Un alzamiento militar en apoyo al opositor Juan Guaidó se diluía este martes al no lograr la expulsión del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien el alto mando reiteró lealtad pese a un ultimátum de Estados Unidos.
Un grupo de insurrectos pidió asilo en la embajada de Brasil en Caracas, mientras Leopoldo López se refugió con su familia en la de Chile tras encabezar la rebelión junto a Guaidó, reconocido como mandatario interino por medio centenar de países.
Una multitud de chavistas, en tanto, cantaba «victoria popular» frente al palacio presidencial de Miraflores, mientras que manifestantes opositores permanecían en las inmediaciones de la capitalina base aérea de La Carlota a la espera de noticias.
Reconociendo que la sublevación no pudo quebrar el respaldo del alto mando a Maduro, Estados Unidos, principal aliado de Guaidó, advirtió al ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, que está ante la «última oportunidad» de romper con el líder socialista.
Según John Bolton, asesor de seguridad nacional estadounidense, Padrino, el presidente la suprema corte, Maikel Moreno, y el jefe de la guardia presidencial, Iván Hernández, se habían comprometido a «apoyar el derrocamiento de Maduro».
«Él tenía un avión en la pista, estaba listo para irse esta mañana, por lo que sabemos, y los rusos le dijeron que debería quedarse», dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, a CNN, indicando que el mandatario planeaba huir a La Habana.
La Casa Blanca, que no descarta una acción armada, reiteró que todas las opciones están sobre la mesa.
– A la espera de Maduro y Guaidó –
Acompañado por la cúpula de la Fuerza Armada, Padrino afirmó temprano que el alzamiento fue un intento «burdo e inútil» de golpe de Estado. «Han hecho el ridículo nuevamente y eso nos va a fortalecer», sostuvo.
Guaidó anunció el inicio de la rebelión la madrugada del martes en La Carlota, en un video grabado junto a un pequeño grupo de militares y López, quien afirmó haber sido liberado por los uniformados de su prisión domiciliaria.
Se ignora cuántos efectivos se sublevaron.
«Hoy, valientes soldados (…) han acudido a nuestro llamado», dijo el jefe parlamentario, quien llamó a toda la Fuerza Armada a sumarse al movimiento y a sus partidarios a tomar las calles «sin retorno» hasta la caída de Maduro.
Miles de opositores se concentraron en los alrededores de La Carlota, donde comenzaron disturbios que dejaron unos 69 heridos, según servicios médicos locales. Un grupo fue arrollado por un blindado militar.
Una nutrida marcha intentó dirigirse al centro, donde está Miraflores, pero fue repelida con gases lacrimógenos y perdigones de goma, observó la AFP.
Durante la jornada, Guaidó recorrió distintos puntos de la ciudad junto con los insurrectos y López, detenido en 2014 y quien cumplía desde 2017, en arresto domiciliario, una condena de casi 14 años por «incitación a la violencia».
Al anochecer se desconocía el paradero de Guaidó, quien hará un pronunciamiento según su equipo.
Maduro tampoco había aparecido en público. Su única referencia a la crisis fue un tuit en el que pedía «nervios de acero» y aseguraba haber recibido el apoyo de todos los jefes militares regionales.
«Están completamente derrotados los golpistas, huyendo a embajadas, escondidos, nadie da la cara, solo el imperialismo sale buscando excusas», celebró el poderoso dirigente chavista Diosdado Cabello.
– «¿A quién creerle?» –
En Miraflores, María Luna, integrante de la Milicia, un cuerpo civil armado, dijo a la AFP estar dispuesta a defender a Maduro «hasta la muerte si es posible».
«No me voy a quedar en casa con los brazos cruzados mientras el régimen de Maduro nos oprime», declaró en contraste Carlos, opositor de 26 años, en las proximidades de La Carlota.
– Reacciones divididas –
Cuba, Bolivia y Turquía, aliados de Maduro, condenaron el «intento de golpe de Estado», mientras Colombia, que lidera junto a Washington la presión en su contra, apoyó la rebelión.
Rusia y México llamaron a negociar, y la Unión Europea pidió «máxima moderación».
Los militares son considerados la columna vertebral de Maduro, quien les ha otorgado amplio poder político y económico.
Guaidó, un ingeniero de 35 años, se proclamó presidente encargado el 23 de enero, luego de que el Legislativo, de mayoría opositora, declarara que Maduro usurpa el cargo por haber asumido un segundo mandato, el 10 de enero, fruto de «elecciones fraudulentas».
Dos días antes de su juramentación, un grupo de soldados se amotinó en una base de Caracas para desconocer al líder socialista, tras lo cual fueron detenidos. Desde entonces, Guaidó hace reiterados llamados a la Fuerza Armada a desconocer a Maduro.