Se considera hipertensión arterial cuando aumenta la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida.
Un buen control de la presión arterial puede retrasar el deterioro cognitivo y el desarrollo de demencias en la población, señaló un especialista en Ciudad de México.
En México, una de cada tres personas mayores de edad padece hipertensión arterial y esto lo coloca como uno de los países con la prevalencia más alta en el mundo.
«La presión arterial elevada por mucho tiempo se asocia a padecimientos demenciales y alteraciones cognitivas», advirtió el presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México, Pedro Gutiérrez Fajardo, en el marco del Día Mundial del Corazón que se celebrará este domingo 29 de septiembre.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2016, el 25,5 % de los adultos mexicanos presentó hipertensión arterial, de los cuales 40 % lo desconocía.
El problema de esta condición, señaló el experto, es que es considerada el «asesino silencioso» ya que no produce ningún síntoma y por ello la gente suele no conocer su condición hasta que no presenta complicaciones.
Aunque la mayoría de las veces se asocia con eventos vasculares como embolia cerebral o infarto al miocardio, el especialista destacó que se debe desmitificar la presión en una sola cifra y que en realidad la presión alta «nos expone a corto, mediano y largo plazo a padecer algún evento cardiovascular».
Explicó que mantener la presión arterial elevada por mucho tiempo puede generar microlesiones cerebrales que no causan ningún síntoma y pueden ser indetectables a través de los años pero generan un daño permanente y de ahí que se pueda desarrollar algún tipo de demencia.
El reto, señaló el especialista, es que existe poca cultura de las personas de monitorear su presión periódicamente ya que aunque parezca que estamos sanos, si los valores frecuentes de presión son mayores de 120-80 mmHg (milímetros de mercurio) puede existir un problema.
El otro reto, aseveró, es que muchas veces el paciente que sabe que es hipertenso pero no siente nada «subestima el hecho de padecer esta enfermedad y abandona el tratamiento», toma dosis subterapéuticas o no modifica su estilo de vida.
Finalmente, Gutiérrez Fajardo pidió a la sociedad recordar que esta es una enfermedad crónico degenerativa, que no se cura pero que si se controla puede alejar a la persona de complicaciones que pongan en riesgo su vida. reseña sipse