Efectivos del Eje Homicidios en San José de Barlovento del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) informaron sobre la detención el pasado fin de semana a tres personas que estarían presuntamente involucradas con la banda «Los beleneros», quienes son los señalados de los robos en la Troncal 12, a la altura del sector Mazapa, donde fue atacada la patrulla de Poligual en la que fue asesinada la maestra Liliana Ortega Rangel, la semana pasada.
Los tres capturados son un funcionario policial activo, un escolta y un aspirante a policía, según se indica en la reseña oficial del cuerpo detectivesco.
Quedaron identificados como Matías Orlando Inojosa Martínez, de 20 años de edad, estudiante de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes) y aspirante de la academia del Cicpc; Daniel José Serrada Cedeño, de 25 años de edad, quien se desempeña como escolta; y José Gregorio Blanco Mejías, de 20 años de edad, oficial activo de la Policía del Estado Miranda.
De acuerdo con lo informado por la policía científica, el estudiante y el escolta portaban armas de fuego cuando fueron aprehendidos. Ambos son señalados de «colocar barricadas en la Autopista Gran Mariscal de Ayacucho, a la altura del sector Mazapa y efectuar disparos a los vehículos que transitan por el lugar para despojarlos de sus pertenencias.
Por su parte, el funcionario de Polimiranda es acusado de «suministrar informarcion a los integrantes de la banda ‘Los beleneros’ cada vez que las comisiones se trasladan a la zona donde habitan estos delincuentes para que se vayan del lugar.
Familiares no creen esta versión
La información sobre la detención de estas tres personas no genera confianza en los dolientes de la maestra Liliana de Jesús Ortega Rangel.
«No dudamos que el escolta y el estudiante de la policía estén involucrados con las bandas, pero de ahí a que ellos mismos sean los que pongan las barricadas y disparen a los carros es querer salir del paso y hacer creer que ya resolvieron la situación. A mi hermana le dieron, según lo que yo mismo conté, seis disparos a los largo de su cuerpo solo en la parte frontal y habían heridas grandes y otras más pequeñas. Inicialmente se dijo que eran 15 hombres armados. ¿Dónde están los otros 13?«, comentó el hermano de la maestra asesinada.
Los familiares piden que continúen las investigaciones y que se encuentre y castigue a los responsables. «No queremos que con esas detenciones dejen el caso así. Pedimos justicia y que capturen a todos los delincuentes, que los metan presos de verdad, sin los privilegios que le dan a los policías y que les caiga todo el peso de la ley», concluyeron.
Los hechos
A la maestra Liliana Ortega Rangel la llamaron sus jefes para que se incorporara a su trabajo en el Escuela Estadal Rural San Antonio, en Cúpira, para el inicio del nuevo año escolar 2020-2021.
Al informar que no contaba con resursos para costear su pasaje, la autoridad de educación de la alcaldía del municipio Pedro Gual le ordenó que viajara en una patrulla de Poligual que se trasladó a Guarenas, al Circuito Judicial a presentar en tribunales a un privado de libertad.
Los funcionarios de Poligual también recibieron la orden de llevar como pasajera en la patrulla, a la maestra. El martes 15 de septiembre, cuando se trasladaban por la Autopista Gran Mariscal de Ayacucho, entre Caucagua y San José, el vehículo fue atacado a tiros, tras detenerse en una barricada, a las 9:30 pm.
Uno de los efectivos de Poligual recibió dos disparos, el privado de libertad presentó un tiro y el otro oficial de la policía resultó ileso. Sin embargo, a la maestra Liliana Ortega Rangel, su hermano, quien fue el encargado de reconocer el cadáver en la morgue de Barlovento, le contabilizó, al menos, seis impactos de bala de diferentes calibres, uno de ellos de gran tamaño, presuntamente de un arma de guerra.
«¿Por qué mi hermana recibió tantos disparos y los demás no? Estamos convencidos de que la usaron como escudo o de que allí pasó algo que todavía no nos han dicho. Pedimos una investigación exhaustiva y minuciosa.Queremos justicia. Ella no merecía morir así», exclamó uno de sus hermanos, en nombre de toda su familia, reseña El Pitazo