Omar Ávila: Entre bajones y apagones

Omar Ávila

El mes pasado escribí un artículo el cual titulé: “Sistema eléctrico sin futuro”, que traigo a colación a propósito de lo ocurrido en la central hidroeléctrica del Guri.

En un reciente video pudimos apreciar la inundación de las salas de turbinas de generación eléctrica del Guri, en el estado Bolívar. Turbina que es la encargada de suministrar el 70% de la electricidad del país, la cual pudimos apreciar que se encuentra en un muy mal estado, al punto que ya no es solo la denuncia de falta de mantenimiento preventivo, sino que se le suma la falta de una bomba de calidad para sacar el agua, además de estar usando mangueras de jardín sin caudal suficiente para hacer el trabajo.

 

Pareciera que lamentablemente vamos camino a días de gran oscuridad en nuestra Venezuela. La cantidad de fallas eléctricas en Venezuela van a paso de vencedores. En lo que va del año son cada vez más las fallas, bajones y horas sin ver luz. Si la cosa sigue como va, Venezuela pudiera sufrir un apagón infinitamente peor que el de Marzo del 2019.

 

Basta ya de sus burdas y absurdas excusas. Hay que asumir la responsabilidad en este vital asunto. Culpar nuevamente a las sanciones es un reconocimiento tácito de sometimiento al imperio.

 

La realidad es que no se le hizo el mantenimiento al sistema eléctrico, no hicieron tampoco las inversiones necesarias durante los últimos 15 años, cuando teníamos el sistema eléctrico más avanzado y sólido del Continente, tanto por diseño, como por desarrollo.

 

Pero no es solo la crisis eléctrica, es la crisis petrolera, monetaria, sanitaria, de agua, del transporte, de seguridad, en fin una crisis humanitaria en todas sus dimensiones, que son el resultado del peor gobierno que jamás haya tenido la República, además de ser el más corrupto.

 

Una de las prueba de corrupción por parte de esta “revolución”, por ejemplo, es la represa de Tacoma, donde se encuentra la Planta Hidroeléctrica Manuel Piar, que fue inaugurada en varias ocasiones y pagada tres veces, pero lo peor es que nunca fue terminada.

 

Pero es Tacoma I y II, Parque Eólico de Paraguaná, Parque Eólico de la Guajira, nuevas Plantas Eléctricas a gas, nuevas Plantas Termoeléctricas… nada avanzó por la corrupción, la falta de profesionalismo y de contraloría que ayudaron a que estemos viviendo esta debacle energética.

 

Así que cada vez que se le vaya la luz recuerden todos y cada uno de estos casos que les he venido mencionando, ese elefante blanco de Odebrecht, que prometió una maravilla hidroeléctrica en la tantas veces anunciada Central de Tocoma. Sin olvidar a los bolichicos que hoy viven a cuerpo de rey en España y otros países europeos.

 

Para finalizar una de las medidas a tomar en lo inmediato, es sin duda alguna la incorporación del sector privado para así lograr que en el mediano plazo esto pueda traer mejoras en el servicio. El tiempo apremia.