Los científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa han confirmado la curación del VIH del denominado ‘paciente de Londres’, el segundo del mundo, porque 29 meses después de someterse a un trasplante de células madre y dejar de tomar antirretrovirales, sigue sin rastro del virus.
El estudio del ‘paciente de Londres’, que ha publicado hoy la revista ‘The Lancet HIV’, ha coincidido con la difusión de otro paciente, en este caso de Düsseldorf (Alemania), que, según los científicos, podría convertirse en el tercer caso en la historia en curarse del VIH, tras el de Londres y uno en Berlín.
Este tercer caso de Düsseldorf se ha dado a conocer en la Conference of Retroviruses and Oportunistic Infections, que debía celebrarse en Boston (EEUU) pero que se hace estos días de forma virtual a causa del coronavirus, aunque los médicos han señalado que se trata de «un caso de remisión a largo plazo del VIH», todavía no de una curación.
Es un hombre alemán que se sometió a un trasplante de médula ósea para tratar una leucemia y lleva 14 meses sin medicarse y con el virus indetectable.
Los casos de Londres y Düsseldorf forman parte del estudio observacional IciStem, que coordinan el investigador del IrsiCaixa, Javier Martínez-Picado, y el University Medical Center de Utrecht (Holanda), y que intenta comprender el papel del trasplante de células madre en la cura de la infección por el VIH.
En el IciSitem siguen actualmente a 28 pacientes trasplantados vivos, de los que dos llevan ya un año sin tratamiento, uno de los cuales consideran curado y otro en fase de remisión total de virus.
Martínez-Picado ha puntualizado que los médicos diferencian los conceptos de ‘curación’ y de ‘remisión a largo plazo’ en función del tiempo trascurrido sin rebrote viral desde la interrupción de la medicación antirretroviral.
«Cuando se publicó inicialmente el caso de Londres insistimos en no hablar de cura porque, aunque 18 meses invitaban al optimismo porque no se había visto un intervalo tan largo desde el paciente de Berlín, queríamos ser prudentes y no generar falsas expectativas», ha confesado Martínez-Picado.
Ahora, con 29 meses de remisión, los investigadores dan por confirmada la curación, la segunda en el mundo tras el caso de Berlín, que no formó parte del IciStem.
El ‘paciente de Londres’ es un hombre portador del VIH a quien se le detectó un Linfoma de Hodgkin, por lo que en 2016 se sometió a un trasplante de células madre con una mutación, llamada CCR5 Delta 32, que impide la entrada del virus a las células diana del VIH, los linfocitos T CD4.
Al cabo de 16 meses, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral y en marzo del 2019 la revista ‘Nature’ publicó un artículo que demostraba que llevaba 18 meses con el virus indetectable en su sangre, lo que le convertía en el segundo caso de «remisión a largo plazo».
Ahora, 29 meses después de la interrupción del tratamiento, el virus continúa indetectable en sangre, líquido cerebro-espinal, intestino y semen y con niveles muy bajos de genoma de VIH en tejidos linfoides, pero es material genético defectuoso que no tiene capacidad replicativa ni infecciosa.
«Por eso decimos que es el segundo caso de curación del mundo porque en el paciente de Berlín también se detectaban restos fósiles de ADN viral sin capacidad infecciosa», según Martínez-Picado.
El ‘paciente de Düsseldorf’ es un hombre de 50 años con VIH que en febrero de 2013 recibió un trasplante de células madre con la mutación CCR5 Delta 32 para tratar una leucemia mieloide aguda.
En noviembre de 2018, los médicos interrumpieron la medicación antirretroviral y, 14 meses después, sigue sin rebote viral.
Los análisis muestran rastros de ADN del virus en los nódulos linfáticos y el tracto gastrointestinal, aunque sin capacidad infecciosa.
Según los investigadores, estos resultados «son compatibles con una remisión sostenida del VIH», lo que lo convierte en el tercer caso del mundo.
Habitualmente, cuando las personas con infección por el VIH interrumpen el tratamiento, el virus rebrota a lo largo de las primeras 4 semanas.
Según los investigadores, la falta de rebrote en estos casos se debe a que las células del donante son resistentes al VIH, y a medida que van reemplazando las células del receptor tras el trasplante, disminuyen las posibilidades de infección del virus, que acaba desapareciendo.
Pese al éxito, Martínez-Picado ha advertido que «aún quedan barreras antes de que la edición genética del receptor CCR5 pueda ser usada como estrategia de cura escalable para toda la población».
También ha recordado que el trasplante es un procedimiento médico de mucho riesgo, que sólo se aplica a pacientes con una enfermedad que no pueda tratarse con otras terapias, reseña EFE