Cuatro jóvenes fueron asesinados en Petare

Doscientos dieciocho cadáveres han sido ingresados a la morgue de Bello Monte en los primeros 13 días de febrero y 23 cuerpos han sido llevados a esa dependencia desde el viernes hasta ayer en la mañana.

Sandra Guerrero / El Nacional

Entre las víctimas están Edward Albarrán Naguanagua, de 25 años de edad; Darwinson Fernández Naguanagua, de 18 años, y Anthony Naguanagua, de 20 años, quienes eran primos, además de Aurelio Guanda, de 19 años, quien era un vecino.

El suceso ocurrió en la calle Rosa María de Guaicoco, en Petare, el sábado a la 7:30 pm, cuando un grupo familiar y de vecinos conversaba y consumía licor, lo que hacían todos los fines de semana, dijo José Naguanagua, tío de las tres víctimas.

Al sitio llegó un vehículo en el que iban varios hombres. Uno de ellos descendió y disparó de forma indiscriminada.

Edward y Darwinson murieron en el lugar mientras que Anthony y Aurelio fueron trasladados al Hospital Domingo Luciani de El Llanito, pero en el trayecto murió Anthony. Aurelio falleció horas después. Hasta ayer a las 10:25 am no había sido llevado a la morgue.

Edward Naguanagua era mototaxista y su esposa está embarazada. Darwinson Naguanagua laboraba en una empresa de refrigeración; los otros dos trabajaban como albañiles.

Tres cadáveres. Ayer a las 6:00 am una comisión de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana encontró los cadáveres de tres hombres que estaban boca abajo, junto a la pared de la estación del Metro de Carapita, en la autopista Francisco Fajardo, en dirección a Caricuao y frente al Hospital Cardiológico Infantil de Montalbán.

Presumen que fueron ultimados en el sitio porque los funcionarios del Cicpc hallaron conchas y proyectiles.

Los jóvenes tenían disparos en la cabeza, uno de ellos estaba atado con las manos hacia atrás. Les cubrieron la cara con las franelas que llevaban puestas. Fueron despojados de sus pertenencias, incluyendo documentos de identidad. Los trasladaron a la morgue para hacerles la autopsia e identificarlos mediante necrodactilia.

Vecinos de diferentes sectores de Antímano se apostaron en la parte alta de la estación de Carapita para ver la cara de las víctimas y determinar si alguno de ellos vivía en alguno de los barrios de esa parroquia.