«Nunca creí la tesis de que El Koki estuviera escondido en Colombia por dos razones: una por la cantidad de alcabalas militares y policiales que hay desde Caracas al Táchira, que resultaba casi imposible pasarlas por un tipo tan conocido como él; y segundo, porque estos individuos no van a un país en el cual no tienen relaciones delictivas, no tienen alianzas criminales que les brinden protección y cierta seguridad. Por eso, prefirió irse a Las Tejerías, cerca de Caracas y donde tenía de aliados a esta megabanda, para poder reagruparse luego», dice Luis Izquiel
Hasta este miércoles, parece ser que la noticia de la semana es la neutralización de Carlos Luis Revete, alias «El Koki», quien fue abatido en un operativo conjunto de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). La muerte de uno de los delincuentes más buscados del país ocurrió en Las Tejerías, estado Aragua, a varios kilómetros de su imperio delictivo, la Cota 905. Aunque esto significa, sin duda, un antes y un después en la historia delincuencial de la megabanda de Revete, para el abogado experto en seguridad Luis Izquiel solo es una gota más porque en el país existen, al menos, otras 50 megabandas, además del control que ejercen las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), entre otros. Y tiene su tesis: El Koki nunca llegó a Colombia.
Izquiel es abogado penalista egresado de la Universidad Santa María (1995), profesor de Criminología de la Universidad Central de Venezuela e investigador del crimen organizado. Actualmente es corredactor de la Ley que regula la Telefonía Celular y la Internet en el interior de las Cárceles y coautor del libro “Revolución de la Muerte: 20 años de Crimen, Violencia e Impunidad en Venezuela. En una breve conversación telefónica este martes, analizó los alcances de la baja de «El Koki», quien cumpliría este 2023, 10 años en la mira de los cuerpos de seguridad.
«La muerte de alias «El Koki» es una buena noticia para el país y un alivio para los habitantes de Caracas, sobre todo los del oeste, pero esto para nada significa el cese de las megabandas en Venezuela, porque todavía quedan vivos dos de sus lugartenientes principales: Carlos Alfredo Calderón Martínez, alias «El Vampi» y Garbis Ochoa, alias «El Galvis», que siguen en libertad y que bien pudieran tomar el liderazgo de esta pandilla».
En sus palabras, la muerte de Revete significa poco o nada para el resto del país porque persisten los problemas estructurales que generan este tipo de organizaciones delictivas: el hambre, la pobreza, deserción escolar, abandono de los padres, paternidad irresponsable, adicción a las drogas y al alcohol, el modelo de imitar a estos líderes negativos; y por otra parte, la gran problemática que existe en los cuerpos de seguridad que han sido penetrados por la corrupción, salarios de hambre, funcionarios que no defienden a la ciudadanía, sino todo lo contrario; también está el grave problema de los centros de reclusión que se han convertido en escuelas de criminales.
Izquiel destacó que tendría que verse si se mantiene la presencia policial en la Cota 905: si esto se termina, no solo podrían volver los cabecillas de la megabanda que están libres, sino que podrían surgir otros líderes delictivos de barrios cercanos a la misma Cota 905. «Todo dependerá si hay una verdadera voluntad de erradicar esta megabanda y para ello, en primer término, tendría que permanecer la presencia policial, que ojalá fuese de una manera estructural, construyéndose unas estaciones policiales y que el Estado entre con programas sociales que atiendan y prevengan todos los problemas sociales que te mencioné anteriormente porque ese es el verdadero origen de todo esto».
Como si fuera poco, recordó que en Venezuela hacen vida, al menos otro medio centenar de megabandas como la de la Cota 905.
«Para las poblaciones que están sometidas hoy por esa cantidad de delincuentes, la muerte de «El Koki» significa poco o nada porque el problema delictivo de ellos tiene que ver con otra gente, con otras pandillas, por ejemplo: el sindicato de Barranca en Barrancas del Orinoco -Monagas-, los sindicatos mineros de El Callao, Guasipati, Tumeremo; sectores del estado Zulia que están dominados por bandas delictivas como la de Erick Alberto Parra Mendoza, alias “Yeico Masacre”; Darwin Rivas, alias “el Cagón”; la banda de «Los Melean», y así podríamos seguir mencionando organizaciones delictivas a lo largo y ancho del país que ejercen una gobernanza criminal y tienen sometida a esas poblaciones. Esto sin contar los grupos guerrilleros de origen colombiano, el ELN y las FARC que ya sabemos que tienen presencia en distintos estados del país».
¿Cómo cayó El Koki?
Desde el domingo (6 de febrero), se efectúa en el estado Aragua la operación Gran Cacique Guaicaipuro, con el objetivo de desmantelar a la banda de «El Conejo», sin embargo durante el procedimiento hubo indicios de que se había aliado con «El Koki», quien estaba en las montañas aragueñas enfrentándose a las autoridades.
El lunes, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Remigio Ceballos, informó sobre el desmantelamiento de una peligrosa banda que operaba en el sector de Las Tejerías, aunque no se refirió directamente a la banda de «El Conejo». Ceballos subrayó que se recuperó el espacio, donde fueron instalados 19 puntos de control de seguridad y que tomaron varias garitas que habían instalado los antisociales.
Lo siguiente fue un mensaje publicado en Twitter, del periodista Eligio Rojas: «El Koki fue presuntamente abatido durante un operativo de escudriñamiento dirigido por el general Elio Paredes Estrada en los sectores El Conde, La Arenera y Quebrada Seca».
Más temprano, Rojas informó que las autoridades estaban rastreando en Lomas de Níquel, Quebrada Seca y El Béisbol, entre otros sectores de Aragua fronterizos con el estado Miranda a Revete, luego de que la noche del lunes, el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) ubicó «conchas» de «El Koki» mediante inteligencia electrónica entre esos sectores.
Sobre este punto, Izquiel precisó que quien terminó dando de baja a «El Koki» fueron funcionarios de la Brigada de Acciones Especiales BAES del Cicpc.
«Se dieron cuenta de que él estaba allí por un teléfono que encontraron, que aparentemente se le había caído al propio «Koki» y tenía información acerca de él y eso fue lo que alertó a los cuerpos de seguridad de que este individuo estaba allí».
Explicó que desde hace tiempo se sabía que Revete tenía una alianza con Carlos Enrique Gómez Rodríguez, conocido como alias «El Conejo» y que podía ser Las Tejerías uno de los sitios donde se habría estado «enconchando».
«Nunca creí la tesis de que Koki estuviera escondido en Colombia por dos razones: una por la cantidad de alcabalas militares y policiales que hay desde Caracas al Táchira, que resultaba casi imposible pasarlas por un tipo tan conocido como él; y segundo, porque estos individuos no van a un país en el cual no tienen relaciones delictivas, no tienen alianzas criminales que les brinden protección y cierta seguridad. Por eso, prefirió irse a Las Tejerías, cerca de Caracas y donde tenía de aliados a esta megabanda, para poder reagruparse luego».
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