La neumonía, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa infecciosa de muerte en niños en todo el mundo.
La enfermedad, según la OMS, es una infección aguda que afecta a los pulmones. Los alvéolos, pequeños sacos que se llenan de aire cuando una persona respira, están llenos de pus y líquido. Esto provoca una respiración dolorosa y limita la absorción de oxígeno.
¿Qué causa la neumonía?
Los agentes infecciosos que pueden causar neumonía incluyen virus, bacterias y hongos. Según la OMS, las más comunes son las bacterias neumococo y Haemophilus influenzae tipo b (Hib) (que también causan meningitis) y el virus respiratorio sincitial.
La organización sanitaria indica que en los niños, las enfermedades reemergentes (resistentes a medicamentos), como las infecciones sintomáticas por VIH (sida) y el sarampión, aumentan el riesgo de contraer neumonía. En estos casos, el agente infeccioso suele ser Pneumocystis jiroveci, una especie de hongo, similar a la levadura.
Además, la OMS afirma que algunos factores ambientales pueden aumentar la vulnerabilidad de los niños a la enfermedad. Por ejemplo, el tabaquismo de los padres o vivir en casas con muchos habitantes.
Transmisión, tratamiento y prevención de la neumonía.
La neumonía se puede transmitir por contacto. Los virus y las bacterias permanecen en la nariz o la garganta de una persona infectada y pueden propagarse en gotitas en el aire al toser o estornudar, según la OMS. Además, también puede pasar a través de la sangre, especialmente durante y poco después del nacimiento.
La organización internacional dice que la mayoría de los casos de neumonía requieren antibióticos para su tratamiento y recomienda la inmunización (contra Hib, neumococo, sarampión y tos ferina) como la forma más eficaz de prevenir esta infección.