Andrés Caleca: La clara amenaza totalitaria de Maduro en La Guaira

Andrés Caleca

Maduro propone con «la nueva democracia» una vocación totalitaria: imbricación absoluta del partido y el Estado, candidatos escogidos por el buró político (en este caso por el rimbombante Estado Mayor de la Revolución), elecciones de segundo grado, censura absoluta, represión inclemente y resultados del 98 % a favor

Encuentro de Gobiernos Comunitarios del Estado La Guaira. Nicolás Maduro suelta con cara de quien sabe que está amenazando, la siguiente parrafada:

“… con esa nueva democracia, nosotros vamos a acabar para siempre, escuchen bien, para siempre, con la vieja clase de politiqueros, de demagogos, de farsantes, que se aparecen cada vez que hay elecciones a mentirle al pueblo… estamos en un nuevo tiempo, en una nueva era: la nueva época de transición al socialismo… rumbo al 2030 y más allá”.

Pareciera que está hablando de sí mismo y de esa inmensa maquinaria de corrupción, chantaje, clientelismo y amenaza que es el PSUV; pero no, habla de la democracia que está consagrada en la propia constitución que aprobó con su firma y que hoy le es una insoportable camisa de fuerza. Ahora quiere y tratará de imponer otra.

¿Qué cosa es esa nueva democracia que propone? Lo sabemos, la vocación totalitaria anunciada con bombos y platillos por los canales del estado; la democracia popular de los regímenes del llamado “socialismo real”: partido único, imbricación absoluta del partido y el estado, candidatos escogidos por el buró político (en este caso por el rimbombante Estado Mayor de la Revolución), elecciones de segundo grado, censura absoluta, represión inclemente y resultados del 98 % a favor. Frente a eso, desaparece para siempre todo vestigio de libertad civil y política; muere, casi literalmente, la sociedad y solo queda en pie la burocracia omnipresente, indolente y depredadora.

Esta gente nunca ha ocultado sus propósitos, lo anuncian con desparpajo y los van ejecutando en la medida de que se debilita la oposición democrática. Estemos claros: o los detenemos ahora, o la larga noche del totalitarismo se impondrá por muchas décadas en nuestra patria.

Eso es lo que está en juego. Por ello es imprescindible la unidad más amplia de la mayoría aplastante que no respalda tales delirios criminales. Una Gran Coalición Nacional por la defensa de la república y de la libertad es el objetivo supremo que debe prevalecer sobre intereses individuales o grupales. ¡Salvemos a Venezuela!