Embarazada participa en crimen de una niña y un azote

familiares en la morgue maracaibo
Un sicario acribilló a Leonardo Enrique Cárdenas Guerra (38), en Brisas del Sur. Una bala rebotó y atravesó el cráneo de la pequeña Gabriela Salas Cañizales (2). Los testigos comentaron a la Policía científica que la mujer era quien conducía la motocicleta y ayudó a escapar al homicida. El caso se investiga como un ajuste de cuentas

Helen Hernández/La Verdad

Sentados en el porche de una vivienda, en la calle 80 con avenida 126 del barrio Brisas del Sur, parroquia Manuel Dagnino del municipio Maracaibo; permanecían los familiares de Gabriela Chiquinquirá Salas Cañizales (2). Su madre estaba en shock. Las piernas le temblaban, el sudor le corría por el rostro, miraba al suelo mientras apretaba contra su pecho un conejo de peluche. Por más que intentaron consolarla no pudieron.

María Gladys Perdomo (54), abuela de la niña, recordó que Yorbin Gabriel Salas, el padre de Gabriela, salió, el pasado jueves a las 8.30 de la noche, de la vivienda para raspar una tarjeta de débito para comprarle un caucho al vehículo con el que trabajaba en la ruta Pomona. Cerraba la reja del frente, cuando su hija le suplicó que la llevará, él accedió.

Al llegar a la esquina de la cuadra, ambos se detuvieron en Sorger, un taller de reconstrucción de tren delantero. Mientras el encargado lo atendía, Leonardo Enrique Cárdenas Guerra (38), alias el «Nindo», pasó junto a ellos. En cuestión de segundos, una pareja de delincuentes en una moto se estacionó del otro lado de la calle, el parrillero se bajó y atravesó la carretera.

El sicario sacó la pistola que llevaba escondida debajo de su camisa, interceptó al «Nindo» y le disparó en reiteradas oportunidades. Una de las balas rebotó en el yeso en su brazo derecho e impactó a la pequeña. El proyectil le entró por la frente y le salió por detrás de la cabeza, comentaron los testigos.

Una embarazada acompañaba al delincuente y observó el doble homicidio desde lo lejos. Al ver que la comunidad iba contra ella giró la moto, sentó a su cómplice detrás de ella y arrancó a toda velocidad, detallaron los vecinos a la Policía científica.

El hallazgo

Cuando Génesis y Mayerling, madre y tía de la niña, escucharon las detonaciones salieron de la casa para saber qué sucedía. Desde el frente avistaron una muchedumbre que se aglomeraba en la esquina; se acercaron, hallaron a Yorbis, con su hija en brazos, lloraba, gritaba. «La desesperación lo hizo llevarse las manos a la cabeza y secar la sangre que le corría por los brazos con su camisa».

Gabriela agonizaba, no podía respirar. Un amigo de la familia se desplazaba en su moto por la avenida, al ver la escena se detuvo y los auxilio. Yorbis subió a la niña a la motocicleta con destino al Hospital General del Sur, donde llegó casi muerta.

Los médicos de guardia hicieron todo lo posible por estabilizarla, no lo lograron, murió una hora después.

Enemigos

La Policía científica investiga el doble homicidio como un ajuste de cuentas. Los sicarios buscaban a Leonardo Enrique Cárdenas Guerra (38) por las amenazas que este le había hecho contra alias “Bebito”, a quien señalaba de matar a balazos a Enderson Gregorio Pirela Guerra, uno de sus sobrinos, de 17 años, el pasado 24 de mayo en el barrio Bello Monte. La niña fue una víctima colateral.