Carolina Jaimes Branger
“Se ha descubierto que el autismo es una cosa adelantadísima… Elon Musk tiene como dos autismos con él y el señor de Microsoft debe tener como tres autismos con él. ¡Porque ahora ser autista es arrechííísimo!”.
El video del “comediante” venezolano George Harris me ha llegado por varias vías. Todas, sin excepción, de personas enfurecidas, dolidas, afectadas por su burla. Y les sobran razones para estarlo. Yo también lo estoy. ¡Qué manera tan barata de hacer humor! ¡Burlarse de una condición que, en muchos casos, porque el espectro autista es muy amplio, puede ser tan dolorosa, no solo para los padres y los familiares de quienes tienen la condición, sino de los mismos afectados! ¡Eso NO ES humor! Es una imbecilidad supina, una insensibilidad blindada, un insulto a la dignidad humana.
Mi hija Irene trabajó como voluntaria cuando estaba en la universidad en un proyecto donde hacían deportes con personas autistas. Ella tenía a su cargo a una joven de unos catorce años, que corría con ella en el campo de entrenamiento. Pudo establecer contacto con la muchacha, quien hasta el momento solo lo tenía con sus padres. Un día le pidieron a Irene si podía quedarse con ella mientras ellos iban al cine. ¡Primera vez desde que la niña había nacido que podían salir solos a disfrutar de una noche en pareja! ¿Acaso eso es gracioso?
Una querida amiga tiene una hija con autismo severo. Y me contó que una mañana entró a su cuarto y la niña estaba llorando. Ella no habla, de manera que era imposible saber qué le producía aquella tristeza. Y quizás si hablara tampoco contaría con los recursos para expresarse. “¡Qué dolor y qué impotencia no poder saber qué tenía mi hijita!”, me dijo. Pero el George Harris cree que se la está comiendo cuando se burla de ellos. Y también el público que le ríe las “gracias”.
Estoy convencida de que es mucho más fácil hacer llorar que hacer reír. Para llorar solo hay que echar mano de la infinidad de desgracias que hay en la vida. Pero para hacer reír sin usar la burla, se necesita inteligencia, algo de lo que el tal Harris parece tener muy poca. El video me indignó. Y las risas de los asistentes al show me indignaron también.
Quiero compartir con ustedes, amables lectores, un post de la doctora María Laura Braz en Instagram, @marialaura_neuro. Hago mías sus palabras:
“Carta abierta a George Harris.
Señor Harris: de manera reciente en uno de sus tantos “shows”, cargados más de mediocridad que de talento, usted hace mención a la comunidad de niños y familias que vive con autismo.
Se le ve en este “show” hacer uso de la palabra “retrasados” (lo invito a usted y a su community manager a no editar el video original), usar frases como “es que ahora ser autista es arrechísimo” o que los médicos, psicólogos o terapeutas les mandamos pastillas a los autistas para “elevarlos”… Que si Musk tiene “dos autismos” y Gates “tiene tres”… y un sinnúmero más de absurdos que no son más que la demostración de la GRAN IGNORANCIA y falta de empatía que usted tiene. ¡Qué vergüenza!
El autismo, señor Harris, no es una moda … El autismo NO es lo que las series del país donde usted vive le venden a la sociedad. El autismo es más que eso… es algo serio… es algo que resulta sensible para quienes viven situaciones difíciles en este particular. Es que además de luchar contra una sociedad altamente capacitista, de luchar con graves limitaciones para tener una escolaridad digna, ahora los padres tienen que oír de personas como usted y de quienes están en esa “línea editorial” una gran cantidad de sandeces que para nada son agradables, y distan mucho de ser inclusivas.
¿Será que ya su tiempo pasó y no sabe de quien más burlarse? ¿Será que usted y su equipo se quedaron sin ideas? Usted es el reflejo de la decadencia de una sociedad que vive del “show”, del amarillismo, del chalequeo, del absurdo.
Si me permite, envíeme un correo donde le pueda hacer llegar mi libro para que se EDUQUE, yo se lo regalo, no necesito que me pague, así como le pagan a usted por sus shows.
A los padres y familias personas con autismo les invito a NO naturalizar el maltrato. No, esto no es el autismo”.
Gracias, doctora, por poner en su sitio a papanatas como éste, que creen que se las saben todas, cuando no saben absolutamente nada. Gracias por ser la voz de millones de autistas en el mundo, de sus familiares y amigos.