Investigadores de La Plata descubrieron que el 85% de las muestras en algodón, gasas, hisopos, toallitas y tampones dieron positivos para glifosato, un herbicida potencialmente cancerígeno.
El cien por ciento de los algodones y gasas estériles contienen glifosato (un herbicida potencialmente cancerígeno según la Organización Mundial de la Salud) o su derivado AMPA, sustancias también encontradas -aunque en menor porcentaje- en hisopos, toallitas y tampones, según un estudio realizado por el Espacio Multidisciplinario de Interacción Socioambiental (EMISA) de la Universidad de La Plata.
«El 85 por ciento de todas las muestras dieron positivos para glifosato y el 62 por ciento para AMPA, que es el metabolito ambiental; pero en el caso de algodones y gasas el porcentaje fue del cien por ciento», detalló el doctor en Química Damian Marino, integrante de EMISA.
Y continuó: «En cuanto a las concentraciones, lo que vimos es que en el algodón sin procesar lo que domina es el AMPA (39 g/kg y 13 g/kg de glifosato), mientras que en las gasas hay ausencia de AMPA, pero sí de glifosato cuya concentración es de 17 g/kg».
«El resultado de esta investigación es muy grave. Cuando uno utiliza algodón o gasas para curar heridas o para uso personal higiénico, lo hace pensando que son productos esterilizados, y resulta que están contaminados con una sustancia cancerígena», afirmó por su parte el pediatra Medardo Ávila Vázquez, referente de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.
Y continuó: «La mayoría de la producción de algodón en el país es transgénico y resistente al glifosato, se fumiga cuando el capullo está abierto entonces el glifosato queda condensado y pasa directo al producto».
Ávila Vázquez, presidente del Congreso, confesó que «el estudio nos ha sorprendido a todos porque en realidad nuestro objetivo era demostrar la presencia de estas sustancias cancerígenas sobre todo en alimentos, y la investigación de la Universidad de La Plata abre una nueva puerta que deberemos continuar».
Por su parte, Marino reconoció que esta investigación tampoco había sido un objetivo del grupo: «Estábamos investigando las derivas de glifosato en aplicaciones aéreas, esto es, hasta dónde se expande la sustancia cuando se fumiga y encontramos un estudio, un paper internacional donde se decía cómo había que realizar el procedimiento».
Y continuó: «Hay una premisa básica en investigación que es que cuando uno termina de hacer laboratorios tiene que contrastarlo contra algo limpio, y el paper decía que este elemento eran gasas estériles, de uso médico, es decir las que uno encuentra en las farmacias».
«Entonces fuimos y compramos gasas, abrimos los paquetes, los analizamos y ahí tuvimos la sorpresa: encontramos glifosato. Lo primero que pensamos era que habíamos hecho algo mal, así que tiramos todo y compramos nuevas gasas, las analizamos y volvimos a encontrar glifosato», relató Marino.
En marzo de este año, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (Iarc), dependiente de la OMS, agregó a cinco pesticidas como cancerígenos «posibles» o «probables», entre ellos al glifosato.
El investigador describió que «buscamos bibliografía y no encontramos ninguna publicación nacional ni internacional que hable de residuos de glifosato y su metabolito en este tipo de productos».
«Los resultados los hemos obtenido hace una semana, queremos que sean un disparador para que todos los pongamos a sistematizar la investigación y en esto estamos, diseñando nuevos trabajados con otras disciplinas, porque la obligación nuestra es velar por la salud de la población», concluyó.
A GENERAR CONCIENCIA!!
Fuente: http://www.losandes.com