Carolina Jaimes Branger, ingeniera de sistemas, escritora y educadora, considera que el presidente Nicolás Maduro es incapaz de solventar la crisis y de rodearse de buenos asesores por su prepotencia
Jolguer Rodríguez Costa/El Nacional
—En 2012 usted dijo: “No hay cosa más parecida al pueblo venezolano que un adeco, incluso más que un chavista”. Ahora con Ramos Allup, ¿volverán al poder con el pueblo?
—Ya volvieron. Henry ha levantado simpatías dormidas. Crecí en una familia superantiadeca, pero jamás pensé que iba a sentirme tan identificada con un adeco. Y mira tú…
—¿Tiene ahora más amigos chavistas?
—Tengo los mismos amigos chavistas, incluido un cuñado. Para llamar amigo a alguien hay que compartir demasiadas cosas.
—Luego del 6-D, ¿está menos “harta”?
—¡Estoy esperanzada!, pero sigo harta del gobierno, de su mediocridad, de su hipocresía y de su corrupción.
—Como ingeniera, educadora y periodista, más no abogada, ¿se defendió del defensor del pueblo durante su visita a la Defensoría?
—Creo, más bien, que el defensor se tuvo que defender de mí (carcajadas).
—¿Alguna sorpresa?
—Que me diera una audiencia privada, pues yo creí que iba “con los peticionarios”, como decía su invitación.
—¿Le dijo a quién defendía él realmente?
—La conversación no fue agresiva, cada uno expresó su opinión. Hubo puntos muertos, por irreconciliables, pero fue una buena experiencia.
—¿Quién defiende al soberano del gobierno?
—¡Uyyy! El pobre soberano tiene que ver cómo se defiende, no solo del gobierno, sino también de los malandros que nadie detiene, las colas, la escasez, la falta de medicamentos, la inflación. El defensor dice que hay demasiados problemas y pocos defensores. A confesión de parte…
—De mujer a mujer, ¿una sugerencia a las mujeres en el poder?
—Las mismas sugerencias que le haría a un hombre.
—De mujer a hombre, ¿otra a los revolucionarios del Parlamento?
—Les preguntaría si no les importa el legado de destrucción que dejan a sus hijos.
—¿Le ha servido en Venezuela su maestría en Educación en Harvard?
—Para saber lo que más conviene al país: la excelencia en educación, el acceso y la igualdad de oportunidades.
—¿Por qué se desespera viendo Quién quiere ser millonario?
—¡Dios! Me sacaba de mis casillas. Dejé de verlo, a pesar de que a mi hija Tuti le encanta. ¿Qué aprendió en la escuela mucha gente que va para allá?
—¿Le enseñaron en la escuela a tener patria?
—Más que en la escuela, que por supuesto me enseñó, lo hizo mi papá.
—¿Una autocrítica como oposición?
—¡Ufff! Detesto a la gente que a estas alturas sigue refiriéndose a los chavistas como niches, feos, tukkis e ignorantes.
—¿Una crítica a la mayoría calificada en la AN?
—Que le digan a Ramos Allup que parece un carro chocón. ¡Necesitamos muchos más carros chocones como él!
—¿Entre Walt Disney y Marx?
—Walt Disney, por supuesto. Con Marx, ni verlo en fotos. ¿Sabes la mortandad que le ha causado Marx a la humanidad? Y los hijos de los marxistas quieren ir a Disney World.
—¿Progresa Cuba más que Venezuela?
—Hasta Haití o Eritrea están mejor que Venezuela, porque son países pobres y se arropan hasta donde les llega la cobija. Nosotros somos los nuevos pobres del mundo. Cuba supo invertir la millonada de dólares que le entró desde aquí. Y ahora que escasean esos dólares, se abre a Estados Unidos.
—¿De derecha?
—No. Creo en la economía de mercado con sentido social. La tesis de José Ignacio Moreno León.
—¿Revolucionaria?
—La gran revolución es la del desarrollo de la inteligencia, como decía Luis Alberto Machado. Eso me convierte en una gran revolucionaria.
—58 años después, ¿por qué añoran a Pérez Jiménez?
—Porque hizo obras públicas, por cierto muy bien hechas. Las hubiera podido hacer sin la brutal represión que hubo durante su mandato.
—¿Persiste la atracción por la bota?
—Definitivamente. El prócer militar persiste en el imaginario venezolano. Dile a alguien que te nombre a un prócer, a un héroe, y todos los que nombrará son militares… Ojo, del pasado.
—Si tanto trata de política, ¿por qué no aspira a un cargo político?
—Aspiro a ser rectora del CNE. Fui suplente de Ezequiel Zamora, pero nunca me incorporaron.
—¿Un líder?
—Mandela.
—¿Una heroína?
—Mi mamá.
—¿Ha llorado por la situación?
—Varias veces.
—¿Otra intensidad?
—Los conciertos de El Sistema. Me repotencian.
—¿Erótica?
—(Risas) ¡Absolutamente!, pero mejor pregúntaselo a mi pareja, que fue mi primer novio.
—¿Un pecadillo confesable?
—No me confieso desde hace años.
—¿Un defecto publicable?
—La lista es larga. El primero: la impaciencia.
—¿Impaciente porque Maduro abdique?
—¡Claaaro! Mucho camisón pa’petra, la Presidencia. Maduro es absolutamente incapaz de solventar la crisis y de rodearse de buenos asesores debido a su prepotencia. No hay cosa peor que el dogmatismo.
—Así salga, ¿fluirá la conciliación?
—Sí. La gente está harta de tanta confrontación y discursos de odio y ha aprendido, de la peor forma, a identificar los problemas, sus causas y sus responsables.
—¿Es el populismo amor por el pueblo?
—Es desprecio por el pueblo, por sus capacidades y potencialidades.
—¿Una autocrítica nacional?
—El apego al populismo, justamente.
—¿Persistirá El anclaje del subdesarrollo?
—¡Wow! Espero que no. Más que anclados en el subdesarrollo, estamos hundidos en él.
—¿Cederá el culto al Galáctico?
—Se extingue cada día más.
—¿Capriles, López o Ramos Allup?
—Cualquiera de los tres sería un excelente presidente.
—¿Imagina al chavismo como oposición?
—Sí, y va a ser terrible. Si no entran por el aro de la democracia, no tienen vida.
—¿Hará cumplir la FANB la Constitución?
—No confío nada en los militares. Soy partidaria de abolir la FANB.
—¿Qué pasaría en Venezuela si el TSJ fuese aliviado de intromisiones extraconstitucionales hasta evolucionar en un ente autónomo?
—Habría que destituir a todos los magistrados. Y con magistrados autónomos, reglas claras de juego y apego a la Constitución y las leyes, el país no tardaría tanto en recuperarse.