Los tripulantes del otro vehículo huyeron del sitio a pie luego de ver que el conductor del otro carro no reaccionaba. El accidente ocurrió frente al estadio Alejandro Borges
Para sacar el cuerpo de Jonathan Eliezer González Hernández, de 31 años, de su pequeño Monza, los Bomberos de Maracaibo, tuvieron que forzar el amasijo en el que se convirtió el vehículo. Antes tuvieron que sortear una serie de botellas que los tripulantes de la Toyota Machito plateada, que le llegó para hacer creer que el hombre ingería alcohol, mientras manejaba.
Los González estaban seguros de quien era su pariente. “Él no tomaba. Trabajaba de noche para que el carro no recalentara”, aseguró su madre. Entre abrazos de solidaridad y lágrimas por la reciente pérdida contaron que el choque ocurrió durante el pasado viernes a las 11.00 de la noche en el semáforo de la avenida 25, parroquia Chiquinquirá, frente al estadio Alejandro Borges de Maracaibo.
Jessica González, hermana del occiso, explicó que esa noche él estaba en su casa, en el barrio La Victoria, viendo televisión cuando una prima, que está de visita en la ciudad, lo sacó de la cama para que la llevara a una reunión. “Él accedió y la llevó. Cuando regresaba a su casa ocurrió el choque”. Añadió que los tripulantes del rústico que lo colisionó resultaron ilesos, según le aseguraron los testigos.
Indicó que del Toyota, placa AD039NG, descendieron unos jóvenes que en un principio se acercaron hasta donde estaba su hermano, pero al ver que no reaccionaba decidieron regar unas botellas cerca del Monza y se fueron del sitio a pie. “Abandonaron la camioneta en el lugar. Un testigo intentó ayudar a mi hermano. Como vio que no había nada que hacer tomó su teléfono y llamó a la casa”.
Para cuando llegaron los parientes de la víctima, los rescatistas estaban sacando el cadáver de su pequeño carro azul. Hasta los momentos no tienen nada sobre la identidad de los tripulantes del rústico. La Policía tiene los datos del vehículo agresor. Los González esperan que den con el paradero de los culpables quienes, además de presuntamente ocasionar la muerte de su allegado, trataron de ensuciar su reputación.
José Manuel Sánchez/La Verdad