Omar Ávila: El acuerdo de Barbados y los intereses nacionales

Omar Ávila

El reciente acuerdo firmado en Barbados ha puesto de manifiesto, una vez más, que las naciones actúan en función de sus propios intereses. Este trato, que ha involucrado a Venezuela y a varios países influyentes en el ámbito internacional, revela de manera elocuente cómo las potencias globales priorizan sus objetivos y beneficios en medio de un complejo entramado geopolítico.

 

En este contexto, es evidente que Estados Unidos ha ejercido presión para agilizar el acuerdo, llegando incluso a liberar sanciones, anticipándose a la potencial crisis que podría surgir a raíz de los conflictos en el Medio Oriente. Sin embargo, no debemos perder de vista que esta no es una característica exclusiva de Estados Unidos, sino que refleja una práctica común en la arena internacional: que los países actúan conforme a sus intereses nacionales.

 

Sea China, Rusia o cualquier otra nación, lo que los impulsa son sus propias metas y ambiciones. A pesar de la retórica diplomática y la ayuda humanitaria, es importante recordar que ningún país tiene la obligación de resolver los problemas de otras. Los acuerdos y alianzas internacionales están impulsados, en última instancia, por la búsqueda de beneficios tangibles.

 

Un aspecto positivo del acuerdo y de gran interés para la nación, es la inyección de capital fresco en la economía venezolana. Esto coloca una mayor responsabilidad en el gobierno para abordar la crisis económica y mejorar la situación de los servicios públicos, entre otros desafíos. Las sanciones, que anteriormente se usaban como excusa para la falta de progreso, ya no serán un argumento válido.

 

La popularidad del presidente Maduro se encuentra en uno de sus momentos más bajos, lo que lo obliga a buscar el tan ansiado «milagro económico». De lo contrario, su permanencia en el poder tendría sus días contados. Los ciudadanos venezolanos, conscientes de la necesidad de soluciones concretas, han perdido la paciencia con las excusas y las explicaciones sin fundamento.

 

Además, es crucial abordar la situación de los servicios públicos y la infraestructura, y dejar de culpar a factores externos o incluso a excusas insólitas como la presencia de iguanas como causa de los problemas eléctricos. La población demanda soluciones reales y tangibles.

 

En cuanto al acuerdo en sí, es relevante mencionar las opiniones del profesor Leonardo Morales respecto a las elecciones Primarias, cuyos comentarios pueden arrojar luz sobre los detalles y las implicaciones específicas de este pacto en el cual señala que “…pareciera que los interesados en la suspensión del proceso estaban justamente dentro de la Plataforma Unitaria. Clamaban por una decisión gubernamental para evitarse un posible papelón”.

 

En resumen, el acuerdo de Barbados es un recordatorio claro de que, en la arena internacional, las naciones se guían principalmente por sus propios intereses. Ahora es el momento de que Venezuela aproveche la inyección de capital para abordar sus problemas económicos y de servicios públicos, dejando atrás las excusas y centrando sus esfuerzos en el bienestar de su población.

 

 

 

 

Omar A. Ávila H.
Diputado a la Asamblea Nacional