El Gobierno anda en campaña acusando a dirigentes de oposición de estar buscando un referendo por capricho. Ese supuesto antojo es lo que tiene al país en el debate sobre si Maduro debe irse o si debemos seguir con el gobierno actual.
El discurso oficialista sostiene, además, que esos agitadores de la oposición buscan llenar al país de conflictos para que estalle la violencia.
La verdad es otra. En la calle, en las universidades, en el Metro, en cualquier esquina de Caracas, Maracaibo, Barquisimeto o Barcelona, lo que se oye es el clamor por el cambio. Nadie aguanta el deterioro de la economía, de los servicios públicos y la inseguridad que convierte en alto riesgo salir a hacer cualquier diligencia.
La gente no quiere a este gobierno porque no hay comida. Desde hace dos años y medio el país se halla secuestrado en colas interminables que esclavizan a amas de casa y a trabajadores.
La situación ha empeorado. Hoy no se consigue nada. Hay hambre. Ahora las colas son para comprar mangos en los camiones que se apuestan en plazas y callejones. Otros, con menos suerte, buscan en la basura y desperdicios de la calle.
Los médicos hacen huelgas de hambre porque no tienen cómo atender a sus pacientes ni administrarles tratamientos por el desabastecimiento de fármacos y el abandono de los hospitales.
No hay dinero para mejorar el sueldo a los educadores, pero sobra para comprar armamento a rusos y a chinos, o para dilapidarlo en el deprimente espectáculo de una fanfarronería que llaman ejercicios militares.
Todo el mundo se pregunta por qué no emplean esos recursos en combatir el tráfico de drogas, mafias de secuestradores y de robo de vehículos que tienen en jaque a la población, o por qué no recuperan las líneas de crédito para abastecer hospitales y farmacias de los medicamentos que la familia venezolana necesita.
La verdad es que trabajadores, estudiantes y amas de casa quieren salir de este gobierno como sea, y ha sido la oposición democrática la que advierte que la salida debe ser constitucional, pacífica, democrática, electoral.
No es un capricho. Es una necesidad. Venezuela está en ruinas, y quienes tienen el poder no son capaces de recuperarla. Todo es propaganda y represión. Así no se puede seguir.
@ClaudioEFermin