Las plantas de los pies son una parte de nuestro cuerpo a la que apenas le prestamos atención.
No obstante, son una zona que, al igual que las plantas de las manos, pueden reflejar muchos procesos o patologías que se producen en el interior de nuestro cuerpo.
Los cambios de color en las plantas de los pies ocurren frecuentemente y obedecen a numerosas causas. Las personas suelen alarmarse cuando se percatan de una coloración amarillenta en esta parte. Sin embargo, no hay por qué perder la calma, en realidad, este cambio no tiene por qué indicar algo grave.
Incluso, es común que en lugar de apreciarlo en nuestros propios pies lo observemos en los de nuestro bebé o nuestro hijo. Lo normal es que se deba a un exceso de carotenos en la dieta.
Los carotenos son pigmentos que están presentes en muchos alimentos, como la zanahoria. En este artículo te explicamos qué sucede y otras causas de que las plantas de los pies puedan estar amarillas.
Como ya hemos mencionado, la causa más frecuente de que las plantas de los pies estén amarillentas es la hipercarotinemia. Se trata de una enfermedad benigna en la que la persona tiene un exceso de carotenos en el organismo.
Los carotenos son pigmentos que se encuentran en muchas frutas y hortalizas. Suelen ser los culpables de que los vegetales tengan ese color amarillo o rojo. Por ejemplo, las naranjas, las zanahorias o los boniatos son muy ricos en esta sustancia.
La hipercarotinemia se puede producir, en primer lugar, por ingerir mucha cantidad de carotenos. No obstante, lo más frecuente es que se asocie a otras enfermedades que hacen que aumente esta sustancia en sangre. Por ejemplo, se suele dar en personas con hipotiroidismo.
Se trata de una patología que no conlleva ningún síntoma aparte de la coloración amarillenta de la que hablamos, que suele afectar a la planta de los pies y de las manos. Es algo transitorio y que solo repercute a nivel estética.
Además de la hipercarotinemia, hay otras situaciones que pueden provocar que las plantas de los pies luzcan de este color, y algunas de ellas sí que son patológicas. Por ejemplo, la ictericia.
La ictericia es un término médico que se utiliza para referirse a la coloración amarillenta de la piel y mucosas cuando la bilirrubina se encuentra por encima de los valores normales en sangre. La bilirrubina es un pigmento amarillo que se encuentra en la bilis, por lo que actúa como indicador del funcionamiento del hígado.
Cuando hay ictericia, no solo se colorean de amarillo la planta de los pies y de las manos, si no que también los ojos. Esta patología puede deberse a un fallo del hígado como la cirrosis o a un cólico biliar, entre otras causas.
Si lo que te preocupa es que se trata de tu bebé, es importante que conozcas la ictericia del recién nacido. Se trata de una situación relativamente frecuente a esas edades. Suele ser transitoria, pero lo ideal es que lo consultes con un pediatra.
Por otra parte, la anemia también puede provocar esta situación, aunque en este caso la coloración no es amarilla intensa, sino pálida. Consiste en que la concentración de hemoglobina en los glóbulos rojos está por debajo de lo normal. En estos casos, suele haber otros síntomas acompañantes, como el cansancio y la fatiga.
Curiosamente, hay ciertos venenos que pueden provocar que las plantas de los pies estén amarillas. Uno de ellos es un compuesto químico llamado trinitrotolueno (TNT). Se utiliza en el ámbito industrial, por lo que es raro que una persona normal lo presente.
Al igual que el hipotiroidismo, otras enfermedades como la diabetes mellitus también se relacionan con esto. Incluso, las personas con hiperlipoproteinemia pueden verse así las plantas de los pies.
En conclusión
Si ves que las plantas de tus pies o de tus manos están amarillas, no te alarmes. Lo más normal es que se deba a una hipercarotemia que no pone en riesgo tu salud. Sin embargo, es importante que, aún así, acudas al médico para descartar cualquier otra causa. reseña mejorconsalud