David Bonyuet: El Chantajista Presidencial  

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El indocumentado sigue insistiendo con la ridícula escusa del enemigo imaginario para seguir acusando a otros de lo que él mismo ha creado y ahora no es capaz de resolver. Sin embargo, hay una clara señal de que la putrefacción va por dentro, cuando Nicolás Maduro admite que: “Abastos Bicentenario se pudrió” es una confesión que la guerra era real y era un ataque despiadado del Estado contra el pueblo. Obviamente quienes han tratado de ocultar la realidad como el diputado chavista Ricardo Sanguino le gritan a Venezuela: “¿crisis?,… ¿cuál crisis?”  Los países del mundo no entienden como Venezuela lleva tropezándose con la misma piedra 17 años y todavía tengan el tupé de decir que prefieren lanzarse por el barranco del cha-abismo para seguir gozando las bondades del fracaso.    

 

La absoluta normalidad ANORMAL que se respira en las calles es una combinación de frustrachera con olor a dinamita prendida. Ya no hay forma de esconder el hambre y la decepción. ¡La explosión viene y es irreversible! Aunque la pregunta es ¿cuándo?, la gran verdad es que ¡viene con furia! El indocumentado tiene la aptitud de “después de mi la tormenta”. Solo que esa tormenta arrasará más temprano que tarde.  La calle arde… Reto al lector a ir a cualquier colita pendeja y gritar “¡Chávez vive!”, le garantizo que recibirá maldiciones en múltiples idiomas.

 

Los gorgojitos están saliendo y son rojo rojitos: cayó la contralora de Abastos Bicentenario, metieron presos a los presidentes de Cval y Abastos Bicentenario, detuvieron a 49 gerentes de Abastos Bicentenario e incluso fue detenido recientemente un concejal oficialista por “bachaquear” leche de PDVAL. La putrefacción va por dentro. Se ve y se siente: ¡El color del PSUV es un rojo de podrido intenso! 

 

Aristóbulo demuestra un profundo cinismo manipulador cuando afirma que: “la oligarquía venezolana nunca ha producido” y no se atreve a decir que ha pasado con las empresas expropiadas.  Con la Canasta Alimentaria a BsF 106.753 la estrategia del gobierno es evidentemente la de matar al pueblo de hambre: ¡los que consigan comida no podrán pagarla!Aparentemente la seguridad alimentaria es saqueando.

 

El presidente podría renunciar para darle oportunidad al país de recuperar la paz, la democracia y el camino al progreso de una mejor Venezuela… pero Maduro prefiere no hacerlo. Jamás ha trabajado por el país, pues no le importa un comino. Todas sus acciones han sido en detrimento de la soberanía. Maduro castigo la frontera cerrándola en perjuicio de sus habitantes. Por culpa de Maduro hemos perdido el Esequibo al dejarlo completamente abandonado. Nunca ha habido un presidente que odiara tanto a Venezuela y a los venezolanos.

 

Nicolás Maduro será recordado como el presidente de la muerte, en cuya corta gestión han perecido más venezolanos que en cualquier otro periodo presidencial de la cuarta. Aun cuando los enfermos están condenados a morir lentamente sin medicinas, Maduro no se inmuta, ni siquiera por los niñitos y bebés que mueren “como pollitos”. Lamentablemente el Estado guarda un silencio cómplice.

 

Toda esta estrategia de escasez y muerte no son producto de la incompetencia, sino más bien son el resultado de un perverso plan en donde los líderes del PSUV han preferido secuestrar al país y con ello buscan chantajear su salida lisa. Es vox populi que Maduro ya tiene destino seguro para él, su familia y todos sus relacionados. Pero como todo secuestrador está chantajeando a las víctimas y va a dejar a Venezuela destruida antes de irse.

 

Desde Cuba hasta la China saben que Maduro se pudrió. Ni los asiáticos, ni los rusos, ni los cubanos le creen ni les interesa recibir a Pato Cagando. No cedamos ante este chantajista y gritemos con brío: ¡Maduro fuera!  #MaduroEsCrisis 

 

David Bonyuet  @DBonyuet

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