La especialista de programas de prevención, Lobelia Millán, explicó que hay que estar atentos a las llamadas drogas inofensivas como el alcohol y el tabaco, entre otras, por ser estadísticamente la puerta de entrada al consumo de sustancias ilícitas.
Según las estadísticas que se manejan en Venezuela, el consumo de drogas lícitas e ilícitas se inicia entre los 12 y 15 años, de allí que en algunos casos los centros de rehabilitación reciben jóvenes de 18 años que ya han desarrollado adición a las drogas.
Tal afirmación corresponde a la especialista en el desarrollo de programas sociales, Lobelia Millán, quien fue invitada por Seguros Venezuela para abordar el tema sobre las adicciones en jóvenes. La experta afirma que “es gravísimo ver a adolescentes que consumen drogas licitas como el alcohol, el tabaco y algunos medicamentos como tranquilizantes, ansiolíticos, pastillas para conciliar el sueño e incluso jarabes para la tos que contienen codeína”.
Advierte que padres, representantes, cuidadores y docentes de Venezuela, y otras partes del mundo, ven el consumo del tabaco y el alcohol como inofensivo, “lo que es una gran distorsión de la realidad. Estas sustancias están asociadas a muchos de los problemas que aquejan a nuestra juventud, tal es el caso de la aparición de enfermedades como el cáncer, alergias, asma, y a estas se le suma el ser protagonistas de accidentes y situaciones de violencia”.
La puerta al consumo de las drogas
En el ámbito sanitario las estadísticas refieren que el consumo de alcohol y tabaco son la puerta de entrada al consumo de drogas ilícitas, según afirma Millán.
“En casi todos los casos de adicción que se reciben en los centros de tratamiento, cuando se le pregunta al paciente con cuál droga inició, aparece el alcohol y el tabaco. La razón es que los jóvenes son vulnerables frente al consumo de drogas, por las propias características de ese grupo etario”.
La especialista destaca como factores de riesgo a nivel social, el modelo que pueden ser sus propios padres en cuanto al consumo de dichas sustancias lícitas, el abandono que sienten los hijos en el caso de la diáspora de sus padres, el interés de ser y pertenecer a un grupo en su escuela, el deseo de experimentar nuevas emociones y/o la búsqueda de su identidad e incluso su aspecto sexual.
Dentro del núcleo familiar también pueden darse algunos elementos desfavorables que motivan el aislamiento de los adolescentes por incomprensión, violencia y/o maltrato dentro del hogar. Muchas veces por el desconocimiento de sus padres, se les da un trato de niño pero se les exige responsabilidades como a un adulto. Es por eso que se recomienda adquirir herramientas para abordarlos y escucharlos.
11 recomendaciones para proteger a los niños y adolescentes de las drogas
Sobre este tema, Millán sugiere algunas recomendaciones a los padres, madres y cuidadores para evitar que los niños y adolescentes experimenten con drogas.
- Conocer las fortalezas y actitudes positivas de sus hijos para potenciarlas y reducir las brechas en las debilidades.
- Padres, representantes y cuidadores deben buscar herramientas para abordar el tema.
- Generar un aprendizaje continuo en el hogar, que la casa sea una escuela de valores para tus hijos.
- Asignar responsabilidades dentro del hogar, además de las académicas.
- Controlar los sistemas de recompensa ante los logros.
- Ayudarlos a construir un proyecto de vida individual, y sobre esa base un proyecto de vida familiar.
- Utilizar los momentos de familia para promover valores en niños y adolescentes. Los valores son los que yo pongo en práctica, no es sólo lo que se dice.
- Generar espacios saludables para el descanso, el compartir y el uso del tiempo libre, manteniendo lejos el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.
- Los padres deben revisar sus propios patrones de consumo de sustancias lícitas.
- Conocer a los padres y amigos de tus hijos, el entorno donde él se desarrolla para generar una red de apoyo.
- Los padres deben identificar posibles factores de riesgo y propiciar un abordaje desde la prevención en la escuela, la comunidad, el edificio o urbanización y apoyarse en las organizaciones para que se generen políticas de prevención y protección hacia los niños y jóvenes.
Para finalizar, Millán insistió que la familia siempre será el espacio privilegiado para prevenir el consumo de drogas.