Es explicable que un señor de la guerra como Maduro entre tantos planes que debe asumir para enfrentar sus enemigos de dentro y fuera del país, se olvidé de fundamentales, y que, justamente, por eso se le la gloria de compararse con el Ché Guevara, Fidel y Raúl Castro.
Que no es mucha cosa, si tomamos en cuenta que los “héroes” revolucionarios cubanos participaron en una guerra de guerrillas menor, rápida y sin muchas hazañas ni proezas.
Pero quizá por eso, el curtido en la discusión de contratos del sindicato autobusero, se propuso superarlos y arrancó su carrera, no con una, sino con dos guerras simultáneas.
La primera -si hacen memoria-, fue con la República Cooperativa de Guyana, cuyo gobierno fue acusado por Maduro de violar el “Acuerdo de Ginebra”, pasando a ser blanco de las furias del “Comandante en Jefe”, por lo cual, lo instaba a no seguir buscando petróleo en la “Zona de Reclamación” del Esequibo, a riesgo de que se tropezaran con los ejércitos del temible guerrero.
Y toda Guyana, y toda Venezuela, contuvieron el aliento, preguntándose hasta dónde llegaría Maduro, cuando, de repente, cambió de opinión y dirigió sus fuerzas de Norte a Sur, y las situó en la frontera con , deportando en menos de un mes a 25.000 colombianos.
Pero estaba el terrible guerrillero empeñado o entretenido combatiendo a miles de humildes comerciantes y campesinos en el sur, cuando, he aquí que los guyaneses anuncian que también desplazan tropas a la frontera y, en consecuencia, el presidente David Granger, mueve su ejército para detenerlo.
Y la cuestión puede terminar en que los guyaneses crucen una que Maduro no cerró y, por tanto, está abierta para una penetración que puede llegar hasta Caracas.
A menos que el mariscal Maduro y sus generales devuelvan las tropas de sur a norte y empiecen una se esas guerras de fin de mundo donde entre discursos y peroratas los pueblos son sometidos a un proceso de degradación casi animal.
Corea del Norte… ¡remember!
Por Manuel Malaver / @MMalaverM