Mira cómo afecta tu salud el recalentado de tus comidas

¿Sabías que comer recalentado puede afectar tu salud? Aquí te contamos cuáles son los peligros y consecuencias de recalentar la comida. Toma nota.

El recalentado es ya parte de la tradición navideña y de Año Nuevo; luego de las celebraciones oficiales, la familia se reúne de nueva cuenta para seguir comiendo los deliciosos platillos del día anterior, sin embargo, aunque estos puedan saber aún más ricos que entonces (según la creencia popular), pueden provocar una grave intoxicación.

La costumbre de comer los “restos” de días anteriores es muy común en todas partes, es una forma de evitar desperdicios y de una u otra forma significa un ahorro de dinero, no obstante, hacerlo podría traer graves consecuencias a tu salud.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la bacteria Campylobacter es una de las cuatro causas principales de enfermedad diarreica en el mundo y está considerada como la causa bacteriana más frecuente de la gastroenteritis, asimismo, es la culpable de que te puedas intoxicar con el recalentado.

La Campylobacter se encuentra principalmente en animales de sangre caliente como aves de corral, vacunos, porcinos, ovinos y avestruces, incluso en perros y gatos, y puede transmitirse a través de la carne y productos cárnicos poco cocidos y la leche sin hervir.

Asimismo, la bacteria puede sobrevivir algunas horas sobre la superficie de la cocina, por lo que puede esparcirse fácilmente y enfermar a las personas, provocando síntomas como vómitos, diarrea y dolor estomacal.

Entre las comidas que la Agencia de Estándares Alimentarios de Reino Unido (FSA) señala como especialmente peligrosas para recalentar se encuentran los guisos con carne, platillos con salsas de leche o crema, pescados y mariscos, arroz, pasta, alimentos que incluyan huevos, frutos secos y comida rica en proteínas.

Por último, la FSA advierte que lo más recomendables recalentar únicamente una vez la comida y asimismo hacerlo de una forma pareja, es decir, no en el microondas, puesto que este calienta por partes y permite que la bacteria sobreviva en las zonas que se mantienen frías.