Hemos planteado en este espacio cómo el confinamiento ha creado condiciones ideales para los abusadores sexuales en las casas y entornos cercanos a los niños, así como en las redes sociales. Mencionamos cómo algunas personas siguen pensando: “eso no ocurre aquí”, “eso le pasa a otras personas” o “pasa en otros tipos de familia”.
La irrupción en las redes sociales del MAP (Minor-attracted person o Persona atraída por menores, en español) ha generado un acalorado debate sobre el tema. Se trata de un movimiento promovido recientemente que busca que la pedofilia no sea sancionada legalmente y que sea removida de la lista de trastornos mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los MAPS han buscado que se les compare con los movimientos como los LGBTI+; incluso han difundido una bandera muy parecida, aunque cabe señalar que estos colectivos los han rechazado con firmeza y han encontrado ofensivo que se les compare.
En sus argumentaciones, los propulsores del movimiento dicen buscar un derecho ya que promueven el amor libre entre personas adultas y niños, aduciendo se trata de un hecho natural.
La pedofilia es descrita por la OMS como un trastorno sexual que se caracteriza por la presencia de fantasías, impulsos o comportamientos sexualmente excitantes recurrentes e intensos relacionados con los niños (por lo general hasta los 13 años de edad).
Un negocio que mueve millones de dólares
La irrupción de este movimiento, que ya ha tenido expresiones como por ejemplo en Holanda, donde se legalizó en 2006 un partido político que aboga por la disminución de la edad de consentimiento sexual a los 12 años, evidencia la presencia de miles de personas que abiertamente (minoría) o en lo privado (mayoría), utilizan a los niños como objeto de explotación sexual. Investigadores policiales plantean que siendo un negocio tan lucrativo también cuenta con un público no pedófilo que alimenta su propagación.
El negocio de la pornografía infantil es una de las actividades ilegales más lucrativa. Mueve millones de dólares, satisfaciendo un mercado de clientes que alimentan la prosperidad de la actividad.
Los sitios con contenido de este tipo no se encuentran en motores de búsqueda como Google, pero sí en el “Internet profundo”. Se accede a ellos por enlaces compartidos en foros y grupos.
Hay que hablar con nuestros hijos
Milena Grillo, experta costarricense en la protección de niños y adolescentes de la violencia, compartió con Cecodap un webinar sobre los riesgos en Internet en tiempos de cuarentena. “Hay que hablar con nuestros hijos y estudiantes sobre los peligros en línea. El grooming (pedófilos que captan a los niños mintiendo sobre su edad), el sexting (envío de fotos desnudos o semidesnudos) que son utilizadas para chantajearlos, el ciberbullying. Si nosotros no conversamos con ellos sobre estos riesgos que son reales, no tendrán las herramientas para auto-protegerse”.
Las familias debemos revisar la exposición de los niños cuando publicamos sus fotos en las redes sociales. Los hipersexualizamos vistiendo ropas, bailando o cantando como si fueran adultos para ser vistos u obtener aprobación y popularidad.
“Ellos tienen las competencias tecnológicas, manejan los dispositivos y las aplicaciones mucho mejor que nosotros adultos; pero no tienen las competencias digitales, sociales para resolver los riesgos y conflictos que se presentan en las interacciones en las redes sociales”, advirtió Grillo.
El MAP debe generar nuestra indignación y rechazo; pero sobre todo, presionarnos a actuar. A no dejar nada para mañana porque un clic puede estar abriendo la puerta de tu casa a un pedófilo en estos momentos.
por Fernando Pereira | @cecodap | @fernanpereirav