El escritor y columnista Roberto Lovera De-Sola señaló que la figura de Julián Castro, a quien se tenía como el peor presidente que ha tenido Venezuela, ha quedado de lado frente a las figuras de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro.
“Ninguno de los dos ha logrado rescatar la economía del lugar de precariedad en la que se encuentra hoy en día; llegando al punto de quitarle a los venezolanos la posibilidad de comer y de sanar sus enfermedades”.
La afirmación la hizo en un foro que patrocinaron el Ifedec Y la Fundación Venezuela Positiva, a los fines de presentar el libro «Venezuela: Ilusión, Realidad o Ficción”, y del cual Lovera De-Sola es coautor.
Comenzó su conferencia admitiendo que él era de la casa (Ifedec) y dirigiéndose a Eduardo Fernández, indicó que ambos se habían formado con Arístides Calvini allí. Reconoció no ser copeyano pero que de todas formas seguía siendo demócrata cristiano
Seguidamente, pasó a considerar la hora que vive Venezuela, que calificó de gravísima desde que los venezolanos en 1998, en un gran acto de fanatismo político, votaron a favor de Hugo Chávez.
“Esto es lo que hemos estado viviendo pero aumentado por el el actual jefe del Ejecutivo que ganó a través del fraude electoral, y que no puede gobernar por no ser un venezolano de nacimiento como lo exige la Constitución”.
Descalificó como malo éste y el anterior gobierno sin dejar de considerar su condición de ilegítimo, y reiteró que éste era el peor gobierno que ha tenido Venezuela. “Así que no es Julián Castro el peor magistrado, como siempre han señalado los estudiosos de la historia. Idea ratificada por una caricatura de nuestro gran Zapata, en cuya leyenda se lee: Venezuela ha sufrido cada presidente. Existen serias dudas de que Julián Castro haya sido el peor”.
En ese escenario de descalificaciones también ubicó a Maduro, quien a partir de esa elección dudosa, no ha logrado, como el otro, tampoco a hacer nada; no ha logrado rescatar la economía del lugar de precariedad, en la que se encuentra hoy en día; llegando al punto de quitarle a los venezolanos la posibilidad de comer y de sanar sus enfermedades.
A continuación se permitió citar unas consideraciones de Fernando Londoño, a las que calificó de terribles y muy valientes, aparecidas hacía unos días en El Tiempo de Bogotá, y en las que éste expresa que lo que tenía que llegar a Venezuela, pasó, así sea que todavía falte lo peor. “Por desgracia el castrochavismo será recordado como el autor de un milagro económico a la inversa; de los que se registran tan pocos en el devenir de los pueblos: convertir en un país miserable al más rico de América, no es hazaña de todos los días, y donde la gente se pelea por la comida”.
Dijo que, además, este juicio del escritor colombiano era muy acucioso, ya que reflejaba el horror que estamos viviendo hoy en día; como nunca antes en nuestra historia lo habíamos padecido, y, a ese respecto, se remontó al año de 1814; cuando entonces el ejército patriota pierde la famosa Batalla de La Puerta.
“Había terror. El Libertador siendo comandante en jefe no lograba que la gente, ante la posibilidad cierta de que llegara Boves a Caracas, se pusieran de acuerdo. El caraqueño en una asamblea en la iglesia de San Francisco llegó a renunciar a sus poderes, y a ofrecerse como un simple soldado. No se pusieron de acuerdo. Incluso muchos se proponían como los futuros jefes sin pensar en la gravedad de la hora”.
Dijo que eso era un hecho muy parecido al que estamos viviendo hoy en día: con una gran falta de conciencia con respecto a la gravísima hora por que atraviesa la nación.
“Otro ejemplo sería el final de la Guerra Federal; cuando no se sabía qué destino tomaría el país. Había miedo a las tropas de Ezequiel Zamora; como lo había vivido Caracas por la entrada de Boves en 1814. El miedo era tan grande que, cuando un soldado de las tropas del gobierno mató a Zamora en San Carlos, en Caracas un hombre católico y bueno, como Juan Vicente González, bendijo en una columna de su periódico la bala que había acabado con la vida de aquel caudillo”.
Trajo a colación en el repaso de los casos de horas menguadas que ha vivido nuestro país, también el famoso septenio de Guzmán, y, en ese sentido, citó a Guillermo Morón, para quien el país casi desaparece; un trecho de historia que, a su juicio, todavía no se ha estudiado muy bien”.
A continuación se refirió a otras etapas de nuestra historia recorriendo las luchas intestinas que se desataron en la segunda mitad del siglo XIX, cargando de responsabilidades a los presidentes Andueza Palacios e Ignacio Andrade, por haber permitido que se perdiera de nuevo el sosiego de la nación.
“Pero, a pesar de estas graves horas, Venezuela siempre ha sabido salir airosa de sus grandes crisis; tal como saldremos de ésta. La destrucción de Venezuela. Así hay que llamarla. Por ello en medio de lo que vivimos, donde hasta el alimento nos ha quitado el gobierno, y si actuamos con sensatez y prudencia, encontraremos una salida”.
Lovera De-Sola descartó el posible interés que se tenga por los votos y los cargos que se habrán de obtener en las elecciones del próximo diciembre; sino que, a su modo de ver, lo más importante por ahora es pensar en la conciencia que se ha de tener ante la gravedad del momento que estamos viviendo y que no se parece a ninguna vivida por Venezuela en su historia.
Ubicó el año de 1903 como el año en que finaliza el caudillismo, y se inicia un período de paz; que consideró milagroso, ya que a pesar de que se suscitaron conflictos y guerras mundiales, en nuestro país se mantuvo la tranquilidad y la armonía desde entonces. “Es por eso que hay que pedirle a la oposición, a la MUD, sensatez y coraje; no propiciar la división; ver con claridad el presente; comprender los rasgos del chavismomadurismo. Saber que sin una organización coherente no llegaremos a ninguna parte; que lo esencial es la restauración de la democracia venezolana y el sistema de libertades públicas”.
Lovera De-Sola concluyó su intervención indicando que esto que estamos viviendo no se puede considerar nunca una revolución y mucho menos bolivariana, y que, en ese sentido, todos tenemos que unirnos y juntarnos para salir adelante; que nosotros tenemos muy buenos ejemplos de grandes venezolanos que en las horas más difíciles de Venezuela actuaron, fueron constructivos, y le dieron vida al país.
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