El pasado martes 2 de julio, Yailin Damaris Espinoza Lara pudo reencontrarse con su familia tras haber culminado el juicio que enfrentó durante más de seis meses. La mujer de 23 años fue liberada bajo libertad plena, tras comprobarse su inocencia. Ella no mató a su bebé con una tabla en el Hospital Materno Infantil del Este “Dr. Joel Valencia Parpacen”, parroquia Petare, como se viralizó en redes sociales.
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Este martes contó todos los detalles de la traumática experiencia y pidió a las mujeres que están embarazadas no acudir a hospitales públicos para evitar situaciones similares.
Todo empezó el 3 de marzo del 2023, cuando el director del Cicpc, Douglas Rico informó en su cuenta Instagram que, una comisión detuvo a Yailin. Según el reporte, la mujer fue evaluada por el equipo médico, quienes le informaron que daría a luz de manera natural, por lo que tomó una actitud agresiva, exigiendo que se le practicara una cesárea. Ella optó por desprenderse las vías, tomó una tabla de tabla de madera con la que se golpeó en múltiples veces en la barriga, además de tirarse contra el suelo, de frente, con el propósito de que se le fuese practicada la intervención.
Los galenos le practicaron una cesárea de emergencia, logrando que el niño naciera con vida, sin embargo, falleció poco minutos después debido a las lesiones causadas por la mujer. Pero el juicio reveló lo que en realidad pasó.
En entrevista exclusiva concedida a este portal, Yailin quien es madre de una niña de 6 años, destacó que gracias al último órgano de prueba se pudo comprobar que el bebé falleció a causa de asfixia perinatal por trabajo de parto prolongado. Es decir, tuvo un trauma fetal por la desatención del equipo médico.
«Hace 1 año y 4 meses, viví una experiencia traumática que fue perder a mi bebé, y ser detenida. Me culparon de haberle asesinado, estuve todo ese tiempo peleando mi juicio y defendiendo mi inocencia. Todavía esa pérdida sigue latente en mi corazón, es muy traumático, lo recuerdo, todavía tengo sus cosas en mi cuarto. Es muy fuerte, pero le doy gracias a Dios por una segunda oportunidad y porque ahora puedo pasar el luto como debe ser, llorar con mi familia, abrazar a mi hija y a mi esposo. Abrazarlos y no soltarlos nunca», expresó.
Calificó como una mentira el hecho de que hayan dicho que se golpeó la barriga con una tabla. Pese a que esta falsedad, provocó el rechazo generalizado contra su persona, Yailin aseguró que no le guarda rencor a los médicos y que todo se lo deja a Dios.
«Yo estoy bajo libertad plena, ellos dijeron que me golpeé con una tabla y fue una mentira que me hizo estar detenida y enfrentar un juicio durante meses. No tengo nada que decir de los doctores, no quiero que les pase nada, no tengo ninguna sed de venganza. No tengo nada en contra de ellos. No quiero recordar ese mal rato, solo pido que Dios los bendiga y que será Dios el único que se encargará de todo», enfatizó.
En este punto, la joven madre afirmó que siempre estuvo confiada de que saldría en libertad: «Fueron muchos meses lejos de mi familia, es muy doloroso ver que hay muchas mujeres inocentes detenidas por este tipo de casos, yo no era la única. En mi mente nunca pasó ser condenada o llegar a un penal. Siempre estuve positiva, sabía que mi inocencia se iba a comprobar y me visualizaba junto a mi familia».
Mensaje a las madres y a los médicos
Pese a estar con su familia en Petare, Yailin dijo sentirse todavía deprimida por este trago amargo. Es un capítulo que quisiera olvidar y si bien no descarta tener otro hijo, consideró que deberá pasar un buen tiempo.
Envió un consejo a las embarazadas que están por dar a luz, para que elijan correctamente el centro de salud, ya que de eso dependerá la vida de su bebé y de ellas mismas: «Mi único consejo es que tomemos buenas decisiones y que esos lugares no son confiables para tener a nuestros bebés. Es preferible acudir a centros clínicos privados para tener nuestros bebés y no pasar por una mala praxis o ser víctimas de negligencia médica».
«A los médicos, le pido que sean más profesionales y hagan su trabajo. Que los partos los atiendan médicos graduados y con experiencia, que no pongan a atender a médicos que están aprendiendo a ser doctores, si no a verdaderos especialistas».
Un plan en su contra
En una entrevista a este portal, concedida en noviembre de 2023, Maikol David Alzamora Suárez, esposo de la mujer y padre del bebé fallecido, aseguró que la mujer fue víctima de un plan de los médicos y enfermeras que le atendieron ese día, para ocultar un caso de negligencia médica.
Fue el martes 28 de febrero del año pasado, cuando a Yailin le dieron unas puntadas, por lo que decidieron asistir al centro de salud, conocido como Materno de Petare.
«Ella estuvo en control en ese hospital todo el embarazo, todo iba muy bien, tenía sus ecos, todo su control mensual. Una semana antes del 28, le dieron unos dolores y le dijeron que el bebé estaba en posición, que esperara el trabajo de parto. Este es su segundo embarazo, nuestra otra niña tiene cinco años. La madrugada del martes le dieron unas puntadas, pero ella me dijo que podía soportar el dolor. Así pasamos la mañana y la tarde. Y a las 6:00 p.m. salimos al hospital», precisó.
Minutos después de llegar, fue atendida por el personal de emergencia. Le tomaron los datos.
«Como a las 8:00 p.m. -dos horas después- nos llamaron a mí y a mi suegra para que la tranquilizáramos porque estaba alterada. Me dejaron pasar a sala de parto pese a que no tenía guantes ni nada. En ese momento, ella venía caminando hacia nosotros, le dijimos que se quedara tranquila, pero me decía que no podía, que no aguantaba el dolor. Me decía: Maikol ayúdame porque de verdad, no puedo. La abracé, la calmé y le dije que pensara en nuestra niña, que ella sí podía».
«Cuando pasó se iba a desmayar y yo la tuve que agarrar. En ese momento estaban varias enfermeras y dos médicos, un reumatólogo extranjero y una doctora. La agarré, la monté en la camilla y le pedí que por favor se calmara para que todo saliera bien. Ella se quedó tranquila y el personal me pidió que me saliera de la sala. Había otras mujeres en sala de parto, pero no estaban dando a luz ni nada», aseveró.
En ese punto, ya todos estaban muy nerviosos, agregó, pero solo esperaba que el bebé naciera sano. Pero a las 11:00 p.m., la joven embarazada llegó caminando sola hacia emergencia.
«Estábamos sentados esperando y salimos corriendo para ayudarla. Me dijo que la habían dejado sola, que no la querían atender. Estaba descalza y semidesnuda, solo con la bata clínica azul», describió. «Mi suegra se alteró porque la dejaron sola y entró con ella nuevamente para que la atendieran».
Casi una hora después, cerca de las 12:00 de la medianoche, le informaron que la llevarían a quirófano. Pero eso no fue todo.
«Estaba en silla de ruedas, la iban a ingresar al quirófano. Pero la doctora me dijo que mi esposa se había pegado con una tabla en la barriga y me enseñó la tabla. Ella estaba pálida y me decía que eso era falso, que era mentira. Yo me preguntaba ¿Cómo con esa tabla? ¿Por qué? Ella respondió que tocó la tabla, pero que no se había pegado. También es falso que se haya lanzado encima de la barriga. Se hubiese desmayado, estaría inconsciente, se habría hecho daño», estimó.
Maikol Alzamora sostuvo que le hicieron firmar una autorización para practicarle la cesárea. «Nos pidieron a su madre y a mí, una autorización firmada porque advertían que podía haber complicaciones por todo el tiempo que había pasado. Nosotros la firmamos y le dijimos que no perdieran más tiempo, que la atendieran lo más rápido posible. Nos quedamos afuera esperando».
Al cabo de un rato, la doctora le explicó que el bebé nació muerto.
«Nos dicen que está muerto. Yo lo vi y estaba tieso. Había pasado una hora desde que entró a quirófano. La neonatólogo me dijo que el niño nació sin signos vitales. Quedamos consternados. Ahora dice la denuncia que el niño estaba vivo y murió minutos después. En ese momento yo estaba perplejo, después de todo lo que había pasado. Ella dijo que estaba muerto antes de sacarlo. Que nació muerto», subrayó. «Nos dijeron que debíamos firmar un informe, que era algo normal en esos casos porque debían informar a la dirección del hospital. Nosotros leímos que decía que la paciente tenía una conducta agresiva, que estaba alterada por el dolor y eso lo reconozco, nosotros firmamos ese papel, pero que se haya llegado a tirar al piso es totalmente falso. Y mucho menos pegarse con una tabla», fustigó.
Además, subrayó que esperaron durante nueve meses al bebé producto de su relación y no tiene sentido que ella misma se hiciera daño de esa forma.
«Es increíble que una mujer que cuidó de su bebé durante nueve meses, que tuvo un embarazo controlado, que nosotros como pareja y familia esperábamos el nacimiento del bebé, que le compramos su ropita y sus cosas con mucho sacrificio porque somos de bajos recursos, alguien pueda creer que va a hacer eso en un hospital. De querer haberle hecho daño al bebé lo hubiese hecho en la casa. Es algo ilógico. Lo que nosotros creemos es que se están cubriendo las espaldas porque eso fue negligencia médica y por eso la denunciaron ante el Cicpc».
Otro caso del Materno de Petare
Debido a la falta de estadísticas oficiales, los medios de comunicación se han convertido en una ventana de denuncia para casos de presunta mala praxis relacionada al tema materno infantil en Venezuela. En abril de 2022, una mujer denunció que su bebé recién nacido falleció en el Materno Infantil de Petare, y que ella fue víctima de violencia obstetricia.
El Diario 2001 reportó que la mujer asistió al Hospital Dr. Domingo Luciani para dar a luz a su bebé, que tenía un peso aproximado de 4 kilos 100 gramos, por lo que debía ser sometida a una cesárea, pero el personal médico se negó.
Por tanto, se trasladó al Hospital Materno Infantil, donde también se negaron a praticarle la césarea y el personal de turno la presionó para que aceptara un parto natural. «Las enfermeras le dejaron los brazos morados por la mala colocación de las vías intravenosas. Sufrió maltratos, le decían floja mientras la obligaban a pujar. Le hicieron presión sobre su barriga para forzar la salida del bebé pero le causaron daños a la madre».
Ochoa se percató de que el doctor salió de la sala de parto mientras las enfermeras siguieron con las maniobras hasta que el niño finalmente salió. Poco después de sostenerlo en brazos por solo unos segundos -porque se lo retiraron de inmediato- le dijeron que el niño estaba muerto.
«En ese momento, la actitud de los médicos y las enfermeras cambió, comenzaron a tratarme bien. Mi hijo estaba con vida cuando nació, sentí su mano moverse. Pero los médicos insistieron en que nació sin vida».
De acuerdo al reporte del diario regional, los padres denunciaron la mala praxis ante el Cicpc, los forenses determinaron que el recién nacido respiró durante una hora, pero presentó traumatismo cráneo-encefálico severo. Ni siquiera le entregaron el certificado de nacimiento porque decían que nació sin vida. La mujer denunció que el anestesiólogo le pedía 100 dólares para anetesiarla.