La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo.
Casi dos metros de extensión con unas finalidades muy básicas: protegernos frente a la luz del sol, la temperatura, las bacterias, mantener la hidratación… Nuestra piel nos permite sentir y experimentar, es un canal de sensaciones extraordinarias que a la vez, requiere determinados cuidados.
Todos soñamos con tener una piel perfecta, su aspecto es sinónimo de belleza y de ahí, que busquemos los últimos tratamientos para mantener su juventud, su elasticidad y su brillo. Sin embargo, hay algo más que el aspecto físico.
Dermatitis atópica, rosácea, acné, lunares… Son muchas las afecciones de la piel que nos preocupan y que requieren de una adecuada atención. El cuidado dermatológico implica sobre todo protección y prevención, no podemos olvidar que la exposición solar es uno de nuestros peores enemigos. El cáncer de piel y el envejecimiento prematuro están asociados precisamente a esta realidad.
Una piel bella es una piel sana. Y para mediar en su salud necesitamos de la atención y consejos de los buenos especialistas. La doctora Rocío Gil Redondo, médico dermatólogo, nos informa en la siguiente entrevista sobre esos temas que más nos interesan a todos.
La doctora Gil Redondo está licenciada en medicina la Universidad de Alcalá y dispone de la especialidad en dermatología por el Hospital Universitario de Guadalajara. Desempeña su labor en diversos centros médicos y además, imparte cursos y conferencias.
Algo que nos señala desde su experiencia es que en materia dermatológica los remedios mágicos no existen. Ya sea para el acné u otras afecciones, lo más relevante en gran parte de los casos es contar con una adecuada cultura sobre el cuidado de la piel. La fotoprotección, los rituales de limpieza o el uso de adecuados maquillajes, son aspectos que nunca deberíamos dejar de lado.
Asimismo, otra realidad con la que trabaja a menudo la doctora Gil Redondo es con las patologías precancerosas. Las revisiones periódicas de esos lunares que tenemos desde hace tiempo o que nos han salido tras el último verano, se alza también como algo más que va más allá de la mera estética; es salud y bienestar.
P. Es habitual escuchar que los cuidados de la piel varían dependiendo del tipo de piel, ¿cuáles son los principales tipos y qué tenemos que tener en cuenta?
Existen principalmente cuatro tipos de piel: la normal, la grasa, la seca y la mixta. Para clasificarlas hay que tener en cuenta características como la suavidad, el brillo, la descamación… A pesar de esta clasificación, cada piel puede comportarse de diferente manera debido a factores ambientales, como, por ejemplo, el clima.
P. Sabemos que existen zonas más sensibles de la piel que necesitan un cuidado particular, ¿cuáles son y qué debemos hacer para cuidarlas?
Las regiones más sensibles son aquellas de piel más fina como el área periocular y perioral. Para cuidarlas hay que hidratarlas a diario con cremas específicas para estas zonas y sobre todo tenerlas en cuenta a la hora de la fotoprotección.
P. Hoy día son particularmente preocupantes los riesgos derivados de la exposición solar, ¿hasta qué punto el cuidado de nuestra piel precisa tener en cuenta este factor?
El sol es una de las principales causas de envejecimiento al producir pérdida de elasticidad en la piel, arrugas, pigmentaciones indeseadas como el melasma o los lentigos solares y dilataciones vasculares, sobre todo en el área del cuello y el escote.
Más importante que esto es el riesgo que supone respecto al desarrollo de cáncer cutáneo, que puede requerir extirpaciones quirúrgicas con la consecuente secuela estética, además de la mortalidad que conlleva la aparición de ciertos tipos de cáncer cutáneo, como es el melanoma.
P. ¿Por qué es tan importante la exfoliación e hidratación de la piel del rostro?
La limpieza de la cara es importante para la eliminación de la suciedad ambiental que se deposita a lo largo del día, así como de los restos de maquillaje. La hidratación es importante para el mantenimiento de la textura de la piel y para completar sus necesidades, en función del tipo de piel.
En la exfoliación se consigue una eliminación de las células de la capa córnea, la capa más superficial de la piel, que ya de forma natural se van eliminando con el paso de los días. Por ello lo recomendamos en casos que lo necesiten, como en pieles con poro con tendencia a taponarse, texturas irregulares… Lo desaconsejamos en casos de pieles más sensibles por posibilidad de irritaciones.
P. ¿Hay algún producto o tipo de maquillaje que debamos evitar?
En personas con piel con tendencia al acné es importante evitar maquillajes y cremas comedogénicas para evitar la aparición de más lesiones.
P. Hay una creciente preocupación por prevenir el envejecimiento de la piel, ¿podría indicarnos cuáles son los tratamientos de rejuvenecimiento más innovadores que ofrece su clínica?
Uno de los tratamientos más innovadores es la terapia biofotónica, un tratamiento lumínico que utiliza la luz fluorescente para estimular la producción de colágeno y mejorar arrugas finas y cicatrices de acné, reducir el tamaño de los poros, mejorar la textura y calidad general de la piel.
Otro tratamiento es la radiofrecuencia, que produce un calentamiento de las capas profundas de la piel estimulando la producción de fibras de colágeno y elastina, mejorando la flaccidez corporal y facial.
P. ¿Podrías hablarnos un poco de la dermatitis atópica? Sabemos que hoy día es una enfermedad de la piel muy común especialmente en los recién nacidos, ¿a qué se debe?
La dermatitis atópica es uno de los motivos de consulta más frecuentes en dermatología infantil. Hasta el 10-20 % de los niños menores de 10 años pueden verse afectados por esta patología en diferentes grados, pudiendo afectar a la calidad de vida y del sueño en los casos moderados y severos.
Está producida por una alteración en la barrera de la piel que tiene una predisposición genética y que puede estar desencadenado por factores ambientales. Esto desencadena un proceso inflamatorio que produce el enrojecimiento, el picor y la descamación.
P. Para finalizar, ¿podrías decirnos cuáles son los motivos de consulta más habituales en dermatología?
Algunas de las consultas dermatológicas más frecuentes son el acné, la rosácea, la dermatitis seborreica, la revisión de lunares, la psoriasis, la dermatitis atópica y las infecciones virales como verrugas virales o moluscos, estas últimas sobre todo en población pediátrica.
También se ven de manera frecuente la patología precancerosa como las queratosis actínicas, y el cáncer cutáneo, sobre todo el carcinoma basocelular y el carcinoma epidermoide, más habitual en pacientes adultos de edad avanzada. reseña mejorconsalud