Los familiares de la víctima llamaron por teléfono a la dama para contarle lo sucedido. Unos presuntos delincuentes llegaron, a las 11.20 de ese día, a la casa ubicada en el barrio Nuevo Milenio del sector La Sibucara, saltaron la cerca de ciclón, rompieron los barrotes de las ventanas con una segueta y entraron
Sentada a las afueras de la morgue forense Mirian Fernández, amiga de Zoraida Naileth Palmar, de 38 años, no salía de su asombro. El pasado viernes en horas de la noche, la vio rozagante y llena de vida durante un oficio celebrado en una iglesia cristiana del municipio Mara, ahora, estaba muerta.
Los familiares de la víctima llamaron por teléfono a la dama para contarle lo sucedido. Unos presuntos delincuentes llegaron, a las 11.20 de ese día, a la casa ubicada en el barrio Nuevo Milenio del sector La Sibucara, saltaron la cerca de ciclón, rompieron los barrotes de las ventanas con una segueta y entraron.
Los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica presumen que la infortunada comenzó a gritar cuando observó a los jóvenes parados frente a ella. Uno de los hampones se le abalanzó encima, le colocó las manos en el cuello y la estranguló mientras sus compinches revisaban las gavetas y despegaban el cable del televisor pantalla plana que tenía en la habitación.
Una vez perpetrado el asesinato y posterior robo huyeron sin dejar rastro. Comisiones de la Policía de esa entidad acordonaron la escena del crimen hasta que el equipo de criminalística llegó para hacer las experticias.
El cadáver desnudo de la muchacha permanecía tendido en el piso de granito de la sala, tenía las manos y los pies atados con una cuerda. Debido a su avanzado estado de descomposición resulta imposible determinar si le dispararon, así lo detalló un funcionario vinculado a la investigación.