridades: la explotación de transexuales menores de edad en la avenida Libertador bajo la mirada y el patrullaje policial de funcionarios de la Guardia del Pueblo, de la Policía Nacional Bolivariana y de Policaracas.

En esa plaza de prostitución hay una estructura criminal que está detrás. Para que una transexual pueda ejercer el trabajo sexual en ese territorio, previamente debe tener la aprobación de las “madres” o líderes de la mafia. La inscripción, que da derecho a iniciarse en esa plaza, es de 20.000 bolívares (abril 2016). Además deben cancelar todas las semanas una cuota semanal o vacuna, valorada en 1.500 bolívares. Pero el verdadero negocio de esta estructura de extorsión son los llamados “regalos” -altas sumas de dinero no fijadas- que piden las “madres” en el momento menos esperado.

Si las trabajadoras sexuales no cumplen con las normas de la avenida Libertador, pueden ser golpeadas o asesinadas, como pasó con “Kímberly Rubí”, con su compañera “Samanta” y con “Luisa Nicolle”, de 18 años de edad, quien también fue asesinada a puñaladas por “La Prince” en mayo de 2011 en la recepción del hotel Dallas, en El Rosal. Hasta esa zona se había desplazado la joven para prostituirse meses antes de ser asesinada y evadir el pago de las vacunas que debía cancelar en la Libertador.

La lugarteniente de “La Prince”, conocida como “La Barbie” e identificada por las autoridades como Oliver Moisés González, está prófuga de la justicia y ejerce el trabajo sexual en Panamá, México y París. Desde esos países se promociona en su página de Facebook Yalimar Dior y en la página web especializada en la contratación de servicios sexuales de trans. La ex “madre” de la Libertador también mantiene comunicación con trabajadoras sexuales venezolanas para reclutarlas -a cambio de altas sumas de dinero- para sacarlas de Venezuela, aseguraron fuentes policiales que le han seguido la pista.

EL REINADO SANGRIENTO DE “LA PRINCE”

Aunque en mayo de 2011 el para entonces director del Cicpc, comisario Wilmer Flores Trosel, dio una rueda de prensa para anunciar que “La Prince” fue detenida por el homicidio de tres transexuales, las mafias de prostitución siguen operando en la avenida Libertador. Con nuevos nombres y nuevos rostros pero con un mismo modus operandi. “Tatiana La Wason” y “Sabrina La Maracucha” son las actuales “madres” que hacen cumplir las normas de esa plaza de prostitución.

A inicios de 2016 algunos agentes de la policía judicial recibieron la alerta de que las “madres” de esa zona tienen coordinación con delincuentes de la Cota 905 para que les brinden seguridad.

“Ex funcionarios de la extinta Policía Metropolitana, que ahora trabajan en la Policía Nacional Bolivariana, tienen a sus transexuales trabajando en la avenida. Ellas les cobran a las otras trabajadoras y una comisión se la dan a estos efectivos. Como ahora hay más inseguridad y los delincuentes de la Cota 905 le prestan seguridad a las actuales madrinas, hay transexuales que se prostituyen  durante el día”, aseguró un funcionario del Cicpc.

La avenida Libertador de Caracas es más que una plaza de prostitución en la que son explotadas adolescentes transexuales y algunos varones menores de edad que están en la búsqueda de su identidad de género. Ese sector también es un corredor de droga en el que operan policías, colectivos y grupos armados que tienen sus centros de operaciones en sectores populares de Caracas, según refirieron fuentes del Cicpc y un ex funcionario del Sebin que fueron consultados durante la investigación.

Las dos jóvenes asesinadas en 2011 eran de familias humildes. Sus parientes reaccionaron de manera distinta ante la pérdida de un familiar víctima de un homicidio. Edyx Bianconi López, de 28 años de edad, es quien ha dado la cara en el Tribunal 11 de Juicio de Caracas para exigir que se haga justicia por la muerte de su hermana “Kimberly Rubí”.

Desde 2011 para Bianconi ha sido un reto asesorarse en materia legal para hacerle seguimiento al caso, pero hasta la fecha no ha logrado obtener ni siquiera una copia del expediente. Cuenta que Kimberly experimentó desde niña lo que le ocurre a personas transexuales: se sentía en un cuerpo equivocado.

“A los 11 años de edad le dijo a nuestra madre que quería ser mujer. Pero fue rechazada por ella y por nuestro padrastro, por lo que se fue a vivir con una amiga de la familia. Posteriormente, se fue a mi casa; la atendí hasta donde yo podía. Ella me decía que no tenía para suplir sus necesidades, que se quería poner unos tacones. Se me escapaba y cuando no llegaba en las noches me preocupaba muchísimo. Se me llegó a escapar hasta Barquisimeto y a la isla de Margarita para prostituirse, pero cuando conoció Caracas se iba los jueves y llegaba los domingos en la noche. Ella hizo de la ciudad, y especialmente de la Libertador, un mundo más fácil”, relató la hermana de la adolescente asesinada.

Sin embargo, Luisa Bravo, madre de Luisa Nicolle, la otra transexual asesinada el 12 de mayo de 2011, justamente dos semanas después del crimen de “Kimberly Rubí”, lleva el luto en silencio. La mujer, que trabaja como doméstica, descartó la posibilidad de exigir justicia por el asesinato de su hijo, Luis Alberto Bravo o “Luisa Nicolle”. Para ella nunca fue un secreto que se prostituía desde los 15 años y tampoco lo fue para sus vecinos en el barrio 5 de Julio de Petare.

“Desde los seis años a mi hijo se le veía su inclinación sexual. Quería jugar con muñecas y peinaba a las niñas. Aunque en la casa lo aceptamos, yo siempre le decía que se cuidara y que dejara de prostituirse. Su abuela tuvo que curarle las heridas que ‘La Prince’ le hizo una semana antes de matarla porque soy muy cobarde. Yo escuché cuando ella le decía por teléfono que si no le pagaba los tres meses que le debía se iba a beber su sangre, pero mi hijo no quiso hacernos caso. Su único deseo era reunir dinero para hacerse los senos y comprarme una casa”, contó la madre de “Luisa Nicolle”.

LAS MÁS VULNERABLES

-¿Ya vino a cobrarte?

-Sí. Pasó hace rato. Le pedí que me espere porque apenas estoy llegando y no he hecho dinero, pero me dijo que hasta las 12 de la noche tengo chance de pagarle.

El diálogo no es entre adultos. Son dos jóvenes transexuales, de 14 y 18 años de edad que venden su cuerpo a cambio de dinero. Pero no todo es ganancia: ellas también deben pagar vacunas para tener el derecho de pararse en una de las zonas más transitadas por empresarios, taxistas -e incluso funcionarios policiales- que buscan darle rienda suelta a sus deseos reprimidos y fetiches.

La mayoría de las transexuales vienen desde otros estados a Caracas en busca de empleo y comienzan a prostituirse antes de alcanzar la mayoría de edad.

“Para poder empezar a trabajar tuve que pagar 2.000 bolívares, (20$ en septiembre de 2014), que es como una especie de inscripción, y por semana debo cancelar 400 bolívares (4$) para tener mi derecho de pararme aquí”, dijo “Samanta”, una transexual de 14 años de edad que fue consultada el 29 de septiembre de 2014 y que para ese entonces tenía más de un año ejerciendo el trabajo sexual.

 “Cuando mi familia vio que me empecé a vestir como mujer, me rechazaron y por eso me fui de la casa. Ahora me prostituyo porque soy independiente y todos los días tengo que pagar la habitación del hotel donde vivo, mi comida y mis gastos”, agregó la adolescente.

En enero de 2015 “Fresa”, tenía 17 años de edad, tres de éstos dedicada a la prostitución. Para esa fecha ya había sido extorsionada por las anteriores madrinas “La Barbie” y “La Prince” y las actuales líderes de la mafia “Tatiana la Wason” y “Sabrina la Maracucha”. Sus brazos, especialmente el derecho, y la espalda están marcados por los maltratos que ha recibido en su oficio.

“Hace unos años ‘La Prince’ me agarró en El Rosal, me dio una pela con una correa y me prohibió que trabajara en esa zona, pero yo me paraba con los ‘locos’, así le dicen a los chamos que empiezan todos horribles porque no saben si van a ser gays o trans. Los policías nos pegan y a veces nos cortan el cabello. Hace unos meses una amiga le robó una laptop a un cliente y el hombre vino buscándola, disparó y resulté herida. Casi todos los días recibo amenazas de hombres y de las actuales madrinas. No puedo decir quiénes nos cobran porque arriesgo mi trabajo”, manifestó la adolescente.

“Fresa”, como casi todas las transexuales, especialmente las menores de edad, ha optado por consumir hormonas femeninas sin supervisión médica por miedo a ser rechazada.

“Actualmente me inyecto la hormona Mesigyna y tomo pastillas anticonceptivas que una amiga me trae de Colombia. El cabello me crece rápido, la voz me sale más fina, no tengo tantas espinillas y me siento más cómoda. Quiero trabajar y vivir mi vida de mujer”, relata.

La adolescente también turna su lugar de residencia en hoteles de paso. Al igual que lo hacían en su momento “Kimberly Ruby” y otras transexuales. “Ahora vivo en un hotel en La Concordia. Estoy por hacerme las caderas y los glúteos, si Dios quiere. Lo pagaré con unos trueques con una amiga (risas). Me inyectará biopolímeros en mi hotel. Los trae de Colombia, pero no te puedo decir el nombre porque el uso de biopolímeros es ilegal”, contó.

GLOSARIO TRANS

FTM: Representa a un transexual masculino, proviene del inglés Female-to-Male.

Género: El término “género” hace referencia a la identificación psicológica de la persona con ser hombre o mujer.

Hombre Transexual o Transexual Masculino: Aquella persona que pertenece psíquicamente al género masculino a pesar de haber nacido con anatomía de mujer. Hombre nacido con anatomía de mujer. (FTM)

Hormonizarse: Tomar hormonas del sexo opuesto. Las trabajadoras sexuales consumen hormonas femeninas y pastillas anticonceptivas para evitar la aparición de bellos, refinar la voz y estimular el crecimiento de mamas.

Posar: Coquetear en un punto determinado de una plaza de prostitución para captar la atención de clientes.

Montarse: Irse con un cliente en su vehículo. Hay trabajadoras sexuales que cuentan cuántas veces se montan en una noche.

Madre o madrina: Nombre que se le da a las líderes de la mafia en la Avenida Libertador de Caracas.

Mujer Transexual o Transexual femenina: Es aquella persona que pertenece psíquicamente al género femenino a pesar de haber nacido con anatomía de hombre. Mujer nacida con anatomía masculina. (MTF)

MTF: Representa a una transexual femenina, proviene del inglés Male-to-Female.

Locos: Apodo que se le da a los niños gays que, en el proceso de la búsqueda de su identidad de género, posan apartados de las transexuales en la avenida Libertador.

Regalos: Montos complementarios a las vacunas que las madrinas solicitan a las trabajadoras sexuales. Por lo general dan plazo de uno a tres días y las extorsionan para que cancelen la suma de dinero a tiempo.

Transfobia: Odio, rechazo o miedo a las personas transexuales. La transfobia se manifiesta de muchas maneras: estigmatización, discriminación depreciación del valor social de las personas transexuales, sus parejas y sus familias, aislamiento (rechazo afectivo por familiares y amistades, compañeros de trabajo, etc.), desigualdad jurídica, violencia verbal y física.

Tratamiento de reemplazamiento hormonal o tratamiento hormonal sustitutorio: Consiste en la administración de hormonas con la finalidad de desarrollar los caracteres sexuales secundarios necesarios para adecuar el cuerpo a la mente. Estas hormonas sustituyen a las hormonas sexuales producidas por las glándulas gónadas (testículos u ovarios) por ello es llamado sustitutorio.

Vacuna: Monto periódico, o semanal, que pagan las trabajadoras sexuales de la Avenida Libertador a las madrinas para poder trabajar en esa plaza de prostitución.

Yonatan Matheus, director general de la ONG Venezuela Diversa, tiene ocho años trabajando en la defensa de las personas transgéneros.

“Lo que ocurre con las niñas y adolescentes trans es que están más expuestas a la violencia de los clientes, pero también de los organismos de seguridad que las maltratan, les piden dinero y se benefician de ellas. Desde 2008 hasta 2015, fueron asesinadas 28 transexuales en Caracas y este 2016, según nuestros registros, siete mujeres trans han sido asesinadas en el resto del país. La mayoría de las víctimas de homicidios oscilan entre los 17 y los 25 años de edad, lo que coloca en desventaja a la población más vulnerable en el ámbito del trabajo sexual de calle, pues los cabecillas de las mafias, los policías y los clientes no distinguen edades”, explicó Matheus.

Tamara Adrián, la primera diputada a la Asamblea Nacional transexual, abogada y representante de la Red de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales de Venezuela dijo que, de acuerdo con estudios internacionales, 40 % de las niñas y niños transexuales han sido expulsadas de sus hogares.

“El hecho de que las chicas y chicos trans sean expulsados de sus hogares antes de cumplir 13 años, pone a esta parte de la población transexual en situación de calle. Cuando las personas trans expresan su identidad de género retan la estructura fundamental del machismo. Es muy doloroso porque te lleva a situaciones muy fuertes de exclusión social, cultural, familiar y educativas. El tema del bullying y la deserción escolar conllevan a un bajísimo nivel educativo. Pero es inevitable. Cuando tú lo sientes no hay otra forma de vida”, precisó.

Adrián considera que en Venezuela se deben dirigir los esfuerzos de manera sectorial al grupo trans, como el grupo más vulnerable. “Sin identidad legal no hay acceso a un hospital o a un tratamiento de salud”, advirtió.

Matheus destaca que por lo general cuando las niñas y adolescentes transexuales son expulsadas de sus hogares y de los centros educativos tienden a reunirse con “sus pares”, a quienes encuentran en las peluquerías y en el ejercicio del trabajo sexual.

“Son muy pocos los beneficios laborales que una transexual puede obtener como lavacabezas y por eso termina marchándose porque no puede costearse sus gastos diarios. Existen guettos: los gays terminan en las peluquerías, las lesbianas de vigilantes y los y las personas trans como peluqueros y trabajadores sexuales”, agregó.

El representante de la ONG Venezuela Diversa destacó que de manera constante algunas transexuales son víctimas de violaciones a sus derechos humanos: “Los funcionarios de Policaracas y de la GNB las extorsionan y les piden dinero para dejarlas trabajar allí y, en algunas ocasiones, consumir droga libremente”.

Venezuela es uno de los países que desde 1989 está incluido en la Convención sobre los Derechos del Niño que obliga a los gobiernos a criminalizar y castigar las actividades relacionadas contra la prostitución infantil. El protocolo también establece que los niños y niñas que han sido víctimas de este delito deben recibir apoyo médico, psicológico, logístico y financiero para contribuir a su rehabilitación y reintegración.

El mercado de niñas y adolescentes transexuales en la avenida Libertador se mantiene en 2016. En esa zona es frecuente ver cómo, por temporadas, los rostros de jóvenes transexuales se rotan con los de otras compañeras que vienen de varios estados en busca de oportunidades para obtener dinero y defender la identidad de género con la que se identifican. Esta conclusión se desprende de entrevistas con trabajadoras sexuales, vecinos de la Libertador y recorridos, a lo largo de tres años y medio por esa plaza de prostitución.

Nury Pernía, presidente de Ambar, asociación civil que apoya a niñas y adolescentes víctimas de explotación sexual infantil, explicó que es común ver rotación de menores de edad en plazas de prostitución: “Por lo general estos grupos organizados trabajan en redes. Las trabajadoras sexuales menores siempre están juntas y se desplazan juntas, pero cada cierto tiempo las mafias las rotan, esconden o llevan a otras zonas o estados para resguardarlas”.

DEL PODER A LA PRISIÓN

Los familiares de las dos jóvenes asesinadas en 2011 aseguran que las adolescentes eran extorsionadas y explotadas por “La Prince”, pero la transexual que es señalada por las autoridades de ser la autora intelectual y material de los dos crímenes y por haber sido la cabecilla de la mafia de prostitución en la avenida Libertador, se defiende: dice que es inocente.

El 11 de septiembre de 2014 “La Prince” estaba esposada frente al Tribunal 11 de Juicio del Palacio de Justicia. Por ratos se apoyó en la pared que estaba al lado de la puerta del juzgado, bebía sorbos de agua y de café que le daba una de sus primas y se limpiaba el rostro con su pañuelo de Winnie Pooh que olía a colonia Chicco de bebé. Eran las 3:00 pm cuando esperaba inquieta que iniciara la continuidad del debate oral y público que estaba pautado para dos horas antes.

En las afueras del Tribunal la madre de “La Prince”, cuyo nombre es Ernis Manuel Rodríguez Romero, de 32 años de edad, procuraba que a su hijo no le faltara nada. Le daba caramelos, pedazos de galletas y evitaba que los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana se dieran cuenta. Casi 20 metros atrás de la familia Romero estaban dos funcionarios del Cicpc que participaron en la aprehensión de la señalada en mayo de 2011.

La imputada ya no usa lentes de contacto color verde, ni luce su larga cabellera que le gustaba mostrar en fotografías. Su melena, que quedó en el recuerdo, fue sustituida por un peinado masculino que debe aplacar con gelatina y además debe vestir el uniforme amarillo que usan los presos recluidos en penales en los que se aplica el Nuevo Régimen Penitenciario.

En prisión las curvas de “la Prince” se han alterado. Lo que a simple vista parecían casi 10 kilos de más, estaban repartidos por su cuerpo que aún conserva los glúteos y senos que se hizo al alcanzar la mayoría de edad. Ella, de tez morena, ojos achinados, pestañas largas y voz femenina, accedió hablar del caso con la periodista.

La Prince

La Prince (derecha) en Tribunales

-¿Por qué te dicen La Prince?

-Eso es mentira. No me dicen Prince. Fue un show que montó la policía para perjudicarme. Yo soy inocente. Me metieron presa porque iba a denunciar a unos Cicpc por maltratos, por eso me detuvieron en una discoteca”.

-Las trabajadoras sexuales, la policía y las autoridades aseguran que eras la líder de la banda y que te dicen “La Prince”…

-Yo tenía años apartada de la avenida Libertador. Solo me prostituía de vez en cuando por internet, porque necesitaba colaborar en mi casa y ayudar a mi mamá.

– Si no eres “La Prince”, ¿quién eres?

– Soy Ernis. Así me dicen en la familia. Me llaman por mi nombre. Aunque afortunadamente todos me comprenden y no me tratan como a un hombre.

-¿Cómo fueron tus inicios en la prostitución de calle?

-Empecé a los 16 años. Viví cosas horribles porque “Modelo´, la anterior madrina nos acosaba y nos echaba ácido en la cara. En la avenida Libertador, donde me decían Estephani, todas las transexuales están a un paso de la vida y la muerte, por eso la calle te saca tu parte bruta.

-¿En dónde has estado presa estos cuatro años?

-Primero estuve en los calabozos del Cicpc de Simón Rodríguez, luego en la División de Capturas del Cicpc en El Rosal, posteriormente en La Planta y ahora en Yare. Esto ha sido fatal porque hay retardo procesal. Las audiencias siempre las difieren y cada vez que vengo a Palacio de Justicia los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana se burlan de mí. Soy una víctima de una película que hicieron los Cicpc. Es algo fantasioso.

-¿Cómo ha sido tu paso por la cárcel?

-Muy incómodo. No me han respetado mi identidad. Me discriminan y me tienen con puros hombres. Aunque afortunadamente cuando estuve en La Planta, en El Paraíso, conocí a mi actual pareja. Cuando clausuraron el penal nos trasladaron para Yare y, gracias a Dios, he contado con el apoyo de él.

–¿Qué extrañas tras las rejas?

–A mi familia, mis cremas, perfumes y tratamientos de belleza.

–¿Tienes algún ritual en la cárcel?

–Trato de no descuidar el uso de mis cremas y de las hormonas. Cuando hay visita mi familia me trae cosméticos y el anticonceptivo hormonal mesiyina, que es inyectado.

 

LAS NUEVAS “MADRES” DE LA MAFIA

Tatiana La Wason

Sabrina la Maracucha

Las actuales “madres” de la avenida Libertador y sustitutas de “La Prince” y de “La Barbie” son “Tatiana la Wason” y “Sabrina la Maracucha” quienes, de acuerdo con testimonios de trabajadoras sexuales, reportes de funcionarios del Cicpc y denuncias recibidas por la ONG Venezuela Diversa, son más violentas, e incluso, extorsionan a las transexuales que en la actualidad solo se promocionan en páginas webs, para estar más seguras.

“Necesitamos ayuda para que los maltratos hacia nosotras cesen. Pasan los años y nos hacen más daño. Sabrina La Maracucha me llama por teléfono para amenazarme con cortarme el cabello o matarme porque se dieron cuenta que no estoy yendo a la avenida, pero que me promociono en la web. En Chacao, cuando estamos por El Rosal, hemos sido atacadas por unas funcionarias de Polichacao que son mandadas por un funcionario de apellido Paiva”, aseguró una trabajadora sexual.

Parte de las evidencias que conservan algunos funcionarios policiales son unas notas de voz que algunas transexuales, víctimas de “Tatiana la Wason” y de “Sabrina la Maracucha” les han enviado a sus compañeras para contarles cómo las “madres” ingresaron en las pensiones en las que viven para robarlas y cortarles el cabello, esta última acción es uno de los actuales modus operandi que las líderes de la mafia utilizan para castigar a las transexuales si no cumplen sus órdenes.

Yonatan Matheus explicó que las actuales “madres” han logrado extender la plaza de prostitución hasta El Rosal, en el municipio Chacao: “Funcionarios de Polichacao, Policaracas, PNB, Guardia del Pueblo y algunos del Cicpc, se ven beneficiados de los hechos delictivos que ocurren en estas zonas y tienden a perseguir y estigmatizar a estas trabajadoras sexuales por su condición sexual”.

Matheus advirtió que estas “madres” también tienen conexiones con otras plazas de prostitución de transexuales que operan en el país: “Tatiana La Wason es de Puerto La Cruz y Sabrina La Maracucha de Maracaibo. Estas madres viajan constantemente para hablar con las líderes de las otras mafias de sus estados y de Barquisimeto para negociar traslados de trabajadoras sexuales de una plaza a otra”.

POLICÍAS SE DESMARCAN DE LAS MAFIAS

El director de Polichacao, comisionado Yoryi Carvajal, admitió que en el municipio Chacao hay presencia de prostitutas transexuales que “posan” en áreas fronterizas con el municipio Libertador.

“En las zonas donde hay más presencia de transexuales son en las calles Pichincha y Guaicaipuro de El Rosal, pero allí es donde hacemos profilaxia, que es la labor de sacarlas de allí. En algunas ocasiones las detenemos porque se presentan situaciones violentas con clientes, porque o ellas los roban o ellos las agreden a ellas. Evidentemente ellas van a decir que la policía las roba, pero eso no es así”, aseguró.

Antes de cerrar la investigación, el 16 de mayo, también se contactó al ex director encargado de Policaracas y actual director de Operaciones de la Policía Nacional Bolivariana, general de Brigada, Eduardo Serrano. “No manejo mayor información al respecto. Nosotros estamos abocados a otros aspectos referentes a la seguridad ciudadana. La verdad es que, sobre eso en específico. Déjeme indagar. Deme un día para saber si hay algunas denuncias contra algunos funcionarios y en cuanto tenga más información, podré darle mayor amplitud sobre lo que usted me está preguntando (…) Si hay menores de edad, se tiene que denunciar ante la Lopna y el Ministerio Público”, precisó al ser consultado sobre las denuncias de extorsión y agresiones a transexuales por parte de funcionarios de ambos cuerpos de seguridad.

Serrano fue contactado nuevamente por Runrun.es, unos días después, como acordó. Pero no respondió.

Los asesinatos de prostitutas transexuales en Caracas prácticamente pasan inadvertidos por las autoridades y, en caso de ser reseñados en la prensa, en muchas oportunidades se conoce sólo el apodo de la víctima y no su nombre legal, lo que sin duda contribuye a que estos crímenes queden impunes. Uno de los casos más sonados fue la muerte de “Lulú”, una transexual asesinada en junio de 2012 en la Libertador. Aunque la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se pronunció para que el Estado investigara, no ha habido justicia.

 

LA “MADRES” ATACAN DE NUEVO

Trabajadoras sexuales informaron que el 26 de diciembre de 2014 “La Sobri”, otra adolescente que se prostituía en la avenida Libertador, fue asesinada a puñaladas en las adyacencias de El Rosal por miembros de la mafia que actualmente opera en esa zona. Funcionarios del Cicpc también confirmaron ese homicidio e, incluso, revelaron la identidad de la víctima. Se llamaba Winder Michael Rodríguez González y tenía 16 años de edad.

En el sistema de la policía judicial hay un expediente de la adolescente que el 6 de octubre de 2013 fue detenida para unas averiguaciones por robo. Un funcionario del Cicpc aseguró que la joven vivía en Los Magallanes de Catia y, aunque los representantes de la ONG Venezuela Diversa aseguran que el padre de la víctima, William Rodríguez, está interesado en denunciar el homicidio de su hija, para que se haga justicia, no fue posible contactarlo antes del cierre de esta investigación.

Sin embargo, se constató que en el sector popular viven y trabajan varias personas de la comunidad LGBT, incluso, algunos vecinos lamentaron el crimen de una transexual muy popular: “Marimar”, quien fue asesinada a tiros el 16 de agosto de 2015 en la Avenida Libertador junto con otra compañera que era conocida como “Vanessa”. Ambas víctimas eran mayores de edad. Sus casos no fueron reseñados en prensa y sus nombres legales se desconocen.

En la actualidad, de acuerdo con el estudio de campo que ha realizado la ONG Venezuela Diversa, cuatro adolescentes se dedican al trabajo sexual en la avenida Libertador y otras tres menores de edad también se prostituyen en las inmediaciones del Terminal Urbano Río Tuy, que está ubicado debajo de las torres del Centro Simón Bolívar.

“Las mujeres trans, principalmente las adolescentes, tienden a ser víctima de expulsión del seno familiar cuando sus representantes tienen dificultad para entender la situación que ellas están afrontando internamente y todo el proceso de transformación al que ellas quieren someterse para adecuar sus cuerpos. En ese momento ellas tienden a buscar el apoyo que no tienen de sus padres y en definitivamente, se van a la calle y tienden a reunirse en lugares de encuentro con personas de la comunidad LGBT y allí son captadas por personas que trabajan en la Avenida Libertador”, explica Matheus.

Wendell Oviedo, subdirector de la ONG Venezuela Diversa, advierte que la organización ha denunciado en el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del Municipio Libertador que hay menores de edad que son explotadas sexualmente en la Avenida Libertador.

“Aunque haya la denuncia y exista el conocimiento del caso en instancias como ésta, la respuesta que nos dan es que no pueden hacer nada porque no tienen en dónde tener las adolescentes trans. Nos explican que no pueden compartir con hombres porque su apariencia es de mujer y no las pueden meter con mujeres porque biológicamente son hombres. Esa es la respuesta del Estado frente a este tipo de casos”, precisa Oviedo.

“Jessica” es una de las adolescentes que actualmente ejerce el trabajo sexual en la avenida Libertador. Usa peluca y rellenos en los pechos. Como la mayoría de las adolescentes que han sido consultadas, está acostumbrada a mentir. De entrada dice que tiene 20 años, pero cuando entra en confianza revela que tiene 17 años de edad.

“A los 15 años me fui de mi casa, en Valencia, y ahora vivo con varias amigas en una pensión. El dinero no nos alcanza para nada porque todos los días tenemos que pagar nuestra comida y la habitación. Aunque el servicio lo cobramos en 3.000 bolívares (U$ 3 para abril de 2016) y semanalmente debemos pagar 1.500 de vacuna (U$ 1.5), nuestras ganancias son cuestión de suerte porque a veces no ganamos nada, como en otras oportunidades salimos beneficiados como un día que un cliente extranjero me dio 1.000 dólares”, cuenta la joven.

Durante la investigación, que inició en enero de 2013, se contactaron a instituciones especializadas en la defensa de Niños, Niñas y Adolescentes como Unicef, Cecodap e incluso los Consejos de Protección de los municipios Libertador y Chacao, pero ninguna de las organizaciones tiene documentados casos o denuncias de adolescentes transexuales que sean explotadas sexualmente. Sólo se encontró un estudio que realizó la alcaldía de Chacao en 2006 en el que se detalla que para esa fecha había adolescentes niñas y jóvenes varones que eran explotados en ese municipio por redes de prostitución.

EL DRAMA DE SER TRANSEXUAL EN VENEZUELA

 

Duermen de día y trabajan de noche. Sus vidas están resumidas en una maleta que llevan consigo cada vez que se instalan en un nuevo “hotel de paso” y que sacaron de sus hogares cuando fueron expulsadas por sus padres antes de llegar a la adolescencia. Viven atrincheradas con sus pares en habitaciones que pagan a diario. No tienen un horario fijo de comer. La hora y el menú para alimentarse son pautados por las ganancias que obtienen con sus clientes.

Sus voces comienzan a cambiar. Los vellos a poblar sus rostros. El ancho de sus pies no lo ocultan los tacones o zapatillas que usan para evadir lo que ven en el espejo. Ese rechazo de renunciar a una identidad les costó sacrificar las relaciones con sus padres y amigos, abandonar los estudios y las llevó a ser desprotegidas institucionalmente. A eso se enfrentan a diario por estar en un submundo violento donde les permiten ser como desean ser.

No coleccionan videojuegos, libros, álbumes, ni revistas. Su obsesión es conseguir tacones, pinturas de labios, pelucas y pastillas anticonceptivas que les permitan lo que en la jerga trans identifican como “hormonizarse”, pero que en realidad significa feminizarse, pues de esta manera consumen hormonas femeninas. También trabajan en función de lograr grandes curvas y caderas a punta de biopolímeros e inyecciones de aceite de avión o de bebé y nunca pierden de vista llegar a la cúspide de sus metas: “hacerse los senos”.

En la calle, su área de trabajo, desfilan sigilosas para resguardarse, mientras tratan de ser más atractivas para los clientes que visitan la zona. Están acostumbradas a mentir, como mecanismo de defensa. Dicen que tienen más edad. Tienen vocabulario limitado y, de entrada, son ariscas. Siempre están a la ofensiva y por lo general en sus carteras tienen ácido o algún objeto para defenderse. Repiten muletillas como: “y así”, “¿sabes?”, “claro”, “¿me entiendes?” y no miran al rostro cuando hablan, pues su objetivo es “montarse” en el vehículo de un nuevo cliente. Es una semblanza de las adolescentes transexuales que han sido entrevistadas a lo largo de tres años y medio durante varios recorridos en la avenida Libertador y en las pensiones en donde viven.

EL RIESGO DE CONVERTIRSE EN MUJER

El proceso judicial en torno al homicidio de Enderson Jesús Bianconi López, de 17 años de edad, “Kimberly Rubí, no sólo revela el retardo procesal y las irregularidades con las que se ha manejado el caso, también han quedado al descubierto las trabas para llegar al expediente. En cinco años la hermana de la víctima, Edyx Bianconi López, no ha podido tener acceso al documento, pese a que ha dejado por escrito dos solicitudes para obtenerlo.

Una fuente judicial explicó que pudo comprobar en la Sala 10 que los imputados por el homicidio de “Kimberly Rubí” son Ernis Rodríguez Romero, Carlos Escalona Herrera y Juan Luis Quintero: “La sala conoció de una apelación de la defensa contra una negativa del Tribunal 11° de declarar el decaimiento de la medida por el transcurso del tiempo. La apelación fue declarada sin lugar y el expediente fue devuelto al Tribunal 11° de juicio mediante oficio 117-2016 del 02 de febrero de 2016”.

En el Tribunal 11°, que es donde está radicado el caso, no han dado despacho con regularidad, según informa la fuente judicial.

“Nos dijeron que tiene tiempo así porque la juez está de reposo. No recordaban si el expediente había llegado, pues según información confidencial, la causa fue distribuida a la Sala 10 el 11 de julio de 2015. En cualquier caso, son del criterio de no prestarle el expediente a las víctimas, sino a sus abogados. Como no está la juez, no supieron explicar si le pueden mostrar el expediente a los familiares de la víctima sin la necesidad de consignar un poder. Sin embargo, no se puede descartar que las trabas que han tenido los parientes de la víctima para llegar al expediente demuestra que estamos frente a un caso en el que está involucrada una mafia, o un poder económico o político”, explica la fuente consultada.

En la morgue de Bello Monte, en Caracas, también han sido ingresados cadáveres de transexuales, que por lo general no cumplieron los 30 años de edad, y que murieron por ingerir hormonas, inyectarse biopolímeros y sustancias extrañas, como aceite de avión y aceite de bebé, para esculpir sus curvas.

La endocrinólogo con más de 10 años de experiencia en tratamiento de pacientes transexuales María Luisa Francis, advirtió que la automedicación en dosis inadecuadas puede ocasionar la muerte.

“Los efectos secundarios de la automedicación de hormonas pueden causar desde una trombosis venosa, una cirrosis hepática, hasta un infarto. Lo más recomendable es que se busque ayuda de un especialista, pero la mayoría de las transexuales evita ir a un hospital por miedo a ser discriminadas. Cuando las pacientes vienen a consulta me dicen que vienen a hormonizarse, pero el término correcto es feminizarse o utilizar terapia hormonal de reasignación. El nivel sociocultural de la mayoría de las transexuales que llegan a una consulta es muy bajo. Es gente que no tiene acceso a la información. Hay blogs, páginas donde solamente lo que hacen es conocerse unos con otros. Pareciera ser un mundo cada día más frívolo”, explicó.

La especialista advirtió que la mayoría de las pacientes transexuales que van a su consulta desconocen qué pasos deben seguir para iniciar un plan de feminización, en parte, por la falta de información que hay en el país y por el desinterés del Estado por reconocerlas.

“No hay disposición del Estado por reconocer a este tipo de personas. Hace falta que se unan esfuerzos para que se consolide una sociedad de transexualismo y que estas personas tengan ayuda, como ocurre en países como Argentina y Colombia. No se trata solamente de que la paciente se opere, sino que las personas tengan los medios para costearse la terapia de reemplazo hormonal que debe ser de por vida”, precisó.

Francis también considera que las transexuales son  las más discriminadas de la población LGBTI: “La mayoría de las trans empiezan como homosexuales porque para ellas es muy difícil relacionarse. Frecuentan lugares de ambiente y, en ese proceso, se descubren. En esa necesidad de tener curvas, las lleva a inyectarse aceite de bebé, de carro y de avión”.

La endocrinólogo especialista en el tratamiento con transexuales define al transexualismo como una disforia del género: “Sigue estando dentro de la clasificación de enfermedades mentales. Lamentablemente sigue apareciendo como una disforia del género, es decir, un trastorno del género donde la persona no se siente a gusto ni conforme con el sexo genético que le fue asignado. Esas personas tratan de asumir actitudes del sexo contrario, vestuario del sexo contrario, eso no necesariamente implica que les gusten los hombres o las mujeres. Eso entra en una discusión diferente que es la orientación. En términos sencillos para explicarlo, son hombres que se sienten mujeres y que están en un cuerpo equivocado”.

Francis, sin embargo, compartió otra definición del transexualismo desde el área científica: “Desde el punto de vista endocrinológico, y de otras ciencias aparte de la psiquiatría, sí se han hecho estudios en donde se piensa que alteraciones desde el punto de vista genético, donde hay redistribución de receptores de las hormonas tanto femeninas como masculinas, lo cual hace que el cerebro tenga un comportamiento más femenino en el caso de un hombre que se siente mujer y más masculino en el caso de una mujer que quizá se siente hombre. Indiscutiblemente todo está en estudio, pero no lo suficiente como para lograr sacar de esa clasificación de enfermedades mentales al transexualismo. Llegará el momento en que ocurra, al igual que ocurrió con la homosexualidad, que aparecía como un trastorno mental dentro de las revisiones de las enfermedades mentales”.

 

“CABOCLA” UNA ADOLESCENTE QUE MURIÓ DE VIH

Los integrantes de la ONG Venezuela Diversa tienen documentado el caso de una adolescente de 17 años de edad que el 31 de diciembre de 2014 murió por complicaciones de VIH. La joven era conocida en la Avenida Libertador como “Cabocla” desde 2011. Ese año se inició en el trabajo sexual cuando tenía 14 años de edad.

Wendell Oviedo dijo que 15 días antes de morir, el 16 de diciembre de 2014, la menor de edad contactó a los miembros de la organización no gubernamental para pedirles ayuda. Sin embargo, las actuales líderes de la mafia de esa red de prostitución que opera en Caracas le prohibieron a la adolescente mantener contacto con los defensores de los derechos de la comunidad LGBTI.

“Cabocla estaba en fase terminal de VIH, lo que la condujo a tener complicaciones propias de la enfermedad. Le dio bronconeumonía y peritonitis. Nosotros la llevamos al Hospital Militar, donde la atendieron y le mandaron un tratamiento para un cuadro de gastritis, cuando en realidad tenía peritonitis. Luego intentamos seguir hablando con ella, pero nos enteramos que Sabrina La Maracucha y la Tati Wason, que son las actuales líderes de la mafia de la Avenida Libertador, le prohibieron comunicarse con nosotros”, contó Oviedo.

“Cabocla” se llamaba Carlos Rivero. Era alta, de tez blanca y cabello rubio. Nació en Maracaibo y desde los 14 años de edad se separó de su seno familiar cuando manifestó que quería ser mujer.

SIN NADIE QUE LAS DEFIENDA

La legislación venezolana establece, en el caso de la explotación sexual, protección a las mujeres, niños, niñas y adolescentes. El artículo 54 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela dice que “Ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre. La trata de personas y, en particular, la de mujeres, niños y adolescentes en todas sus formas, estará sujeta a las penas previstas en la ley”.

En la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia se tipifican en los artículos 46, 47 y 56, se clasifican delitos como la prostitución forzada, la esclavitud sexual y la trata de mujeres, niñas y adolescentes, con castigos que oscilan entre 10 y 20 años de prisión.

El artículo 33 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes establece el derecho de los menores de edad a ser protegidos contra el abuso y explotación sexual: “Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser protegidos y protegidas contra cualquier forma de abuso y explotación sexual. El Estado debe garantizar programas permanentes y gratuitos de asistencia y atención integral a los niños, niñas y adolescentes que hayan sido víctimas de abuso o explotación sexual”.

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Fuente: Runrunes / Investigación de Angélica Lugo