Yaxis Aristigueta: Política envejecida

Yaxis Aristigueta

La política envejecida no es sólo un tema etario, es también una referencia a las formas antiquísimas de practicar este arte, cada día hay más jóvenes que adoptan y enarbolan cómo suyas doctrinas malsanas, antiéticas y corruptas para adelantar el ejercicio de la política, tutelados, por supuesto, por actores políticos de vieja data.

Mantener estructuras verticales, jerarquías adultocentristas, heteronormativas, conservadoras, con instancias decisorias que emanan directrices desde la capital de la república y negadas a la transformación, es sin duda el cáncer que poco a poco ha carcomido las iniciativas democratizadoras y de cambio en todos los espacios del tejido social, principalmente en los partidos políticos. Todo ello es en definitiva señal inequívoca de una política envejecida.

Esas gerontocracias han evitado que sectores como los afro descendientes, indoamericanos, LGBTQ+, mujeres y juventud, tengan acceso a puestos de toma de decisiones. Los fieles ejecutantes de la política envejecida han entrampando a toda la sociedad en un maniqueísmo extremista y se han encargado de desdeñar cada iniciativa de cambio y transformación que brota en el seno de las organizaciones políticas. De allí que hayan surgido protestas sectorizadas por los conculcados derechos colectivos e individuales, atomizando las exigencias y demandas en expresiones de descontentos basadas en la identidad.

Hoy las protestas por los derechos sobrepasa el espectro ideológico de derechas e izquierdas. Los ciudadanos se identifican mayoritariamente con minorías culturales. Este es uno de los motivos de desconexión entre los partidos y la mayoría de los sectores de la sociedad. Sencillamente la gerontocracia no comprende a las nuevas generaciones, no han internalizado que existen novedosas y diversas formas de comunicarse con la gente, que la población desea dejar de ser instrumentalizada y demanda ser vista más allá del voto, es decir, anhela ser participante activa de los cambios sociales.

Las acciones gerontocráticas (si es que cabe el término) de estos grupos, abren una ventana para la organización de espacios alternativos de instituciones distintas a los partidos tradicionales. El espectro político es amplio y reducirlo al ámbito partidista es un anacronismo, existen espacios en el tejido social que pueden provocar cambios profundos en la sociedad, un ejemplo de ello son las recientes protestas de los docentes.

En este sentido, hace más de un año propuse por escrito en uno de mis artículos que, “Es imperativo conformar una coalición alternativa que termine con los viejos vicios de la política en donde todos son sospechosos y la desconfianza mina cada espacio desde donde se intenta construir una Venezuela distinta, URGE LA RENOVACIÓN.” (14/03/2021).

Hoy más que nunca nuestra propuesta se hace urgente y necesaria, por lo cual te invito a asumirla. Para ello es necesario motivar a la gente, al ciudadano, pero pensarlo sólo desde los partidos políticos es un error. “El reto está en inspirar para movilizar a la acción colectiva. Y eso sólo puede lograrse a través de una comunicación política centrada en las aspiraciones, emociones y valores de la gente.” (L.A. Espino 2015)

Justo ahora se están gestando alternativas que invitan al encuentro de diversos movimientos identitarios, todas estas iniciativas aunque pocas son valiosas, pues están centradas en las aspiraciones del colectivo. Quienes estamos en esa ruta consideramos que un movimiento de movimientos es el inicio de la renovación política. Por ello te exhorto a participar desde cualquier espacio que invite al reencuentro de todos los venezolanos, cualquiera que sea, deportivo, laboral, estudiantil, juvenil, el que sea, pero siempre y cuando se aleje de esa POLÍTICA ENVEJECIDA.

Yaxis. Aristigueta.