Vanessa Senior es una legítima venezolana, además de actriz y humorista. En días recientes, mostró a través de un video, el calvario que vivimos los venezolanos en abastos, mercados y farmacias cada vez que queremos adquirir productos de primera necesidad.
Ahora bien, amigo lector, lo que me llama poderosamente la atención es la alharaca que se ha formado en torno a Vanessa y su comportamiento, que contrasta enormemente con el silencio por la participación de la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU y sus ofuscadas respuestas ante preguntas pertinentes arrojadas por los informes de ONGs e instituciones del Estado que versan sobre la situación carcelaria en Venezuela, desapariciones forzosas, torturas y violación al debido proceso, entre otras.
El artículo 193 de la Carta Magna dice que corresponde al Fiscal General de la República “defender los intereses del Estado y de la Sociedad”. No del gobierno. “Promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad”. ¿Es razonable que un juez sea juzgado por tomar una decisión? ¿decidir no es el deber ser de un juez?
Cómo digerimos los venezolanos que la Fiscal General, miembro además del Consejo “Moral” Republicano, garante de la legalidad, quien debe defender el accionar ético y justo, afirme ante el Comité de DDHH de la ONU, que son falsas todas y cada una de las denuncias elevadas ante jurisdicciones nacionales e internacionales por los defensores de Afiuni que detallan las violaciones al debido proceso de la Juez, las torturas, maltratos y ultraje de los que fue y sigue siendo objeto.
“Cierre la boca, no es cierto que la jueza Afiuni haya sido violada o torturada. Está elucubrando”, señaló Ortega Díaz ante los planteamientos del comisionado de Túnez, quien exigía explicaciones ante el proceso que se le sigue a Afiuni por hacer su trabajo. Pero Ortega fue más allá: “Vamos a consignar una prueba donde ella misma firma de su puño y letra que no es cierto lo que salió publicado en un libro sobre el caso Afiuni. Se acusa al Estado de una infamia”.
Ante el juez de la causa Manuel Bognano, Afiuni desmintió a la Fiscal: … “Yo no le envié esa carta. La mujer (Ortega Díaz) presentó el documento en la ONU, y es un acta cuya letra no es mía, y eso es muy fácil de demostrar”, ratificando además y con detalles los abusos de los que fue víctima durante su reclusión en el INOF: “A mí me vaciaron el útero porque lo tenía vuelto mierda, y no contento con eso, se me destruyó la vejiga, la vagina y el ano. Yo estoy reconstruida. Tengo clavos, mayas, hinchas, pero por lo menos no tengo la vagina, vejiga y ano guindando y destruidos como los tenía”.
Por estas valientes declaraciones, que no son nuevas pero si desoídas, por ese ultraje brutal que originó miedos, artículos y libros sin publicidad, no observamos alharacas o aspavientos; por tanto silencio ya sabemos por qué VENEZUELA es violada y mancillada… porque tiene nombre de mujer.
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@NituPerez