Otro negocio inverosímil, se compran billetes «feos» o rotos de 20 dólares por 10 dólares

En Venezuela se ha creado un rechazo generalizado a los billetes deteriorados de divisas extranjeras como dólares y euros. Es decir, si tienes un billete «feo», que esté roto en algún lado, rayado o simplemente deteriorado por su uso, casi nadie lo quiere aceptar, una reacción bastante extraña pues el papel moneda es canjeado en el extranjero en cualquier condición a menos que esté completamente roto, y aún así, si llegara a estarlo y fuese pegado en partes iguales también sería recibido y en el peor de los casos cambiado en una entidad bancaria.

Alrededor de esta situación han surgido en Caracas una especie de negocios que se aprovechan de esta condición bastante particular para canjear billetes que nadie quiere por billetes en mejores condiciones, a un punto que pueden llegar a sacarle provecho de hasta 50% a un billete en estas condiciones.

Por ejemplo, si una persona va con un billete de 20 dólares «muy deteriorado» -que son los que más circulan en el país- en este tipo de negocios le pueden hacer un canje por un billete «bonito» o en «buen estado» de 10 dólares.

«Se compran billetes rotos o deteriorados», pregonan muchos de los trabajadores de este tipo de negocios que está ganando espacio en un país donde la moneda estadounidense se está convirtiendo en la moneda de facto, pues incluso el euro que tiene una cotización internacional más valorada que el dólar, en Venezuela es cambiada a igual con la divisa estadounidense.

Según los trabajadores de este tipo de negocios, a pesar que este canje es una pérdida real de dinero, testifican que a diario reciben a varias personas interesadas en el intercambio.

«Hay muchos negocios que no te aceptan los billetes deteriorados, y la gente, para no perder toda la plata prefiere, aunque sea, recibir menos. Nosotros podemos comprar hasta 100 dólares diarios en billetes deteriorados», dice uno de los trabajadores reseñado en medios.

Cuenta que el negocio comenzó a surgir en 2019 con la profundización de lo que los economistas llaman dolarización espontánea o de facto.

El director de la firma Anova, Omar Zambrano, indica que al no haber leyes que rigen el intercambio de divisas extranjeras en Venezuela, quienes las reciben buscan cómo protegerse, llegando incluso a hacer este tipo de cosas.

“Al no ser la dolarización oficial, estamos en un mundo donde no hay autoridad monetaria y donde no hay regulaciones de ningún tipo», señala.

Agrega que «en un inicio, cuando comenzaron a circular los dólares, el temor a recibir dólares falsificados básicamente llevó espontáneamente a crear esta especie de costumbre de sobrecumplir con el tema del dinero. Una cosa ridícula», lamenta Zambrano.

Otro de los factores que impulsan esta práctica, según especialistas, es que el Banco Central de Venezuela (BCV) que se encuentra bloqueado y «sancionado» desde 2019 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, se encuentra de manos atadas porque este tipo de medidas coercitivas le impide al Gobierno de Venezuela que encabeza el presidente, Nicolás Maduro, importar dólares en efectivo a la Reserva Federal para hacerlos circular en el mercado nacional.