Nosotros estamos como aquel chiste de Jaimito en el que está jugando con dos perritos y su tía se le acerca y le comenta:
– Qué lindos perritos, Jaimito, ¿de qué raza son?
– Uno es dálmata!
– ¿Y el otro?
– También.
– Ah, ¿y son machos?
– Uno sí.
– ¿Y el otro?
– También.
La tía ya un poco molesta, le pregunta de nuevo:
– ¿Se portan bien?
– Uno sí.
– ¿Y el otro?
– También.
– Pero bueno, Jaimito, ¿por qué siempre me respondes uno sí y luego el otro también en lugar de decirme los dos?
– Ah, es que uno es mío.
– ¿Y el otro?
¡También!
Frente a las adversidades que enfrentamos nosotros estamos como este chiste:
Venezuela es el país con las mayores reservas de crudo del planeta, su industria petrolera fue de las primeras del mundo. Si nos llega gasolina importada de Irán es indicio inequívoco de que estamos bastante mal…
¿Y si no nos llega?
También.
Si no hay control de las autoridades, la venta de gasolina en dólares será el nuevo CADIVI…
¿Y si hay control?
También.
En esta pandemia del Covid 19, con la infraestructura hospitalaria colapsada y en ruinas, si aumentan los casos del coronavirus en Venezuela tendríamos una situación sanitaria muy complicada…
¿Y si no aumentan?
También.
Para los venezolanos que han emigrado a los países vecinos, la crisis del coronavirus ha supuesto desprecio y maltrato…
¿Y para los que regresan?
También.
Frente a un régimen arbitrario como el que tenemos, sin apego ninguno a la institucionalidad democrática ni al ordenamiento constitucional, si no interviene la fuerza armada, será muy difícil lograr volver a la democracia…
¿Y si interviene?
También.
Si no establecemos un diálogo con el oficialismo que permita unos acuerdos básicos para sacar al país de la crisis, seguiremos empeorando…
¿Y si lo establecemos?
También.
Por último: si no participamos en las elecciones parlamentarias, la oposición -que es mayoría- perderá el control de la Asamblea Nacional…
¿Y si participamos?
También.
Cómo haremos para salir de de este círculo infernal, porque este régimen sí que nos ha complicado la vida…
¿Y la oposición?
¡También!