El ex ministro de Petróleo Rafael Ramirez, quien ha sido acusado por el oficialismo y la oposición de corrupción y lavado de dinero, asegura que el país está al “borde de un abismo social y económico” y que la “posibilidad de un enfrentamiento cruento o de una agresión militar extranjera está más cerca que nunca”.
Agregó que Nicolás Maduro ya no tiene el control del poder y que, “en su empeño por destruir y perseguir al chavismo, ha creado las condiciones para que se instaure un gobierno de derecha, capitaneado por un desconocido que sirve de mascarón de proa a la misma confluencia de intereses políticos y económicos que montaron el golpe de estado de 2002 y el sabotaje petrolero”.
“Quedará para los historiadores tratar de entender cómo fue posible que el madurismo dilapidara el extraordinario caudal político del chavismo, acumulado por más de 12 años de lucha y sacrificio no solo del presidente Chávez y su gobierno, sino de todo un pueblo”, dijo.
Ramírez advierte a los “progresistas y a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que si no se toma medidas urgentes para rescatar a la patria del caos en el que está sumida, la situación del país se hará aún más intolerable y el riesgo de que produzca un cuadro de violencia y anarquía será prácticamente una certeza”.
“Ambos grupos de poder tienen una base firme de partidarios dispuestos a aniquilar al contrario y a arrastrar al país a lo que sea, lo han dicho, como si ellos fuesen a poner los muertos: una guerra civil, una invasión, una confrontación militar. Ambos prometen al contrario cárcel, persecución y revancha. Lo he mencionado antes, este fenómeno se ha venido incubando en este período de política con ‘p’ minúscula, del ‘pranato’, del pacto, de la violencia, donde sus dirigentes e instituciones, se han degradado ética y moralmente, donde no hay argumentos, ni debate político, donde se impone la fuerza”, sostiene Ramírez.
En opinión del dirigente chavista en el exilio, “el gobierno no se ha dado cuenta aún de que no gobierna, el Estado se desmorona. Ellos han corrompido, carcomido sus instituciones, para convertirlas en parte de sus intereses personales o grupales. Nada funciona. Maduro no puede hacer nada de lo que promete o amenaza que hará”.
Y, en consecuencia, el país está en peligro de caer en manos de un “élite igualmente perniciosa”. “Un partido de derecha, gestado en la tristemente célebre secta TFP, “Tradición Familia y Propiedad”, junto con lo más atrasado de la derecha del hemisferio, tiene posibilidades reales de asumir el poder cabalgando sobre el desastre de Maduro”.
“La injerencia extranjera en nuestros asuntos nos recuerdan los métodos y discursos de la intervención en Guatemala de 1953 o de República Dominicana de 1965. ¿Retrocederemos más de 60 años en nuestra región? Por su lado, Maduro se ‘auto proclama’ entre ‘sus panas’, quienes nerviosos pierden los papeles. Maduro ha podido ponerse la banda él mismo, pues fue el único candidato de un proceso arreglado por los suyos para ganar”.
Para Ramírez, el país está en una situación de anarquía institucional, y el enfrentamiento entre dos polos “devorados por la ambición conduce a preguntar quién realmente manda en Venezuela, y qué va a pasar con el pueblo venezolano que, al final, es el depositario de la soberanía nacional. “Hay un severo problema de legitimidad en el país”.