La sentencia de este dicho no es -ciertamente- una ley universal, sin duda, existen cosas baratas que resultan ser un buen negocio, pero cuando algo es sospechosamente barato, más de lo que es lógico esperar, seguramente terminará saliendo muy costoso al final, de una manera u otra.
La gasolina en Venezuela fue siempre barata y su aumento uno de nuestros tabúes colectivos. Fue especialmente barata durante la mayor parte del régimen chavista, tanto que algunas veces no había manera de pagarla. Con lo que costaba un tanque de gasolina en cualquier país del primer mundo, nosotros conseguíamos gasolina para un año primero, para toda la vida más tarde, hasta que de repente no tuvimos más.
Uno no es economista, pero el puro sentido común indica que aquello que cuesta menos de lo que se invierte en producirlo, terminará saliendo muy caro. Fue el caso de la gasolina en Venezuela. Movidos por una mentalidad rentista, que antecede al chavismo, pensamos que la gasolina gratuita era una especie de derecho adquirido. Siguiendo la premisa tan en boga -lamentablemente- de que “toda situación caótica genera un negocio que se nutre del caos”, nuestro Estado, absolutamente intervencionista, aplicaba -curiosamente- en la frontera el laissez faire, laissez passer des les gandolès de gasolinè y surgió entonces lo que podríamos llamar el negoción del siglo en términos generales (así como también capitanes y tenientes coroneles) y una subida del precio lo pondría en échame.
El detonante del “Caracazo”, que al final terminó sacando a Carlos Andrés Pérez del poder, fue -supuestamente- el aumento del precio de la gasolina en un 30%, que generó una inmediata subida del precio del transporte público y el consiguiente estallido popular. El precio de la gasolina mundial oscila entre el 0,00 $ de Venezuela y los 2,15$ de Hong Kong, que paga la gasolina más cara del mundo, claro, en Hong Kong hay. En Venezuela hoy se pagan hasta 4 dólares por litro de gasolina. Es decir, que en el momento en que el precio de la gasolina baja en el resto mundo a consecuencia del Covid 19, en Venezuela sube, como corresponde al país de Jauja, donde todo está al revés y por tanto, aquí no se cuempe eso de que “todo lo que sube baja”. En Venezuela todo lo que sube sigue subiendo porque hace demasiados años que carecemos de un modelo económico estable sustentado en equilibrio y el esfuerzo. Es decir, que en lo sucesivo el 30% de CAP será risible y si antes tuvimos los “bolichicos”, ahora florecerán los “gasoenchufados”, nuevos millonarios surgidos de esta tragedia.
Y así fue como pasamos de ser el país con la gasolina más barata del planeta al de la más cara. Dicen que lo barato sale caro, menos en Venezuela, que sale carísimo.