A Beatriz Salas le preocupa que una única autoridad venezolana expresó algo sobre la desaparición de su hijo Hugo Marino. Ocurrió durante una entrevista del periodista Vladimir Villegas a Tarek William Saab, fiscal designado por la extinta ANC, sobre el caso del buzo.
“Lo he informado en su momento, hay unas líneas de investigación y hay un expediente abierto, unos fiscales designados, pero en ese caso no puedo en esta entrevista revelarte algún avance decisivo porque no lo tengo. Se está investigando como desaparición. Cuando tu dices “desaparición forzada” es porque se la atribuyes al Estado como responsable del hecho pero no presentas pruebas”, respondió Saab.
Beatriz contó que en su momento pudo conocer que su hijo tenía un expediente abierto por los supuestos delitos de terrorismo y traición a la patria. Pero que ahora ese material ya no existe. Desapareció.
Esta madre se dedica a publicar día a día el caso de su hijo, a través de su cuenta de Twitter, con la esperanza de que algún día le puedan dar respuestas. Sin embargo, Beatriz comentó que aún no hay señales de nada, ni siquiera de que las investigaciones que mencionó el fiscal Saab estén en marcha.
También manifestó que varios funcionarios la han bloqueado de esta plataforma.
“Parece que mi hijo no existió nunca para el régimen. Ellos quieren que yo me canse de buscarlo pero no me voy a cansar. Ellos se lo llevaron y ellos tienen que responder de alguna manera”.
Desaparición
La última vez que Beatriz Salas supo algo de Hugo fue cuando él llegó a Caracas, luego de un viaje que hizo a Miami, Estados Unidos, el 19 de abril de 2019. Hugo le dijo a su mamá que todo estaba bien y que la llamaría en la noche. Esa llamada nunca ocurrió. Su intención era hacer cosas personales luego de un año sin visitar Venezuela.
Dos días después, unos amigos cercanos a la familia le dijeron a Beatriz que a Hugo Marino se lo llevaron, supuestamente, unos funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
También le contaron que estaba detenido en la sede de la Dgcim en Boleíta y la orden era mantenerlo escondido. Los efectivos siempre negaron que el buzo estuviera allí.
Caso en Roma
Beatriz expresó que si las autoridades venezolanas no le piensan dar respuestas, tendrán que hacerlo ante la justicia internacional. Hugo Marino es ítalo-venezolano; su padre era italiano. Por lo que el caso de su desaparición se presentó en una fiscalía en la ciudad de Roma, comentó.
Agregó que el caso de Hugo se ha denunciado ante la Corte Penal Internacional (CPI).
El informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), publicado el 4 de julio, mostró la preocupación de esta instancia ante el retraso de las investigaciones de la presunta desaparición forzada de Hugo Marino.
“El Acnudh pide que se redoblen los esfuerzos para investigar estos y todos los casos de desapariciones, incluidas las presuntas desapariciones forzadas, y que se adopten las medidas necesarias para apoyar la búsqueda oportuna y efectiva de las personas desaparecidas, en consonancia con su obligación de garantizar recursos efectivos, incluida la prevención de la repetición”, dice el informe.
Profesional con trayectoria
Hugo es un buzo profesional especializado en rastreos acuáticos. Según su madre, él dedicó toda su vida al mar y dirigió la empresa Servicios Electrónicos Acuáticos (SEA), una compañía que presta servicios subacuáticos especializados y con la que participó en destacadas búsquedas en el océano de accidentes de aeronaves.
Entre las operaciones más relevantes de la empresa está la del empresario de la moda italiana Vittorio Missoni, su esposa y dos amigos de la pareja, en Los Roques en el 2013.
También colaboró en la búsqueda del submarino ARA San Juan en Argentina, que desapareció el 15 de noviembre de 2017 y que tenía a bordo 44 tripulantes. En 2018, Hugo dijo a la prensa argentina que iba a encontrar el submarino en un plazo de 100 días, reseñó Infobae.
La madre también habló del interés que tenía Hugo en las investigaciones de un avión que tuvo un accidente, tras despegar del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, en 2017. Uno de los fallecidos fue Miguel Pérez, hijo del exministro de Comercio Exterior y diputado Miguel Pérez Abad.
En el avión YV-3191 también viajaban el empresario Luis Picardi, Juvencio Carvajal, Nelson Bejarano y Joan Marreno.
Beatriz confesó que su hijo mantuvo una conversación vía telefónica con Miguel Pérez Abad, pero no sabe de qué hablaron. Lo único que alcanzó a decirles era que el exministro estaba muy preocupado porque no sabían del paradero del avión. Le preocupa que asocien a su hijo con el accidente aéreo porque “él no era político”.
“Quiero saber cuándo finalmente van a dar la cara, cuándo van a tomar la responsabilidad de lo que hicieron. Pero pueden estar seguros de que si juegan a que yo me canse o me olvide, no lo voy a hacer. Porque voy hacer hasta lo imposible para que paguen este crimen de lesa humanidad”.
Desde hace más de seis años Beatriz vive en Estados Unidos con sus dos nietos y la esposa de Hugo. En el otro extremo del continente continúa con su lucha, sin perder la esperanza de que su hijo pueda estar vivo.