Un mañana que terminó en desgracia, un concierto de trap que desató una estampida humana, una desorganización que marcó un luto.
El pasado sábado 9 de noviembre el parque Miranda, lugar emblemático de Caracas, fue el escenario para una tragedia en medio del caos y el desconcierto.
Alrededor de 8.000 personas acudieron a un concierto de trap, principalmente adolescentes y niños, en el parque del Este, que terminó con la muerte de cuatro adolescentes y alrededor de 50 heridos.
Neutro Shorty: Banderas Blancas
Como un mensaje “contra la violencia en Venezuela”, un lema de “conciencia” y alzando banderas blancas, fue el llamado del cantante de trap Neutro Shorty a sus seguidores para que asistieran al concierto en el Parque del Este.
El cantante utilizó su cuenta en Instagram para enviar varios mensajes, por medio de sus historias, algunos de ellos eran: “Ahora o nunca menores, allá nos vemos y gracias”, “Full por todos lados”, “les digo mi gente está activa”.
“Tuve una premonición que debía ser ese día (9 de noviembre) y mi visión fue esta: miles de almas unidas por la música alzando la bandera blanca por la paz”, decía el cantante al promocionar el evento.
La estampida
“Comenzaron a empujar, lanzar zapatos y objetos”, así recordó Génesis Díaz, de 20 años, lo vivido esa mañana de tragedia en el parque Miranda.
Sudorosa, fatigada y sentada sobre un juego recreacional, ubicado en las afueras del parque, toma aire y relata que llegó al concierto alrededor de las 9:00 de la mañana. “Antes de entrar nos revisaron que no tuviéramos cuchillos o botellas de vidrio, pero era demasiada gente y los que se encontraban en la entrada revisando, que mayormente eran milicianos, no se dieron abasto”, rememoró Génesis.
Para Génesis al principio “todo iba bien”, cuando se encontraba frente a la tarima alrededor de las 10:30 de la mañana el DJ comenzó a hacer sus mezclas para entonar el ambiente.
Antes de que subiera a la tarima Neutro Shorty, el rapero Anestesia amenizó al público con una batalla de trap con un joven, que era parte de los asistentes al concierto.
Génesis recordó que muchos de los jóvenes se aglomeraron cerca de la tarima, el inclemente sol comenzaba a hacer sus estragos y algunos se desmayaban. “Como había demasiada gente habían desmayados por el sol, otros solo imitaban que se desmayaban para que los subieran a la tarima”, relató la joven.
Alrededor de las 11:30 de la mañana los ánimos se aceleraron, los jóvenes que todavía no habían logrado ingresar comenzaron a saltar las rejas, a destrozar las santamarias de la entrada del parque, cerca de la tarima lanzaban zapatos, objetos y empujaban. “Todo se volvió un alboroto”, contó Génesis.
Mientras ocurría todo aquello Neutro Shorty salió al escenario. “Él cantó un tema y dijo que tuvieran conciencia porque habían niños que se estaban asfixiando, cuando iba por la segunda canción decía que le dolía que su público esté sufriendo, por lo que suspendió el concierto”, relató la joven.
Aquella suspensión aumentó la tensión en el lugar y algunos menores, en señal de rebeldía, comenzaron a ingresar en las lagunas del parque y de un momento a otro se dio la estampida. “Yo no sabía por dónde meterme, mis amigos fueron los que me rescataron de ser aplastada en medio de la estampida”, narró Génesis.
Para la joven un grupo de menores fueron los que iniciaron el caos en el lugar y ante la falta de personal de seguridad, la desorganización y la gran cantidad de jóvenes que asistieron al concierto marcaron el resultado devastador.
Cuatro adolescentes perdieron la vida en medio de los hechos, una de ellas fue Andrea Alejandra Calderón Rodríguez, de 14 años, quien era estudiante de tercer año en un colegio en La Candelaria.
Andrea Alejandra acudió al concierto con varias amigas, en medio de la estampida cayó al piso y varios le pasaron por encima, presentando politraumatismo generalizado y luego fallece en el hospital Dr. Domingo Luciani de El Llanito.
Otros tres jóvenes identificados como Bárbara Calderón, presuntamente hermana de Andrea Alejandra, Daniela Rodríguez y un adolescente de apellido Jiménez también fallecieron en el hospital Ana Francisca Pérez de León, según la directora del recinto, Zaira Medina.
Los desaparecidos y heridos
Ante la cantidad de heridos que se presentaron en el concierto los funcionarios de Paramédicos Viales, Bomberos de Distrito Capital, Protección Civil, voluntarios y de la policía municipal no se dieron abasto para atender la situación.
En el lugar de los hechos habilitaron varias carpas para prestarles los primeros auxilios a los heridos, mientras que iban saliendo del parque los asistentes al evento que resultaron ilesos durante los acontecimientos.
Los padres no dejaban de llegar a la entrada del parque para preguntar por sus hijos o para esperar que salieran del lugar. Algunas de las madres lloraban desconsoladas temiendo lo peor, mientras que otros familiares se aventuraban dentro del parque buscando a los jóvenes.
Como Andrea Jaramillo, quien viajó con su prima Rebeca Acosta, desde Mamporal, Miranda, para acudir al concierto en el parque del Este.
Andrea relató que llegaron a Caracas el viernes y se quedaron en la casa de su madrina, luego asistieron al concierto alrededor de las 10:00 de la mañana del sábado y durante la estampida se registró una pelea, la joven se separó de su prima y no la encontraba. “Me dijeron que la buscara en los hospitales o ver si estaba detenida, pero no la consigo y antes de que viniéramos al concierto nos robaron en el metro de Plaza Venezuela una cartera, donde tenía mi teléfono y el dinero para el pasaje”, contó desesperada la joven.
Algunos jóvenes fueron retenidos por unas horas luego de que saltaran a la base aérea de La Carlota durante los sucesos en el parque.
Mientras ocurría todo aquello, el Instituto Nacional de Parques (Inparques) se pronunció por los hechos y aseveró que el concierto se realizó “sin la debida autorización de Inparques”, lo que lleva a la pregunta de si “no había autorización”, ¿Cómo los organizadores del concierto lograron colocar la tarima y organizar todo el evento en el lugar? , siendo un espacio, cercano a la base aérea de La Carlota.
por Lysaura Fuentes /El Cooperante