Los tatuajes son considerados modificaciones corporales que pueden ser de manera permanente o temporal, de acuerdo a los gustos del portador.
Durante años, se creía que podían afectar la salud, pero recientemente se ha descubierto lo contrario. Te contamos de qué se trata.
Tatuarse ha pasado de ser una moda a convertirse en una expresión cultural, bastante promovida por la juventud del siglo XXI. Es común observar en las calles a alguien con algún tipo de impresión sobre la piel alusiva a los ideales y deseos personales, y el modo en que cada quien se atreve a exteriorizarlos.
Como una representación diferente para cada uno, los tatuajes pueden ser el reflejo de la personalidad, pero en muchos casos han estado asociados a problemas de salud, a raíz de las infecciones, alergias, incluso el cáncer o sida, que en ocasiones han generado. Sin embargo, estudios recientes han determinado que contrario a los estigmas, trazarse la piel es una buena práctica para la salud.
Todo fue promovido por tres investigadores de la Universidad de Alabama (Estados Unidos), quienes realizaron un estudio que posteriormente fue publicado por el American Journal of Human Biology en marzo de 2016. Esta investigación incluyó la participación de casi 30 voluntarios.
De acuerdo a los resultados de la investigación, el sistema inmunológico podría verse beneficiado cuando una persona se realiza una serie de tatuajes (sí, ¡varios!); ya que en el estudio se tomaron en cuenta personas que se tatuaban por primera vez y quienes ya lo estaban. Se concluyó, en consecuencia, que las personas que “repetían la experiencia” presentaban un mejor nivel de inmunoglobulina A (principal en la defensa contra virus y bacterias), y cortisol (hormona que controla los niveles de estrés). A diferencia de las personas que se tatúan por primera vez, quienes presentaban signos de debilidad motivado al dolor causado por la acción de las agujas.
A este hecho, el doctor Christopher Lynn, principal en la investigación, lo comparó con ir al gimnasio reconociendo que al principio de los entrenamientos el cuerpo experimenta dolor y tensión, pero una vez adaptado, el sistema se vuelve más fuerte en sesiones posteriores.
Este estudio ha causado diferentes debates dentro de la comunidad científica, ya que estos expertos como, la Dra. Sylvie Stacy, especializada en Medicina Preventiva, aseguran que la investigación abarcó una muestra muy pequeña de individuos y que los riesgos de tatuarse siguen siendo los mismos, ya que solo se tomaron en cuenta la inmunoglobulina A y el cortisol, cuando el sistema inmune comprende más organismos.
Por otro lado, existen otros potenciales beneficios que podrían generar los tatuajes como la segregación de endorfinas, en respuesta a la estimulación recibida por la sensación de dolor en el cuerpo, durante la sesión de tatuaje. También se cree que puede mejorar el autoestima, ya que “genera una identidad” en el individuo, y le da más reconocimiento en su entorno o sociedad. Y finalmente está asociado a la práctica de acupuntura, ya que se cree que puede tener el mismo efecto que la práctica medicinal de acuerdo a la zona en donde se practique. reseña culturizando