No es fácil asumir una edad madura, sabemos que no escapamos a ella pero internamente queremos detener el tiempo, sin embargo, cuando llega el momento lo importante es sentir orgullo de sí mismo, de las experiencias vividas, de los logros, de los aprendizajes adquiridos y ¿por qué no? de los errores y fracasos también. De ahí quedan muchas Lecciones de Vida.
Indudablemente tienen que existir cambios que se deben asumir: físicos, actitudinales, emocionales que hacen tomar decisiones firmes y conocer el camino que debemos labrar con la sabiduría que nos regalaron los años de la juventud.
Lo fundamental es plantearse un Proyecto de Vida, independientemente de la condición que nos encontremos, y para poder enfocarse en eso, lo primero que debemos tomar en cuenta es nuestra Autoestima: si no nos queremos nosotros mismos, ni adoptamos conductas constructivas, entonces no vale la pena que existan otras perspectivas, por eso hay que tener claro dónde estamos y hacia dónde queremos llegar. Los esquemas cambian totalmente y por ende, las prioridades también.
¿Cuál es el horizonte?
- Invertir en tiempo y dinero en lo que estamos convencidos nos haga felices.
- Ocuparnos ahora de realizar lo que siempre hemos anhelado (cursos, actividades, quehaceres, entre otros) que por alguna razón fueron impedidos en su tiempo.
- Depurar nuestra vida, es decir, desechar cosas, situaciones o personas que no aportan nada positivo. Ya estamos en una posición de decir NO cuando es NO.
- Sentirnos de corazón y mente que estamos bien, somos autónomos en nuestros asuntos, somos incalculables.
- Centrarnos en nuestro equilibrio emocional.
- Practicar retrospectivas que nos alimenten nuestra alma: recordar momentos alegres, las diferentes etapas por la que hemos pasado, hechos relevantes de los cuales podamos encontrarnos a sí mismos y sacar el mejor provecho de ello.
- Internalizar que cumplimos diferentes roles y dimos lo mejor para que nuestros seres queridos se encaminaran y ahora llegó nuestro momento.
- Aprovechar al máximo lo que nos ofrece esta nueva era: romper con paradigmas, profundizar en los cambios del entorno…
- Fomentar reencuentros con personas importantes, mantener las comunicaciones, tener apertura hacia nuevas amistades.
- A partir de hoy, ocuparnos más en el desarrollo personal y profesional.
De acuerdo a estas premisas, no olvidemos estas dos lecciones:
NUNCA:
① Es tarde para comenzar
② Se sabe en qué momento se abren posibilidades.
En muchos casos, la madurez no tiene cronología, sólo está en la mente de las personas, por ello, la actitud juega un papel primordial en ella. La vejez llega cuando se abandonan los ideales.
Para terminar, quisiera dejar una reflexión de Martin Notivoli:
“Yo soy el único responsable de mi vida; de mi felicidad personal, de hacer de mi vida un éxito o un fracaso; de trazar mis metas y alcanzarlas, de elegir los valores de acuerdo con los que vivo, de mis elecciones y decisiones; del nivel de conciencia con el que vivo mi vida. Soy consciente de que en ciertas ocasiones algunas personas me puedan ayudar. Pero nadie puede asumir la responsabilidad de mi vida y de mi felicidad”
Autora: Lucía Silva
Emprendedora – Escritora – Locutora – Actriz
Instagram: @lucysilvaentertainer
E–mail: luciaesilva@gmail.com