Según la información recabada por la ONSA sobre el caso de la lancha Thor, no existe algún indicio que modifique la versión de algo distinto a un accidente que terminó en la zozobra de la embarcación.
El vicecomodoro y secretario general de la Organización Nacional de Salvamento y Seguridad Marítima de los espacios Acuáticos de Venezuela (ONSA), Luis Guillermo Inciarte, informó este lunes 27 de septiembre que las operaciones de búsqueda y rescate de la lancha Thor por parte de esa ONG llegaron a su fin tras 20 días de suceder el incidente.
Inciarte indicó que las últimas operaciones que se llevaron a cabo, gracias a la labor de grupos voluntarios que se dedicaron a la labor, presentaron ciertos inconvenientes con el combustible para ejecutar las acciones y por ende no se pudo realizar el plan de barrido previsto para localizar los cuerpos de los desaparecidos o ubicar cualquier elemento que les pudiera dar indicios de lo que habría ocurrido con la embarcación siniestrada.
Resaltó que serán ya las autoridades competentes, en este caso el ente rector como lo es el Instituo Nacional de los Espacios Acuáticos, dar un cierre oficial a las operaciones o activar alguna entre el cabo San Román, bajando por la Península de Paraguaná hasta llegar a la Vela de Coro. Sin embargo, enfatizó que el caso queda abierto administrativamente «por el tiempo que dure el proceso de investigación y no sean declaradas las personas actualmente desaparecidas como fallecidas».
Destacó que los familiares de las personas desaparecidas en la lancha Thor han estado en contacto permanente con la ONSA e incluso han estado presentes en la sala de operaciones para ver cómo se desarrolló la logística de las actuaciones de los voluntarios. En ese sentido, Inciarte subrayó que estas personas ya han sido notificadas en un primer momento de la decisión de la ONG, ya que se asegura que los tiempos en el mar son muy claros y la esperanza de hallar cuerpos es casi inexistente.
Según la información recabada por la ONSA sobre el caso de la lancha Thor, no existe algún indicio que modifique la versión de algo distinto a un accidente que terminó en la zozobra de la embarcación y produjera que sus nueve pasajeros quedaran en el agua. «El lugar donde se estima que ocurrió, donde se consiguió a los náufragos y la dinámica del movimiento, conforma que era difícil obtener elementos flotantes de la embarcación. Incluso la recuperación de cuerpos iba a hacerse con búsqueda aérea», agregó.
En ese sentido, advirtió que no tuvieron un equipo especializado para actuar «mejor que lo que hasta ahora», enfatizando que faltaron unidades de apoyo aéreo con equipos de detección temprana y donde la observación visual se permitiera ampliamente. «Tenían ciertas limitaciones y las unidades marítimas no tenían apoyo (…) La búsqueda de cuerpos se hace con apoyo aéreo de baja altura y a baja velocidad, pero si no se hacía en los lapsos establecidos, el cuerpo se pierde, se va al fondo del mar (…) El resultado es cuatro personas encontradas, tres salvadas, una fallecida y cinco desaparecidos», señaló.
Aclaró que se contó con el apoyo del grupo de voluntarios de Curazao para llevar a cabo estas operaciones y no fue una actividad de Estado con Estado, ya que la búsqueda no se hizo con las autoridades oficiales. Consideró Inciarte que un tiempo prudencial para que se conozca un informe por parte del ente rector debería ser de seis meses, por lo que espera que el mismo -de elaborarse- no quede en secreto sumarial sino que se de a conocer.
Luis Guillermo Inciarte indicó que se reunirán con los familiares para explicarles las razones técnicas de por qué no pueden continuar con la búsqueda, así como sugerencias y consejos de las acciones que vienen a partir de este momento. En ese sentido, dijo que en tierra es mucho más sencillo de encontrar restos, mientras que en el mar no lo es.
«Nuestras operaciones con los voluntarios nos dicen que los tiempos de búsqueda terminaron, por cuanto no existen probabilidades de conseguir lo que se quiere conseguir. No es una operación de búsqueda y recuperación, sino búsqueda y rescate. Es otra acción. Nuestra labor es salvar vidas. En nuestro criterio, desistimos. Cerramos operaciones como voluntariado».
Comentó que los recursos económicos usados por la ONSA son o bien recaudados durante el tiempo o a veces parte de su propio bolsillo. «Usamos esos recursos para el salvamento de la vida», dijo Luis Guillermo Inciarte.
Sobre la embarcación «Don Rafa Jr», el secretario general de la ONSA dijo que aún no se ha encontrado el cuerpo de Arquímedes Marval, el único desaparecido que hay después de la explosión de la nave y el posterior salvamento de 22 personas que cayeron al agua tras el incidente. A pesar de esto, advirtió que «es difícil que Marval se encuentre con vida» por lo que las operaciones pasarían a búsqueda y recuperación.
Hizo énfasis en la necesidad de contar con una búsqueda aérea en el área recomendada para ver si el cuerpo aparece. Al respecto, advirtió que la falta de combustible para aviones es otro de los elementos que ralentizan estas operaciones y por ende los voluntarios no pueden hacer el trabajo; así que las operaciones han quedado en manos de las autoridades y aún no han dado parte de las zonas que han sido marcadas en la búsqueda.
Confirmó que hubo un incendio en la sala de máquinas del «Don Rafa Jr». y que se intentó apagar con varios mecanismos, entre ellos usando agua, lo que es contraproducente -de acuerdo al vicecomodoro- para sofocar las llamas en el mar. Eso generó el control del incendio y la posterior zozobra de la nave.
Los tripulantes experimentados contaron con la posibilidad de hacer embarcaciones improvisadas debido a que llevaban tablas de windsurf y por eso lograron salvarse ellos y los pasajeros. Uno de los de la tripulación usó aletas para llegar a La Orchila. No pudo hacerlo, pero gracias a la corriente sí llegó a Los Roques, desde donde se dio la voz de alarma y que permitió que los propios roqueños hicieran las labores de rescate. Luego fue que las autoridades se activaron para socorrer a los náufragos.
Inciarte mencionó que la embarcación debía haber tenido chalecos salvavidas y demás implementos, así como también dijo que el capitán de la nave debía haber puesto en marcha la maniobra de «zafarrancho», que es saber lo que debe hacerse en esos casos y cómo ayudar a los que están en el barco.
También mencionó que debían haber tenido balsas profesionales, ya que era una embarcación pesquera, y varios sistemas que permitieran identificar el lugar del incidente. «Si lo tenían, no lo supieron usar», destacó el secretario general de la ONSA.
Hizo mención a que hay «novedades» en el proceso de inspección por parte de las autoridades, como por ejemplo el hecho que se encontrara un chaleco salvavidas -muy presumiblemente de la lancha «Thor»- que no estaba debidamente rotulado, deja a entender que las inspecciones no se hicieron correctamente.
«Las inspecciones no se han hecho con la seriedad del caso. El zarpe es solo una notificación para los buques deportivos, no así para los de pasajeros y de pesca (…) Las inspecciones se hacen cada cierto tiempo pero cuando se hacen, deben hacerse con rigurosidad. Esto deja en claro que los inspectores no actuaron con la rigurosidad del caso», advirtió.
Antes de la ONSA, el INEA dijo que revisará sus protocolos
El presidente del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA), almirante Eladio Jiménez, aseguró este lunes 27 de septiembre que se siguieron los protocolos establecidos internacionalmente sobre los náufragos de ambos barcos e informó que en los próximos días sostendrán un encuentro con las autoridades que tengan competencias en el área para revisar los procedimientos conjuntos.
«Porque si tienes un procedimiento para algo y se cumple y ocurre de todas formas un accidente, lo tienes que revisar y por supuesto que no estamos ni contentos, ni satisfechos, con la ocurrencia de esos eventos», dijo en entrevista concedida a Unión Radio.
Explicó que tras conocerse el retardo de las embarcaciones, se activaron varios protocolos para dar con ellos.
Señaló que frente a un escenario de este tipo se activa SAR Maiquetía y lo dirige Guardacostas de la Armada Bolivariana, quienes tienen el «músculo, medios y equipos» para hacer la búsqueda de la embarcación.
Informó que al momento trabajan con un grupo de ingenieros en un sistema, que permita a quien se encuentre en emergencia independientemente del tamaño de la embarcación, sea recreativa o no, informar sobre una eventualidad.