Manuel Malaver: Almagro le canta las verdades al dúo Tibisay-Maduro

La OEA no vivía su mejor momento cuando el excanciller uruguayo, Luís Almagro, fue electo Secretario General el 3 de marzo pasado. Aun más, no eran pocos los que apostaban que sería su último Secretario General, de tan vapuleada que le había dejado el anterior, José Miguel Insulza.

Hoy debemos admitir que Almagro está demostrando, no que no será el enterrador de una institución tan necesaria para preservar la democracia en la región, sino que, lidera una suerte de risorgimento, que la deslastra de un pasado reciente, tan lamentable, como inexplicable.

Se manifiesta en la actitud que ha tomado, Almagro, y la institución, con relación al tema de la observación en las elecciones parlamentarias venezolanas del 6 de diciembre próximo que, en ningún caso, puede ser desechado por problemas de “injerencia”, tal viene alegando Maduro desde hace algunos meses.

Y es que, si los mandatarios venezolanos creyeran de verdad en la tal “injerencia”, no serían miembros de la ONU, la OEA, la Unasur, el Mercosur, ni de ninguna otra de las multilaterales que existen para validar y hacer respetar los principios democráticos por los que sus miembros las constituyen.

Que podría no ser el caso de multilaterales “complacientes” como la Unasur que, justamente, por estar dominada por gobiernos aliados de Maduro, son aceptadas “como observadoras” en las parlamentarias.

Y esa diferencia, no solo revela la hipocresía de los autollamados revolucionarias, sino también la intención de no jugar en un evento tan capital en la de una democracia, como son unas elecciones parlamentarias.

Claro que esta idea no está expresada de manera tan directa en la reciente carta que le envió, Almagro, a la presidenta del CNE venezolano, Tibisay Lucena, pero con que solo se lo haya dejado entender por inferencia, es suficiente.

Y es que, aunque no venga, la observación de la OEA ya hizo acto de presencia, afirmando, contundentemente, que, sin observadores internacionales, los resultados se prestan a sospechas.

Por Manuel Malaver / @MMalaverM