Penélope Longart, de 24 años, caminaba el 16 de julio por el bulevar cuando tres hombres se le acercaron con piropos y luego la jalaron a una calle y empezaron a agredirla. Durante la cuarentena por COVID-19 se han registrado 16 femicidios en la Gran Caracas.
«Tuve una experiencia horrible, tres tipos me agarraron, me intentaron tocar y, si no hubiese aparecido otro muchacho, no sé si algo más», así inició el relato de lo vivido la estudiante de sociología Penélope Longart Borjas, de 24 años, quien fue víctima de violencia sexual cuando caminaba el jueves, 16 de julio, por el bulevar de Sabana Grande, ubicado en la parroquia El Recreo, municipio Libertador de Caracas.
Longart Borjas contó a El Pitazo que aproximadamente a las 2:00 pm del jueves le llevó unos encargos a su mamá hasta la parada de transporte público en Chacaíto. Cuando terminó el mandado decidió tomar el transporte que la llevara hasta La Candelaria en Plaza Venezuela, pues hace meses, relata, fue robada en una de las unidades de transporte que tienen parada en Chacaíto.
Cuando Longart Borjas empezó a caminar por el bulevar de Sabana Grande sintió que la venían siguiendo, pero creyó que era paranoia suya. Estaba en lo cierto, pues cuando estaba a una cuadra de la estación de Metro Sabana Grande, tres hombres entre 25 y 35 años, de identidad desconocida, empezaron a gritarle expresiones del tipo: «qué rica estás», «te queremos con nosotros», «bella»; como la joven no le hizo caso la atacaron y la jalaron a una calle paralela, uno de los jóvenes le mostró un puñal.
No hubo testigos del episodio, el bulevar se encontraba desolado debido a la cuarentena para evitar la propagación del COVID-19. Tampoco había presencia de funcionarios policiales patrullando la zona.
Los agresores encerraron a la joven en un rincón de una calle paralela del bulevar. La empezaron a tocar, le tocaron el labio, le tocaron las piernas, le rompieron la camisa. La víctima explicó que su mente entró en un estado de shock, pero su cuerpo intentó lograr escapar y también gritó. Longart Borjas pudo librarse de la agresión gracias a un motorizado que pasó por el sitio, le gritó a los jóvenes y los mismos huyeron.
A la joven no le robaron las pertenencias que tenía, dijo que no cargaba ni su cédula de identidad. El motorizado que la auxilió la llevó hasta su vivienda, ella le dio las gracias y subió a su apartamento, cuando vio a su papá se puso a llorar y le contó lo vivido. «No quiero vivir esto. No quiero que ninguna mujer lo viva», dijo la joven que se describe como feminista y también es activista política.
De los piropos se puede llegar a la violación y más
Magdymar León, coordinadora de Avesa, dice que de los piropos que usaron los agresores de Penélope Borjas para atacarla se puede llegar a la penetración y hasta el asesinato. «Los piropos en Venezuela no están tipificados como delito, pero en otros países si porque dan pie a la violencia sexual», indicó.
León detalló que el episodio de violencia sexual que sufrió la joven de 24 años es debido a la falta seguridad en la vía pública, al que los hombres y bandas se sienten con la tranquilidad de actuar porque están en un territorio sin ley. Además que viven en un país donde se mantiene la visión que las mujeres son un objeto sexual, «que yo puedo tomar en cualquier momento, cuando se me apetece».
El informe del Ministerio Público de 2016 detalla que, de los casos de violencia contra la mujer que fueron denunciados, solo 1% de los agresores fue detenido; lo que según León se traduce en que el sistema de justicia para las mujeres «no funciona, no protege y este tipo de delitos tiene tranquilidad de acción».
16 mujeres han sido asesinadas en Caracas en la cuarentena por COVID-19
Desde que inició la cuarentena niñas y mujeres venezolanas han sido víctimas de la violencia. Aimee Zambrano, coordinadora del Monitor de Feminicidios, detalla que desde el 16 de marzo, día en que inició la cuarentena por el COVID-19, hasta el 30 de junio se han registrado 130 femicidios en el país; 16 de esos casos se han dado en la Gran Caracas. Zambrano indica que tienen encendidas las alertas, pues han registrado un repunte de casos de abuso sexual en los estados Bolívar, Táchira, Trujillo y Zulia.
De acuerdo con Monitor de Víctimas, entre enero a junio de 2020 en la parroquia El Recreo fueron asesinadas 15 personas, una de ellas por violencia de género.