Las bandas de secuestradores en Barlovento

Al menos 20 bandas delictivas dedicadas al secuestro, cobro de extorsión, sicariato, robo y tráfico de drogas, hacen vida en Barlovento, estado Miranda. La región cacaotera y conocida por su tambores ahora es también reconocida en toda Venezuela, por los atroces crímenes.

En un trabajo del periodista Carlos D’hoy, que fue publicado por el diario El Universal, reseñan que entre las bandasse cuenta al menos 70 hombres fuertemente armados que dejan filmadas sus fechorías.

Al menos ocho personas fueron decapitadas por las bandas barloventeñas en el mes de septiembre. Los especialistas aseveran que los miembros de los grupos armados tienen “conductas de sociópatas”.

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Quizás nada en común tenía este grupo de personas: la maestra Gabriela Guédez (27), los adolescentes Héctor Manuel Hernández Salinas (17) y Gabriel José Peña Terán (17) y el taxista Ender Alexander Méndez Azuay (35), sin embargo ellos quedaron unidos por una circunstancia: todos fueron asesinados en Barlovento y Araira (Municipio Zamora), estado Miranda, en distintos hechos, y sus cuerpos decapitados por sus victimarios en una muestra de atrocidad que se repitió al menos en ocho oportunidades.Durante este mes de septiembre la llamada tierra ardiente y del tambor fue testigo del asesinato de al menos ocho personas quienes fueron decapitadas lo que evidencia una tendencia hacia este tipo de crímenes en una región que prácticamente está bajo el control del hampa.

Informaciones policiales señalan que en Barlovento, existen unas 20 bandas importantes dedicadas al secuestro, cobro de extorsión, sicariato, robo y tráfico de drogas. De estas organizaciones criminales, al menos cinco son conocidas por los altos niveles de crueldad de sus integrantes, algunos han llegado a grabar en video las mutilaciones cometidas contra sus víctimas.

Entre estas bandas se encuentran la de “Cabeza de Motor”, “Los Capracios”, la banda de Wilfredito, el alias de Wilfredo Hernández Ruiz en Aragüita; la banda de “El Morao” en El Peñón y “La Peica”. Sólo entre estas cinco bandas hay más de 70 hombres fuertemente armados y peligrosos.

LA CÁRCEL SE MUDA AL BARRIO

Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones, señala que Venezuela vive un proceso de permeabilización de la cárcel hacia la sociedad, lo que ha llevado a las calles los crímenes que antes se cometían en las prisiones.

“Si bien el objetivo de las cáceles es rescatar al individuo, en nuestro país vivimos un proceso inverso: La cárcel se mudó al barrio, lo contaminó, hoy en día las lecciones del penal se practican en las calles”.

“Encontramos hombres que estuvieron presos y aprendieron a usar la amputación como método de castigo y de marcar territorio, quienes se comen la luz y se meten con la propiedad de los pranes terminan en el mejor de los casos amputados y eso es lo vemos hoy en día en la calle”.

“En las cárceles la decapitación deja el mensaje de territorio conquistado, “cuando ocurren cambios de gobierno, el derrotado termina decapitado y exhibido”.

El criminalista Luis Izquiel agrega que el nivel de perversidad ha ido aumentando, debido a la crueldad que se vive en las cárceles venezolanas.

“La mayoría de esos asesinatos con decapitación buscan dejar un mensaje, son una terrible advertencia sobre hasta dónde se es capaz de llegar, se está marcando territorio con sangre”.

PRIMITIVISMO SOCIAL

Por su parte Fermín Mármol García apunta a que las decapitaciones son una muestra de la primitivización de la sociedad venezolana.

“Un primitivismo que se observa desde el punto de vista institucional económico y social, con un Estado que viola el ordenamiento jurídico, con la conuquización de la economía y con una sociedad que se ha acostumbrado a hacerse justicia por su propia mano, en la que los delincuentes terminan convirtiéndose en estrellas”.

Ante este panorama queda en evidencia la que gran descomposición social de las cárceles rebasó sus muros y contaminó el tejido social dejando su estela de muerte

Mármol agrega que desde su punto de vista dos planes de seguridad fracasados coadyuvaron a incrementar la inseguridad en el país: Las pernoctas judiciales que empoderaron a los pranes al dejarlos salir a afianzar su poder en las calles y las zonas de paz que dejaron amplios territorios en manos del hampa.

“Es necesario tomar medidas, y asumir el costo político que ello implica, es necesario un cambio en el paradigma que se ha venido usando y debe rescatarse el orden, todo por el bienestar de la sociedad”, señaló.

“LAS BANDAS TIENEN CONDUCTAS DE SOCIÓPATAS”

El director del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), Roberto Briceño León señala que las bandas criminales venezolanas han evolucionado a convertirse en colectivos con conductas de sociópatas “cuando vemos sus crímenes no vemos una respuesta emocional que los conduzca a actuar de esa manera, no hay remordimiento por las acciones, no sienten empatía hacia sus víctimas, cuando decapitanlo hacen con toda la racionalidad del caso, ellos no son crueles por odio, ni por rabia, cuando decapitan a una persona lo hacen porque tienen un propósito y es lograr el prestigio y perpetuar su poder, en algunos casos esconder el crimen que cometieron, actúan en completo uso de sus facultades”.

Asegura que la decapitación de las víctimas es un mensaje enviado por los delincuentes: cuando se mata a alguien, el asesino puede esconder el cadáver y hacerlo desaparecer, nadie se enterará; pero si quiere hacerle más daño entonces, publicitará el crimen, guindará o lo decapitará el cuerpo y lo dejará en algún lugar público, con eso le está dando un carácter simbólico al crimen, a través de esa muerte está dejando mensajes a todos, le está advirtiendo a cualquier enemigo lo enfrente que ese será su destino. Además se atreven a dejar mensajes escritos sobre los cuerpos con lo que son mucho más claros en sus condiciones, en los últimos días hemos visto dos casos con mensajes dejados sobre cadáveres decapitados, en estos casos el muerto termina convertido en el principal panfleto del asesino”.

por El Universal en noticiasaldiayalahora.co