Cepaz documentó 20 femicidios consumados en marzo en Venezuela

El Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) documentó para el mes de marzo 20 homicidios de mujeres consumados y seis frustrados. En promedio, hubo este delito cada 27 horas en el país.

Los datos registrados en el monitoreo realizado por Cepaz corresponden al lapso comprendido entre el 1 y el 31 de marzo de 2021. El mayor porcentaje de este periodo 30% ocurrió en un lugar desolado, mientras que 20% sucedió en plena calle y 15% de los casos en la casa de la víctima.

Este dato refleja que, en contraste con el mes de febrero, en marzo hubo una disminución de 35% en los femicidios cometidos en el ámbito privado y un incremento de los ocurridos fuera del hogar. Para el mes de febrero el 50% de los homicidios se cometieron en la casa de habitación de la víctima o de ambos.

Víctima de ocho años

Un niño quedó huérfano por el asesinato de su madre durante el mes de marzo. Además hubo una víctima de apenas ocho años, que tenía discapacidad intelectual o del desarrollo. Solamente en un caso hubo denuncia previa por parte de la víctima.

El 85% de las féminas eran de nacionalidad venezolana y en el 45% de los casos tenían edades comprendidas entre 22 a 36 años. Además, el 5% de las víctimas eran madres.

Un dato resaltante en el monitoreo de marzo es que en el 25% de los casos las mujeres estuvieron desaparecidas antes del hallazgo del cadáver. Una de ellas era una adulta mayor de 77 años.

Muertes causadas por funcionarios

La mayor incidencia de los casos refleja una edad de los agresores femicidas comprendida entre 23 a 51 años, equivalente al 25% de los femicidios analizados. En el 50% de los casos el agresor es venezolano. En el otro 50% no se determinó la nacionalidad.

El 5% de los agresores aparecen vinculados a bandas dedicadas a actividades ilícitas. Y en el 5% de los casos se mencionó que los agresores presentaban antecedentes por violencias contra la mujer. Además, en el 15% de los casos se logró determinar que el agresor era un funcionario policial o militar. En dos de estos hechos el femicidio se ejecutó mediante el uso de un arma de fuego corta. El tercero de los agresores funcionarios cometió el delito con un arma punzo penetrante.

La persistencia de las muertes de mujeres ocasionadas por funcionarios fuera de servicio muestran que es necesario implementar políticas específicas que reviertan este problema.

Agresores en fuga

Para el mes de marzo el porcentaje de agresores en fuga alcanzó el 70% de los casos. Un incremento del 20,1% en relación al mes de febrero.

En el 20% de los casos no hubo testigos presenciales del femicidio, mientras que en un 15% los testigos presenciales de los hechos fueron familiares y conocidos de las víctimas.

Vínculo relacional

En el 30% de los casos las mujeres tenían o tuvieron convivencia con sus agresores, bien sea por matrimonio o por unión de hecho. Mientras que en el 10% de los casos analizados los agresores eran miembros de la misma familia (padres, tíos, hermanos, primos). De los cinco casos en los cuales las víctimas estuvieron desaparecidas antes del hallazgo del cadáver, tres de ellas mantenían una relación íntima con sus agresores.

El femicidio a manos de la pareja o expareja suele ser el resultado de un largo proceso de abuso de poder, basado en relaciones fuera del marco de la igualdad que dañan la integridad física, psicológica, sexual y económica de la mujer víctima.

Motivación y modus operandi

El 15% de los casos presenta como motivación aparente del hecho la venganza de organizaciones criminales. Mientras que una escena de celos o alegato de infidelidad íntima fue la motivación aparente de 5% de los casos analizados. En el 60% de los casos no se determinó la motivación de los actos violentos.

La participación de mujeres como coautoras o cómplices del agresor se pudo determinar en el 5% de los femicidios consumados. En el 10% de los casos, se menciona la participación en grupo de los ofensores. El 30% de los casos se desarrolló en un contexto de criminalidad organizada. El 15%, se trató de femicidio íntimo.

El femicidio íntimo se refiere al asesinato de la pareja o la ex pareja, en contextos de misoginia, sentido de superioridad de género y la concepción de las mujeres como posesión.

De los femicidios consumados, 25% ocurrió en el estado Bolívar; 20% en Zulia; 10% en Distrito Capital. y 10% en Miranda. Mientras que de los seis femicidios en grado de frustración, tres ocurrieron en el estado Zulia.

Signos de violencia

El 10% de los casos presentó como signo de violencia al cadáver arrojado en la vía pública. Otro 10% mutilaciones o descuartizamientos y otro 10% el cadáver arrojado a un basural. El 5% de los cuerpos presentó signos de atadura, mientras que en el 60% de los casos no se hace referencia a los signos de violencia ni a la causa de la muerte.

Presencia de armas

En el 30% de los casos se utilizó para la agresión femicida un arma de fuego. En 25%, se trató de la propia mano del agresor y en 20% el agresor utilizó un arma blanca o punzo penetrante. De los seis casos frustrados, en tres de ellos se utilizó arma de fuego.

Factores de riesgo

En el 10% de los casos los factores de riesgo estaban en relación a comunidades vulnerables en las que existen altos niveles de pobreza, de delincuencia y problemáticas sociales. Otro 10% se basó en antecedentes de episodios de violencia sexual.

En el exterior

En el mes de marzo hubo nueve muertes violentas de venezolanas en el exterior. Ocurrió una muerte cada tres días. Dos niños venezolanos quedaron huérfanos por el femicidio de sus madres. El 33,3% de las víctimas estaban embarazadas.

Hubo tres casos frustrado. En dos se trató de adolescentes de 16 años. En los tres se utilizó un arma punzo penetrante.

Colombia y Perú siguen siendo los países con mayor ocurrencia de casos. El 66,7% de los casos sucedieron en Colombia y el 22,2% en Perú.

La edad de la víctima en el 66,6% de los casos estaba comprendida entre 19 y 27 años. El 33,3% de los agresores son de nacionalidad venezolana y 44% de otras nacionalidades. En un caso el agresor era funcionario policial. Ningún agresor aparece vinculado a grupos, asociaciones o bandas dedicadas a actividades ilícitas. Un agresor se suicidó y otro lo intentó y no lo logró. El 66,7% de los agresores están en situación de fuga.

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